BYD Seal 6 DM-i: si los taxistas están empezando a comprarlo…
Probamos la versión confort, tope de gama con 212 caballos y más de 1.500 kilómetros de autonomía teórica
Stella Li, vicepresidenta ejecutiva y presidenta de BYD Américas, lo tiene claro: en apenas cinco años el fabricante asiático será líder en Europa en vehículos ... enchufables. Una apuesta arriesgada dado el corto periodo de tiempo y que la marca a la que representa es una recién llegada a suelo europeo si la comparamos con los gigantes centenarios que aquí operan. A pesar de ello, las cifras apuntan a que a Li no le falta razón. En agosto de este año, por ejemplo, Build Your Dreams (BYD) vendió más coches en la Unión Europea que su rival más directo, Tesla. Y de julio de 2024 a julio de 2025 la firma ha experimentado un aumento de ventas del 291 por ciento. Una fuerte apuesta marcada en un principio por la movilidad cien por cien eléctrica y a la cual se han ido sumando en el último periodo opciones híbridas enchufables. En esta nueva estrategia entra en juego el BYD Seal 6 DM-i, una berlina en un océano de suvs que debe convertirse en uno de los principales pilares de la marca en su objetivo de convertirse en el líder enchufable europeo en apenas un lustro.
Lenguaje de marca
Al César lo que es del César: BYD ha conseguido crear su propio lenguaje de diseño, con formas y un estilo fácilmente reconocible sin necesidad de caer en la imitación de sus rivales. Cuando ves uno de sus coches, las líneas, basadas siempre en el mundo acuático, le confieren carácter y personalidad propios. El morro tiene caída tipo tiburón y la carrocería apuesta por los tres volúmenes típicos de las berlinas pero con un tercer volumen reducido gracias a la caída del pilar C. Por su parte, la versión ranchera (Seal 6 DM-i touring) se queda con los dos volúmenes. Las dimensiones quedan en 4,84 metros de largo por 1,87 de ancho y 1,50 de alto, además de una distancia entre ejes de 2,79 metros, ofreciendo una gran habitabilidad tanto en las plazas delanteras como traseras. Los faros delanteros son de generosas dimensiones, pero la utilización del negro para las molduras interiores y una firma lumínica afilada reduce la sensación de cristal visto.
En la parte trasera la luneta queda muy inclinada y prácticamente se une con el final del maletero, que se remata con una subida estilo cola de pato, dejando apenas un palmo de espacio para el tercer volumen. Los grandes protagonistas aquí detrás son sus pilotos, de formas suaves, ovaladas y unidos por una tira led. El conjunto se remata con un falso difusor tras el cual se encuentra la salida de escape, huyendo de molduras que imiten falsas salidas tan típicas en los juegos de diseño actuales.
Interior sin pretensiones, pero sin complejos
El Seal 6 no entra al trapo del fuerte impacto visual, del parecer más de lo que realmente es. Lo que ves, es lo que hay. Y eso es algo muy positivo, pues lo que se ve es un vehículo bien terminado, con piezas mullidas en la parte superior, materiales agradables al tacto y un buen apartado tecnológico. La estética es minimalista, con un juego de líneas que generan sensación de fluidez y amplitud. Aquí dentro también queda patente ese lenguaje de diseño que vemos en el exterior con las formas y diseños de tapizados y molduras. El volante, por ejemplo, recuerda a la aleta caudal de un pez.
La protagonista principal en las plazas delanteras, como no podía ser de otra manera, es la pantalla central de infoentretenimiento. Ofrece un buen tamaño (15,6»), buenas gráficas, resolución y fluidez. Como dato, no puede girarse, como en otros modelos de BYD, aunque tampoco se echa en falta. Bajo la pantalla, dos salidas de aireación y dos espacios para dejar el teléfono, uno de ellos refrigerado y con carga inalámbrica. Mantenemos botones físicos para algunas funciones esenciales, como el volumen o los modos de conducción. No tenemos, eso sí, botones físicos para el control de la climatización, que queda siempre presente en la parte baja de la pantalla y cuenta con algunos comandos que nos permiten utilizarla de manera sencilla. Por ejemplo, deslizando tres dedos hacia arriba o abajo en la pantalla podremos cambiar la temperatura y de izquierda a derecha para cambiar el caudal del aire. Mantenemos, también, botones físicos en el volante, lejos de las modas (por fortuna) de los controles hápticos.
Las plazas traseras no decaen en calidad de materiales, utilizando las mismas molduras para los paños de las puertas. Contamos con salidas de aireación orientables, tomas usb y reposabrazos central. Los cabeceros de los asientos no están unidos al resto del cuerpo (algo que por tendencias está cada vez más en desuso) mejorando la sensación de amplitud junto al techo panorámico de la versión comfort. Tenemos buen espacio para las rodillas, hombros y cabeza. Incluso para las tallas más altas. El pilar C está muy tendido, pero comienza a inclinarse pasados los asientos traseros, por lo que no incide en la habitabilidad. El único pero de estas plazas es la altura del suelo: al tener las baterías debajo queda muy alto, lo que nos obliga a llevar las rodillas más flexionadas de lo que gustaría.
El maletero cuenta con una capacidad de 491 litros en la versión sedán y 500 litros en la versión touring. Es espacio más que suficiente para el grueso de familias. El único pero es la boca de carga, apenas medio brazo, dificultando cargar objetos voluminosos. Aunque para eso tienes la versión touring, de cinco puertas y no cuatro.
Dos niveles de potencia y batería
El Seal 6 DM-i ofrece tres niveles de acabados: boost, comfort lite y comfort (tope de gama y el que trae la unidad probada). El primer nivel se asocia a un motor de menores prestaciones (184 caballos) y una batería de menor tamaño (10,1 kW). En el resto de versiones se opta por un motor de 212 caballos y una batería lfp de 19 kWh con una potencia máxima de carga de 26 kW, anunciando una autonomía teórica de 105 kilómetros en modo cien por cien eléctrico. El sistema motopropulsor cuenta con un motor térmico que no se utiliza para mover el vehículo, sino como generador de la batería para alimentar al motor eléctrico, situado en el eje delantero. Esto permite utilizar un motor térmico más sencillo y de menores prestaciones, aumentando, en teoría, la fiabilidad del conjunto y la eficiencia. Se trata de un 1.5 atmosférico de cuatro cilindros que apenas desarrolla 98 caballos y 122 newton metro de par. Insuficiente para empujar al conjunto, de 1765 kilos, pero de sobra para alimentar la batería. Lo cierto es que en ciudades como Madrid, este modelo está comenzando a inundar las flotas VTC y también algunos taxis. Aquí en Málaga aún no ha llegado la oleada, aunque parece cuestión de tiempo. Y aquí siempre se ha dicho que si un taxista lo coge, por algo será.
Es capaz de hacer el cero a cien en 8,5 segundos (8,9 en la versión de 184 caballos) y alcanzar una punta limitada a 180 kilómetros por hora en ambas versiones. Según ciclo WLTP el consumo combinado es de 1,5 litros cada cien kilómetros, aunque utilizando el vehículo con la batería descargada (como un híbrido convencional) los consumos serán superiores: en torno a 5,5 litros en vías urbanas y 6,5/7 en autovía con cruceros de 120.
La marca anuncia una autonomía superior a los 1.500 kilómetros. Para ello, no solo ha fabricado un sistema híbrido eficiente, sino que además ha trabajado cuidadosamente la carrocería del conjunto, consiguiendo un cx de apenas 0,26. Además, el depósito de combustible es de buen tamaño, con capacidad para 65 litros.
Dinámicamente superior a cualquier suv de su precio y segmento
Al volante del Seal 6 DM-i nos encontramos un vehículo suave que incita a la conducción relajada en todo momento. Acelerones y frenadas bruscas no son bien recibidas, no porque le falte potencia o mordiente, sino porque no casa en absoluto con la filosofía de conducción de esta berlina. La posición de conducción es muy buena: el volante queda justo donde quieres, la pedalera está bien colocada y el asiento nos permite colocarnos a una posición baja o bien alta si así lo queremos. Apenas se necesitan unos minutos en una carretera de montaña para comprobar que, dinámicamente, es superior a cualquier suv de su precio y segmento. Un centro de gravedad más bajo juega a su favor para asentar el coche al suelo y permitirle atacar los vértices de la curva con más aplomo. Ahora bien, si le buscamos las cosquillas, acabaremos encontrándoselas. Más por calzado que por chasis, ya que el neumático que trae de serie es inferior a lo que es capaz de digerir el vehículo, haciendo que pueda llegar a irse de morro si entramos muy pasados en la curva.
En ciudad su batería nos permitirá recorrer los trayectos diarios sin necesidad de consumir ni gota de gasolina y, una vez consumida, seguiremos teniendo un híbrido que aprovecha bien las deceleraciones constantes de la conducción urbana para funcionar en modo cien por cien eléctrico durante muy buena parte del recorrido. Eso sí, aquí entrará mucho en juego nuestra manera de conducir. En carretera abierta, lo que en ciudad es su talón de aquiles se convierte, en parte, en un punto a favor. Sus grandes dimensiones, tanto en ancho como en batalla, hacen del Seal 6 un coche aplomado en carretera. Por chasis la autovía es su hábitat, sin embargo, su sistema híbrido se aprovecha mucho mejor en la urbe.
El resultado final es un coche suave, sin estridencias en las aceleraciones, con una dirección ligera y un tarado de suspensión suave,pero que se aprovecha de un buen chasis que le otorga grandes cualidades dinámicas, con un comportamiento aplomado en carretera abierta y cómodo en ciudad.
Precios
El BYD Seal 6-Dmi parte desde los 37.000 euros al contado en su versión boost, 42.000 para el comfort lite y 43.000 para el tope de gama, denominado comfort. A estos precios hay que restarles 1.210 euros de descuento oficial que tiene actualmente vigente la marca para el modelo. Además, si nos acogemos al Plan Moves, la versión de acceso quedaría por debajo de los 30.000 euros, siendo
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