El PP reprocha a Sánchez que humille «a los españoles» en la mesa de diálogo

Cuca Gamarra cree que el jefe del Ejecutivo con su decisión de participar hoy en el encuentro en el Palau de la Generalitat demuestra que se ha convertido «en una marioneta del independentismo». Pero, añadió, «no le importa. Lo único que le importa es dormir en la Moncloa cuando termine esa reunión».

Su homólogo en el Senado, Javier Maroto, siguió la misma línea argumental para reprochar a Sánchez que se preste a la «comedia» de la «mesa de sumisión a los independentistas». Se mostró, además, convencido de que en ese foro se va a hablar del referéndum de autodeterminación de Cataluña aunque desde el Gobierno lo nieguen. Hablar de que van a buscar soluciones para «el reencuentro» o de abordar los problemas reales de los catalanes es, según Maroto, «adornar o marear la perdiz».

Lo que no hicieron hoy los dirigentes del PP es incidir en la tesis de Pablo Casado de que es «gravísimo» que el presidente del Gobierno acepte someter a referéndum el acuerdo que se alcance con la Generalitat. El líder del PP guardó ayer silencio. El secretario de Justicia e Interior de los populares, Enrique López, preguntó si fue «un lapsus» mencionar esa alternativa. Su impresión es que Sánchez es «un presidente frívolo» que no pensó en el alcance de sus palabras sobre un hipotético referéndum.

A la portavoz en el Congreso le llamó la atención que el presidente del Gobierno haya pasado de defender en la campaña de las últimas elecciones generales que tipificaría en el Código Penal el delito de referéndum ilegal a aceptar que se someta a una consulta popular los acuerdos que se cierren con las fuerzas independentistas catalanas.

Gamarra apuntó que el problema de fondo radica en que cuando los independentistas le dicen Sánchez «ven, él lo deja absolutamente todo y lo entrega todo» porque es rehén de sus apoyos en el Congreso. Maroto abundó en este enfoque y atribuyó su presencia en la mesa de diálogo a «lo atrapado que está por los votos de (Gabriel) Rufián, de (Quim) Torra y de (Arnaldo) Otegi. Depende de ellos y hace siempre lo que ellos quieren».