Mazda 6e, cambio de paradigma y ruptura con la tradición
Probamos la versión de autonomía extendida y 245 caballos
Después de trece años sin una renovación para la berlina japonesa, el Mazda 6 parecía haber caído en el olvido para la marca. Por fortuna ... solo lo parecía, porque los nipones han decidido traerlo de vuelta por la puerta grande: una berlina cercana a los cinco metros de largo que se erige como una de las berlinas más bonitas del mundo. Eso sí, viene con letra pequeña: Mazda 6e. Porque, si bien en otros mercados se comercializan versiones híbridas enchufables, a nuestro mercado solo llegará la cien por cien eléctrica. De mano de Koni Motor en SUR al Volante hemos tenido la oportunidad de probar uno de los mejores eléctricos del mercado en relación precio/producto. Una berlina que no sólo asombra por su estética, sino también por su calidad de acabados, materiales y rodar.
Exprimiendo hasta la última gota estética de sus posibilidades
Si nos fijamos en el resto de modelos de la gama veremos que esta berlina no sigue la continuidad estética que vemos en el resto de modelos de la gama, si bien es genuina e inconfundiblemente Mazda en su diseño. La respuesta es sencilla: el Mazda 6e se construye sobre la plataforma del Deepal L07, vehículo de la empresa china Changan. Esto no debe confundirse como algo negativo, ya que si algún país está avanzando a pasos agigantados en la industria automotriz, y más aún en la movilidad eléctrica, ese es China.
Utilizar esta plataforma crea ciertas limitaciones a la hora de diseñar la carrocería del vehículo debido a puntos duros inmodificables en el chasis que obligan a mantener algunas formas y dimensiones dentro del conjunto final. Aún así, el trabajo de los nipones es intachable, dando luz a uno de los frontales más bonitos jamás creados en un vehículo eléctrico. La parte delantera la preside una enorme calandra cerrada con la típica forma alada de Mazda. Esta parrilla sostiene dos faros horizontales, delgados y ligeramente inclinados, creando esa mirada afilada tan típica de Mazda. Aunque bajo estos, disimulados entre el negro piano, se encuentran ópticas para las luces largas. La silueta del logo y la parrilla se iluminan, dando al coche ese toque futurístico tan propio de muchos modelos eléctricos.
El lateral es limpio, con apenas una línea de tensión en la cintura alta y algunos juegos de volúmenes que juegan con la luz para crear profundidad. El pilar C queda sumamente inclinado, terminando prácticamente en el final del coche. Esto hace que no sea un sedán al uso tradicional, con un tercer volumen prácticamente inexistente. Además no es un cuatro puertas, ya que la luna trasera abre con el portón del maletero. Las dimensiones del 6e lo alejan mucho de cierto modelo con el que lo comparan constantemente: 4.921 mm de largo, 1.491 de alto, 1.890 de alto y una batalla de 2.895 milímetros
¿Un antes y un después para Mazda?
El interior del Mazda 6e rompe con todo lo visto por la marca hasta ahora. Los más acérrimos de la marca puede que no se sientan del todo cómodos con el habitáculo de este modelo, porque la funcionalidad típica de Mazda aquí sucumbe a las modas. ¿Positivo o negativo? Depende de para quién, pero lo cierto es que, nos guste o no, ahora mismo en los interiores el píxel está a la orden del día y la moda es lo que vende. Que le pregunten a los suv 's sino. El espacio interior cuenta con un cuadro de instrumentos de 10,2» configurable en su información pero no en diseño, acompañado de un head-up display que nos ofrece toda la información esencial a la hora de conducir. Para el sistema de infoentretenimiento se recurre a una pantalla de 14,6» que acoge el grueso de funciones del vehículo: desde controlar la climatización a abrir el techo panorámico, ajustar los retrovisores o controlar los limpiaparabrisas. Ofrece buena resolución y velocidad, aunque debido a la enorme cantidad de funciones que alberga la curva de aprendizaje es algo superior a otros sistemas de infoentretenimiento.
Los ajustes y materiales utilizados son intachables, llevando al Mazda 6e a la categoría de aspiracionales sin absolutamente nada que envidiar a la competencia (y con un precio mucho más competitivo). En las plazas traseras su gran batalla ofrece un espacio enorme incluso para personas altas, limitado únicamente en el espacio para la cabeza debido a la caída del pilar C. Además, los materiales utilizados en las plazas traseras mantienen la misma calidad utilizada delante, con cuero y alcántara para los revestimientos, climatizador trizona y asientos calefactados.
Dos baterías y potencias
Para mover al Mazda 6, los nipones han optado por ofrecer dos baterías y niveles de potencia. Por supuesto esto es Mazda y no todo iba a seguir el orden lógico. Existen dos curiosidades. La primera es la potencia, ya que la versión de acceso con batería pequeña (68,8 kW/h) es la más potente (258 cv), mientras que la opción de batería grande (80 kW/h) se queda en 245 caballos. Además, la opción de autonomía extendida es capaz de ofrecer una carga máxima de 90 kW. Sin embargo, la batería de mayor tamaño es capaz de cargar hasta 165 kW. Cuando menos, curioso.
La unidad de nuestra prueba es la Long Range. Es decir, batería grande y potencia de 245 caballos y 320 Newton metro de par. Este conjunto es capaz de hacer el cero a cien en 7,8 segundos y alcanzar una punta de 175 kilómetros por hora. ¿Suficiente para un vehículo que para la báscula en 2037 kilos? Suficiente no, de sobra. La instantaneidad del par y la potencia hacen que el vehículo acelere con muchísima contundencia en cualquier situación y a cualquier velocidad. Los motores eléctricos y su facilidad para extraer potencia sin encarecer demasiado el precio ha hecho que los caballos sean más accesibles económicamente. Pero también nos ha hecho perder un poco el juicio de lo que es necesario, lógico o una completa locura. Porque no, un sedán familiar sin ninguna aspiración deportiva que es capaz de ofrecer 600 caballos bajo el pedal carece de cualquier tipo de sentido. Mazda juega a la racionalidad, no a la locura.
Según ciclo WLTP el consumo mixto queda en 16,5 kilovatios hora cada cien kilómetros, ofreciendo una autonomía total de 552 kilómetros. Este es el primer eléctrico donde no solo conseguimos las cifras homologadas, si no que también las reducimos. En un trayecto Málaga-Marbella de ida y vuelta, realizando una conducción normal hemos conseguido consumos por debajo de los 16 kilovatios. En carretera de montaña, modo sport y abusando del acelerador, 17,5.
La potencia máxima de carga de 90 kilovatios nos permitirá cargar en corriente continua del diez al ochenta por ciento en 47 minutos. Y en un Wallbox de 11 kW tardaremos 8,4 horas al máximo.
Dinámica de campeonato
Si en calidad de construcción y materiales el 6e es todo un aspiracional, en su calidad de rodadura no lo es menos. Por mucho que utilice la plataforma de un vehículo chino, la concepción del Mazda 6e es de una filosofía completamente contraria a la que se estila en el gigante asiático. Frente a las direcciones exageradamente asistidas y las suspensiones de un tarado muy blando, el nipón se decanta por una dirección dura y precisa, acompañada de un tarado de suspensiones firme que impida los balanceos indeseados en los cambios de apoyo o los cabeceos a la hora de tragarse badenes. Este compromiso entre dureza y confort es, de hecho, uno de los mejores aspectos del vehículo.
Otro aspecto que deja patente la buena calidad de construcción de este coche es su insonorización. No cuenta con ventanillas de doble acristalamiento ni las necesita, ya que el trabajo aerodinámico, la ausencia de silbidos y, obviamente, el sonido de un motor a combustión, hacen de este habitáculo un lugar silencioso y bien aislado del exterior incluso a altas velocidades. La posición de conducción es buena, aunque al tener las baterías justo debajo del piso hace que la altura mínima sea algo más alta de la deseada. Las autopistas y vías rápidas son el terreno para el que este coche ha sido concebido, gracias a una pisada muy aplomada y un chasis de un funcionamiento exquisito que camufla la velocidad. En ciudad, gracias a la instantaneidad de los eléctricos y su buen aislamiento acústico también es un coche que se comporta bien. Aunque donde más sorprende es en una carretera de curvas, gracias a un morro que entra sin miedo en las curvas y una trasera (este vehículo es propulsión) que digiere toda la potencia como si de un tren sobre raíles se tratase.
Precios
Aquí es donde todo cobra sentido, en la relación precio-producto. El Mazda 6e parte desde 43.725 euros en acabado Takumi y 45.375 euros en Takumi +, que es el de la unidad probada. Si queremos uno exactamente igual que el probado tendríamos que sumar 1.050 euros del color y otros 1.600 euros por la batería de autonomía extendida, dando un total de 48.025 euros. A estos precios habrá que descontar 4210 euros de descuento activo al momento de publicar esta prueba. Además, si aplicamos el Moves, incluso el más caro de la gama quedaría por debajo de los cuarenta mil euros. Es un precio que lo aleja del bolsillo de la gran mayoría de los españoles, pero si lo comparamos con las tarifas de la competencia Mazda acaba de traer uno de los vehículos más competitivos de todo nuestro mercado y de los pocos en los que se justifica su precio.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión