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Casa prefabricada de Miguel Ángel Muñoz, el presunto asesino de la peregrina Denise Pikka.
El crimen de la peregrina que movilizó hasta el FBI

El crimen de la peregrina que movilizó hasta el FBI

La Audiencia de León juzga desde hoy a Miguel Ángel Muñoz por los delitos de robo con violencia y el asesinato de Denise

Mateo Balín

Lunes, 13 de marzo 2017, 06:58

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Una uña, un gorro y 1.132 dólares cambiados en una sucursal local. Estas tres pistas construyeron la "compleja y dificultosa" investigación policial del asesinato de la ciudadana estadounidense Denise Pikka Thiem, ocurrido el 5 de abril de 2015 cerca de Castrillo de los Polvazares (León) mientras hacía en solitario el Camino de Santiago desde Pamplona. De 41 años y soltera, Denise tuvo la desgracia de toparse con Miguel Angel Muñoz, asesino confeso, en una pista despejada y ascendente que cubre los 14 kilómetros de etapa que trascurren entre Astorga y el pequeño pueblo de El Ganso, de apenas 50 habitantes.

Fue en un cruce de caminos, a una hora indeterminada, cuando Denise cayó en la trampa de Miguel Ángel, de 39 años entonces. Se cree que éste cambió la orientación de los carteles para atrapar a la presa. Sus vecinos lo definieron como un tipo huraño, solitario y de difícil trato, que vivía en una casa prefabricada de madera próxima al lugar donde se perdió la pista de la mujer.

Los antecedentes de Miguel Ángel por causar "molestias" a otras peregrinas llamaron la atención desde un primer momento a la Guardia Civil. La unidad cinológica mandó perros de rastreo que llegaron a marcar la finca del acusado 23 días después de la desaparición. Sin embargo, los agentes que patrullaron esa zona rural fueron desplazados en favor de la Policía Nacional, cuyo comisario en Astorga les informó de que era una demarcación de su competencia, según denunció en su momento la Asociación Unificada de la Guardia Civil: "Tuvieron que retirarse de la zona para evitar un conflicto mayor".

Este celo policial demoró algunos meses el resultado de las pesquisas. Cinco en concreto. Esta circunstancia, unida a la dimensión no solo mediática que adquirió la desaparición de Denise, ya que el asunto llegó a la vía diplomática al tratarse de una ciudadana estadounidense desaparecida en el Camino de Santiago, principal activo del turismo rural nacional, provocó un importante despliegue de medios policiales y militares, efectivos de la UME de León, para buscar a la peregrina.

La pocas noticias del caso y la presión de la familia de Denise en Estados Unidos, con cartas a senadores y congresistas e incluso al propio expresidente Barack Obama, tuvieron eco. El senador republicano John McCain ofreció a Mariano Rajoy por carta la colaboración de agentes de enlace del FBI en España para agilizar las pesquisas. Más de 200 personas de 20 nacionalidades llegaron a ser interrogadas.

«He sido yo. La maté»

Miguel Ángel Muñoz fue detenido el 14 de septiembre de 2015 en Grandas de Salime (Asturias) y ese mismo día condujo a la Policía hasta un paraje próximo a su casa, donde señaló el lugar donde había escondido el cuerpo de Denise. "He sido yo. La maté. No lo quería hacer..., pero le di un golpe... y luego otro. No quería matarla.", le dijo a los agentes.

Reconoció que desenterró el cuerpo donde lo había colocado "por si venían los del FBI", según reseñó a las forenses que realizaron el informe de imputabilidad al sospechoso, que rememoró cómo fue todo: "Empezamos a hablar y me explicó (Denise) que se había perdido. Yo me ofrecí a ayudarla, pero algo le inquietó y empezó a ponerse violenta conmigo. Cogí un palo y le pegué en el lado derecho de la cabeza. Al caer, se golpeó con una piedra y empezaron a entrarle convulsiones. Me di cuenta de que había hecho una barbaridad, pero no había vuelta atrás. Decidí cortarle el cuello para que dejara de sufrir. Tenía mucho miedo. Le quité la ropa para que no quedaran restos míos y le corté las manos y las enterré en otro sitio. Lo pasé muy mal, estuve tres días vomitando".

La Fiscalía solicita una pena de 20 años de prisión y cinco más por el de robo con violencia en el juicio que comienza hoy en la Audiencia Provincial de León. Primero se elegirá al jurado popular y mañana declarará el acusado. La vista oral, que tendrá eco en Estados Unidos, se prolongará hasta el 4 de abril y comparecerán un centenar de testigos.

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