«Con el uso de drogas el agresor busca la amnesia y confusión en la víctima, pero hay que denunciar»
Tras dos décadas en programas de atención a víctimas de malos tratos en el hospital, Carmen Agüera, médica adjunta del Servicio de Urgencias del Hospital Costa del Sol, además encabeza ahora el protocolo de detección de sustancias de sumisión química en casos de agresión sexual
marbella. A finales del año pasado recibió el 'Premio Menina' por su trabajo en la lucha contra la violencia de género. Médica adjunta de la unidad de Urgencias del Costa del Sol desde hace 25 años, en el 2000 comenzó a trabajar en los protocolos del centro en relación a la violencia de género y malos tratos y desde entonces ha liderado la creación de guías de intervención de la Agencia Sanitaria. El año pasado el Hospital Costa del Sol se situó como referente nacional en la aplicación de un protocolo para detectar el uso de drogas de sumisión química -como la burundanga- en casos de violaciones. Un protocolo que dirige Carmen Agüera y que acaba de extenderse al resto de hospitales de la provincia.
-¿Cómo nace ese protocolo de atención a víctimas de agresión sexual en el que el Hospital Costa del Sol fue pionero?
-Empezó a finales de 2016 pero cuando vio la luz fue en 2017. Nace de la inquietud de los profesiones que actuábamos en esta materia en cuanto al abordaje de casos de mujeres que sufren agresiones sexuales. Entendimos que ese abordaje sería mejor si nos coordinábamos entre quienes intervenimos cada vez que se activan los programas propios en estos casos. Cada uno tiene una función, una pauta de actuación. En definitiva todas van encaminadas a aliviar el sufrimiento de la mujer y a esclarecer los hechos del delito por parte de los forenses, la justicia y fuerzas y cuerpos de seguridad. Hicimos numerosas reuniones en el Hospital y llegamos a un protocolo coordinado entre todos. Lo fundamental es que la actuación es única. Y todo ello dentro del centro sanitario como centro facilitador en el que se inician actuaciones.
-¿En qué momento y cómo se activa el protocolo?
-Cuando hay una situación de agresión sexual la mujer acude aquí, al hospital, por primera vez, o a una comisaría. Si acude aquí por primera vez somos nosotros quienes activamos a los cuerpos y fuerzas de seguridad, una vez de haberle informado de que lo que le ocurre es un delito que necesita la denuncia para poder perseguirlo. Activamos a los cuerpos de seguridad y a través de ellos se activa al juzgado de guardia y al forense para que se proceda a una exploración conjunta, tanto clínica como pericial y forense, que se hace en el hospital, y en la que se tomarán todas las muestras necesarias tanto para la asistencia clínica como para la persecución del delito.
-¿Qué tipo de muestras se toman?
-Son muestras biológicas, pero también se pueden tomar otras que determinen las fuerzas de seguridad, como de ropa, por ejemplo.
-Las sustancias de sumisión química se eliminan del organismo en pocas horas, de ahí que sea importante acudir cuanto antes a un centro sanitario o a denunciar directamente.
-Es el handicap que tenemos porque en la sumisión química la sustancia utilizada se elimina muy rápidamente por el organismo, por eso son elegidas para estas acciones. El hecho de que la mujer acuda después de muchas horas de ser sometida a la agresión dificulta mucho que se puedan obtener muestras biológicas, por ello es aconsejable que acudan lo antes posible.
-¿A dónde se remiten esas muestras para su análisis?
-Desde nuestro hospital se estaban enviando al Instituto Nacional de Toxicología en Madrid. Ahora, con la activación del protocolo provincial que se ha aprobado, se va a derivar al Instituto Médico Legal.
La droga, en el 30% de casos
-¿Qué datos ha arrojado ese primer año de puesta en práctica del protocolo en el Costa del Sol?
-Nosotros nunca tenemos los resultados de las muestras que se analizan en el Instituto Nacional de Toxicología. Esos resultados se remiten directamente a los juzgados. Del relato que nos deja la víctima, y por los síntomas de las explotaciones podemos tener sospechas, intuir, que una agresión ha sido mediada con sustancias químicas. No en todas las agresiones que atendemos tomamos muestras de sumisión química, pero sí en un 30% de ellas.
-¿Cómo llega la sustancia a las víctimas?
-Por lo que nos hemos informado las sustancias se administran tomadas con la bebida, parece que es la más habitual porque la absorción es mayor. Se administran fundamentalmente en lugares de fiesta y ocio, en personas que previamente ya han bebido algo de alcohol. Pero hay otras formas, como inhalada, en forma de polvo, e incluso tocando un papel que esté impregnado de esa sustancia. Hay otras formas pero por vía digestiva es la más frecuente.
-Es complicado que se recuerde después con claridad lo ocurrido.
-Esos son los efectos secundarios de la sustancia, y eso es lo que busca el agresor. La amnesia y la confusión, que no recuerde lo que ha pasado y además que esté confusa sobre si lo que cree ha pasado o no. En esa confusión la persona puede tardar en pedir ayuda porque no es consciente de que ha podido ser víctima de la suministración de esta sustancia. Pero hay que denunciar.
-En sus años de experiencia, ¿cómo ha ido evolucionando el número de casos de agresiones sexuales a mujeres que llegan al centro?
-Se mantiene estable. Lo que sí parece que ha cambiado es que las mujeres denuncian más que antes. Hablamos de un delito que suele estar oculto. La vergüenza y la culpa lleva a la mujer a optar por mantenerlo oculto, entre otras cosas porque hasta se culpabiliza a la víctima antes que al agresor, pero es verdad que cada vez son más las que deciden dar el paso.
-Desde el ámbito sanitario se dio el paso hace tiempo con la activación de este protocolo frente a un problema que debe implicar a otros muchos sectores de la sociedad.
-Así es. Hay que implicar a mucha gente, sobre todo para aconsejar y ayudar a las víctimas para que se decidan y denuncien.
-¿Por dónde hay que continuar el trabajo en ese sentido?
-Educar en igualdad es importantísimo. La juventud ahora entiende las relaciones de una forma distinta, desde la igualdad, ese es un camino importantísimo y por ahí podemos avanzar. Ese es el futuro.
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