Colectivos demandan el cuidado y la limpieza permanente de Sierra Blanca
Las organizaciones se quejan del «total abandono» de este espacio y de la falta de vigilancia y de mantenimiento y señalización de caminos
«Sierra Blanca es pequeña, pero es maravillosa y vale la pena luchar por ella». Quien habla es Dolores Navarro, presidenta de Mujeres en las ... Veredas y seguramente una de las personas que mejor conoce este espacio, y que lamenta su «total abandono». Lo mismo opina José Manuel Tomillero, uno de los fundadores de Aventureros de Marbella, un colectivo que disfruta de Sierra de Blanca y que periódicamente organiza jornadas de limpieza.
Los colectivos han asumido el trabajo que deberían hacer las administraciones públicas, del mismo modo que las protectoras empezaron a hacerse cargo de los animales abandonados en las ciudades. Se quejan de la inexistente limpieza, pero también de la ausencia de vigilancia, de la falta de mantenimiento y señalización de las veredas y de los muy escasos trabajos forestales que se realizan, estos últimos todos ellos focalizados en el llano de Juanar. «Llevo años yendo a Sierra Blanca y sólo vi una vez a agentes forestales», apunta Tomillero.
En cuanto a la limpieza las zonas más afectadas son las situadas en la falda de la sierra, las más cercanas al núcleo urbano, como Nagüeles, Los Monjes o Puerto Rico Bajo. «Cuando vemos que una zona está muy sucia convocamos una jornada de limpieza en la que nos acompañan otros colectivos, un grupo de voluntarios de Mc Donald's y personas a título individual», cuenta el fundador de Aventureros de Marbella.
«Las veredas no se mantienen, las señalizaciones se caen y no se reponen, hay árboles que se están cayendo y no se retiran, y te encuentras a gente que va por el camino equivocado, y esta es una sierra peligrosa»
Dolores Navarro
Presidenta de Mujeres en Las Veredas
La última vez que lo hicieron fue el 4 de octubre, la anterior el 21 de septiembre, y lo seguirán haciendo una vez al mes. En estas jornadas no sólo recogen basura o plásticos, han llegado a encontrarse hasta el chasis de una moto, además de colchones, azulejos o baterías. Y es que por Sierra Blanca no sólo pasan visitantes ciudadanos con comportamientos incívicos también hay asentamientos ilegales de personas ante la falta de vigilancia.
«Las veredas no se mantienen, las señalizaciones se caen y no se reponen, hay árboles que se están cayendo y no se retiran», apunta Navarro. «Te encuentras a gente que no sabe por dónde va o que va por el camino equivocado y hay zonas sin cobertura móvil», agrega la presidenta de una asociación que llegó a señalizar con sus medios decenas de kilómetros de estos caminos. «Y esta es una sierra pequeña, pero peligrosa», advierte.
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