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Fotografía de Abdelbaki Es Satty. Archivo
«Antes de llegar el imán, Mohamed era un joven que salía a divertirse»

«Antes de llegar el imán, Mohamed era un joven que salía a divertirse»

Los familiares de los siete terroristas fallecidos culpan a Aldelbaki Es Satty de su radicalización

Ander Azpiroz

Madrid

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Martes, 7 de agosto 2018

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Las visitas de la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) al imán de Ripoll, Aldelbaki Es Satty, mientras cumplía condena por narcotráfico en la cárcel de Castellón, mantienen las sombras sobre el supuesto cabecilla de los atentados de Barcelona y Cambrills.

Sus contactos con las fuerzas de seguridad están reflejados en el sumario del proceso que instruye el juez Fernando Andreu. Un informe de Instituciones Penitenciarias señala que Es Satty recibió hasta cuatro visitas de agentes entre 2012 y 2014. No es nuevo. El director del CNI, Félix Sanz, ya reconoció en noviembre del año pasado que el imán «fue contactado», aunque este mismo departamento apuntó a que la colaboración se limitó exclusivamente al tiempo en el que el yihadista estuvo en prisión. A falta de despejar todas las dudas sobre el grado de relación que existió entre el Estado y el imán de Ripoll, así como las idas y venidas de éste a Marruecos o Bélgica, la gran incógnita que resta por resolver es cómo este hombre de 44 años logró lavar el cerebro a un grupo de jóvenes que no habían dado muestras de radicalismo en el pasado. También, cómo logró pasar inadvertido para las fuerzas de seguridad, volcadas en la lucha contra el yihadismo desde los atentados del 11-M.

En sus declaraciones ante los Mossos incluidas en el sumario, los familiares de los jóvenes yihadistas apuntan directamente al imán como responsable de haberlos empujado a cometee los atentados, primero, e inmolarse después. Aziz Ahachami, cuñado de los hermanos Hichami -muertos en Cambrils-, afirmó que, antes de conocer a Aldelbaki Es Satty, Mohamed, el mayor de los dos, «era un chico que salía a divertirse junto a Younes Abouyaaqou». Pero una vez que llegó el imán a Ripoll los dos jóvenes se volvieron muy religiosos, añadió. No obstante un año antes de los atentados los dos hermanos, de 24 y 17 años, dejaron de acudir a la mezquita, una circunstancia que se atribuye a los esfuerzos del imán para que no se descubriera la radicalización que llevaba a cabo con los jóvenes. Hanane Oukabir, hermana de Driss (en prisión) y de Moussa (muerto en Cambrils) lo tiene claro, según el sumario. El culpable de los atentados en Barcelona en Cambrils y el imán, quien, según ella, habría primero radicalizado a Yousef Aalla, amigo de Moussa.

Pañuelos rojos

Las conclusiones que sacaron los investigadores de los interrogatorios fueron que, con la llegada de Aldelbaki Es Satty a Ripoll, una mayoría de familiares detectó cambios en los jóvenes en su forma de vestir, su relación con las mujeres y los ratos de ocio. También que se volvieron un grupo de amigos endogámico compuesto solo por los miembros de la célula yihadista. Un testigo recuerda como, tras raparse el pelo, Said Aalla le dijo «que los españoles eran lo peor».

Una de las novedades que arroja el sumario es que varios de los jóvenes de Cambrils llevaban pañuelos rojos al cuello, un símbolo que hace referencia a la disposición de los yihadistas a morir. Todos ellos lo hicieron siguiendo, supuestamente, las instrucciones recibidas por parte del imán que los radicalizó.

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