Alpine completa el 'Garaje de los Sueños' con el A390

Con el A390, Alpine ataca el espacio que queda entre el A110 y el A290, basado en el R5 de Renault. El SUV está previsto que tenga un precio que se enmarque entre los 65.000 y 75.000 euros cuando se empiece a comercializar, a finales de este año.

El modelo, que la marca insiste en llamar «un deportivo con traje», cuenta con cinco plazas, tracción total, 470 caballos, 808 Nm de par, una batería de 89 kWh que le permite alcanzar 555 kilómetros de autonomía y soporta cargas de hasta 190 kW.

La potencia viene dada por tres motores eléctricos, uno en el eje delantero y otros dos en el posterior, lo que le permiten determinar cuánta potencia va a cada rueda a través de cálculos constantes. Esto hace que los trazados de las curvas sean más eficientes, y que la aceleración venga dada un poco antes, especialmente en superficies deslizantes.

Es de la fábrica de Dieppe, en donde el Sena desemboca en el mar, de donde salen los A110 y A390 —el A290 se fabrica, junto con el R5, en Douai, cerca de la frontera belga—. Esta es la planta original de los Redelé que hicieron que Renault se interesase por estas preparaciones basadas en la ligereza y la velocidad.

De su cadena de montaje salen, a un ritmo de 11 vehículos al día —unos 4.000 al año— estos dos modelos, pero de momento la producción es prácticamente toda del biplaza, dado que el A390 se encuentra en preseries. Dado que en Dieppe solo hay activo un turno, y que el nuevo modelo se venderá mejor —cuesta menos y es más práctico—, este se podrá reforzar para fabricar más.

Aunque la ligereza es la seña de identidad de la marca francesa, esta está reñida con la movilidad eléctrica, que requiere de pesadas baterías de litio para propulsarse. El A390 no es diferente y pesa dos toneladas. Sin embargo, desde Alpine han hecho esfuerzos por reducir todo lo que pudieran al máximo. Un ejemplo son las suspensiones, que se han rediseñado para bajar tres kilos por rueda.

Además, la aerodinámica es uno de los elementos esenciales en los modelos eléctricos, dado que es una manera de exprimir todos los kilómetros posibles con una sola carga. Por ello, el A390 tiene el flujo de aire redirigido por el capó para aumentar su adherencia al asfalto. Por otra parte, los ingenieros franceses también han creado zonas de viento para enfriar los frenos a través de conductos.

Para Renault es importante destacar su cualidad de fabricante francés y han querido que los proveedores lo sean también. Quizás sea por las subvenciones del 'Ecoscore' del Gobierno galo, a través de las cuales los vehículos eléctricos se ven favorecidos por los incentivos a la compra si cuentan con una huella de carbono menor —es decir, si ellos y sus componentes se fabrican en Francia—.

Así, Michelin ha desarrollado un neumático específicamente para el A390, y Devialet, la respuesta francesa a Bang & Olufsen, ha creado un sistema de sonido de 13 altavoces específicamente para él, en el que destaca el subwoofer en el maletero —al más puro estilo tuning de los 2000— y los altavoces para frecuencias medias.

En el interior, la influencia de Fórmula 1 es evidente y hay mucho ante, mucha fibra de carbono y elementos que ya han aparecido en los otros modelos de la marca, como el selector de marchas con botones en la consola central, o la posibilidad de exprimir toda la potencia del motor al pulsar el interruptor rojo en el volante.

Además, como en el A290, el nuevo modelo cuenta con un sistema de telemetría integrado en su sistema operativo —funciona con Google, lo que hace que sea sencillo desarrollar aplicaciones para él y que tenga el mejor navegador integrado—, y estrena la posibilidad de descargar una app para el teléfono y poder registrar los datos de rendimiento en circuito.