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Adrian T. Gillbert, copropietario de La Fonda en una de las estancias recuperadas con frescos al fondo. josele
La Fonda, un paseo por la historia de Marbella desde el Medievo

La Fonda, un paseo por la historia de Marbella desde el Medievo

El emblemático establecimiento tiene previsto abrir sus puertas en febrero, después de años de obras y hallazgos arqueológicos

JOAQUINA DUEÑAS

Marbella

Domingo, 22 de enero 2023, 00:03

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Todavía no ha abierto sus puertas pero el ajetreo en La Fonda es incesante. Cocineros se afanan con las pruebas de menú, decoradores de interiores, limpiadores, y operarios ultiman los detalles para que todo esté perfecto en el regreso de este emblemático establecimiento, que fue el primero en Marbella en obtener una estrella Michelin y uno de los imprescindibles para la jet-set internacional, los intelectuales, los artistas y los aristócratas durante el último cuarto del siglo pasado. Una apertura que está prevista para el mes que viene, si todo transcurre como lo esperado, y que recupera siglos de historia después de cinco años de obras y seis desde su adquisición.

Unos trabajos en las tres fincas que componen el nuevo establecimiento de la asociación de hoteles y restaurantes de lujo Relais & Châteaux que han tenido una importante carga arqueológica que incluso ha cambiado lo que se conocía sobre la historia del Barrio Alto de Marbella. Y es que Adrian T. Gillbert, uno de los copropietarios sonríe cuando dice que este proyecto ha sido fruto de «una locura total». Desde el primer momento, un equipo arqueológico ha acompañado la rehabilitación, lo que ha permitido realizar y contextualizar varios hallazgos que el historiador Francisco Moreno valoró como de los más importantes de Marbella en las dos últimas décadas junto al 'Castelum romano'.

Entre esos descubrimientos, talleres de la época nazarí de los siglos XII y XIII de los que no se tenía conocimiento. «Puede que hicieran mucho ruido o que tuviera olores y por eso lo instalaron fuera de los muros» de la Marbella medieval, explica Víctor Krensler, director general de La Fonda.

Otro de los grandes hitos de este proceso fue el hallazgo de la ermita de San Sebastián, del siglo XVI. «Se conocía la existencia de una iglesia de San Sebastián en la zona pero no se sabía nada sobre su localización exacta», señala Gillbert. Una iglesia de la reconquista construida por los Reyes Católicos tras la expulsión de los musulmanes. Ahora, donde estaba el antiguo altar se emplaza una de las salas de restaurante del hotel.

Precisamente detrás del altar se encuentra una de las joyas de la corona. Un camarín completo con una cúpula decorada con frescos decorados profusamente con ángeles, motivos florales y otros elementos relacionados con la Virgen de los Remedios que los profesionales datan en el siglo XVIII.

Mientras que la ermita de San Sebastián sí estará abierta para el público que se acerque a degustar alguna de sus propuestas gastronómicas o solo por curiosidad, el camarín lo podrán disfrutar aquellos afortunados que reserven su estancia en la Heritage Suite ya que forma parte de una habitación.

También se conservan las pinturas de arquitectura fingida, tanto en la fachada como en el interior del establecimiento. Se trata de frescos que simulan elementos arquitectónicos y que han aportado información muy interesante para conocer cuál era el aspecto de la zona alta.

El grave deterioro de los inmuebles que componen La Fonda no permitió conservar los suelos originales, a pesar de lo que han logrado mantener la personalidad utilizando azulejos de más de un siglo de antigüedad.

La iglesia de San Sebastián, enterramientos, estructuras almohades y nazaríes de las que no había pruebas, el camarín, utensilios y ajuar medieval o los frescos componen el paseo a lo largo de los siglos de este hotel que ahora «completamente digitalizado», precisa Gillbert. «Los clientes pueden entrar, pagar, reservar o hacer el check in y el check out desde su teléfono, sin necesidad de estar en el hotel», explica.

Su apertura está despertando mucha expectación entre los vecinos, especialmente entre los que conocieron la época de mayor esplendor de La Fonda, que están deseando conocer su nueva vida. «Cada día hay gente que se interesa y que está feliz de que vuelva a abrir», dice el director, algo que motiva al nuevo equipo al sentirse parte de la historia de la ciudad.

Cúpula del camarín profusamente decorada. joseleC

Editarán un libro sobre la recuperación del hotel para sus clientes

Todo el proceso de recuperación de La Fonda se ha documentado con cientos de fotografías y algunas de ellas formarán parte de un libro que tienen previsto editar para que los clientes del hotel conozcan de primera mano el pasado de este inmueble tan especial, según explica el copropietario del establecimiento, Adrian T. Gillbert.

Después de haber sido residencia privada, escuela o iglesia, Relais & Châteaux sumará un nuevo capítulo a la historia de este emblemático lugar que quiere ofrecer al turista una inmersión completa, incluso con visitas guiadas, en lo que llaman la «experiencia andaluza».

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