Laberintos, saltos y diversión

en el Juego del Verano en Marbella

Felices y cansados tras una hora de incansable aventura, Toño y Fernando, ambos de doce años, se toman un respiro sentados en el césped artificial. «Esto es que como Fall Guys», dice el primero. Se refiere, tras una breve explicación, a un videojuego multijugador que ha hecho furor entre los adolescentes en los últimos tiempos y que plantea con humor una serie de pruebas muy similares. «Esto es mejor», responde el segundo. Al rato, vuelven a animarse. Antes de iniciar la prueba, saludan con la mano a sus padres, que los vigilan desde la cafetería anexa al polideportivo.

Esther Palomo, coordinadora del evento, reconoce que tenía miedo de las altas temperaturas, pero el agua y la seguridad de las instalaciones, asegura, la hacen sentir tranquila. «Está tarde está previsto que participen 180 equipos en la prueba competitiva. Cada equipo tiene tres componentes. Pero nadie está pendiente de los premios. La gente quiere divertirse. Participan todo tipo de grupos: peñas, cofradías, asociaciones vecinales y juveniles». También, se advierte, muchas familias, algunas preparadas con escarpines y cascos de seguridad en un alarde de profesionalismo. El verano declina, pero los niños apuran las últimas bocanadas de libertad. Ayer se hartaron.

A las ocho en punto comenzó la final. No fue el gran momento del día. El rumor de niños de la mañana, que entonces se enfrentaban a un juego sin fin, se volvió desafío. Y aquí ya aparecieron los profesionales, algunos de hasta treinta y cinco años. Los niños, algunos verdaderamente agotados, parecían contemplar septiembre. Ganaron, claro, los más preparados, pero a nadie pareció importarle, ni siquiera al chino Kudeiro.