El procesado por la desaparición de una joven en Marbella ingresa en prisión por un atropello mortal
El detenido por arrollar con su vehículo a una mujer está implicado en la causa de la presunta detención ilegal de Agnese Klavina, de la que no se tienen noticias desde 2014
Juan Cano
Miércoles, 11 de mayo 2016, 01:04
Le quedaban tres pasos. Fátima Dorado Para acababa de salir del restaurante donde trabajaba y se dirigía a casa, donde la esperaban su marido y ... el más pequeño de sus tres hijos, que sólo tiene 12 meses. Los otros dos viven con los abuelos paternos en Bolivia, su país. Cuando sólo le restaban unos metros para terminar de cruzar el paso de peatones del bulevar de San Pedro Alcántara, un coche la arrolló.
El accidente se produjo dos minutos antes de las ocho de la tarde del lunes. Fátima, de 40 años, entró tres veces en parada cardiorrespiratoria y, aunque agonizante, pudo ser evacuada al Hospital Costa del Sol, donde murió poco después. Su cuerpo salió despedido y acabó a más de 30 metros del lugar donde fue atropellada. A juicio de los investigadores, la distancia de proyección indicaría que el turismo iba a gran velocidad, aunque el estudio para calcularla con exactitud depende de otras variables como la abolladura del chasis, la huella de frenada, el estado del asfalto. Tres testigos presenciaron el atropello y proporcionaron a la Policía Local de Marbella las características del coche, que se dio a la fuga: un Bentley oscuro con matrícula inglesa. A los 10 minutos, el vehículo fue localizado cerca del hotel Diana Park, en Estepona. El motor estaba caliente y con una abolladura en la parte delantera derecha.
Los agentes encontraron a los supuestos ocupantes dentro de un bar de la zona. Acababan de pedir una copa. La sorpresa vino cuando se les identificó. Según ha podido saber SUR, eran Westley Capper (38 años) y Craig Porter (34), dos nombres conocidos por la policía marbellí. Ambos procesados por la desaparición de la joven letona Agnese Klavina, que fue vista por última vez el 6 de septiembre de 2014 en una discoteca de Marbella. El supuesto conductor resultó ser Capper, que es hijo de John Capper, un multimillonario inglés, casi un personaje público en su país, que hizo su fortuna mediante inversiones inmobiliarias, algunas de ellas en la Costa del Sol. Westley lleva varios años viviendo en Marbella. Tras detenerlo, lo sometieron a la prueba de alcoholemia, donde arrojó un resultado próximo a los 0,70 miligramos por litro de aire espirado, es decir, casi el triple del máximo genérico para la mayoría de conductores. Al parecer, Craig Porter no fue arrestado. Según las fuentes consultadas, comprobaron que supuestamente no era el conductor, lo dejaron marchar.
Capper pasó la noche en los calabozos de la Jefatura de Policía Local marbellí y ayer por la mañana, una vez que los agentes finalizaron un primer informe sobre el accidente, fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Marbella. La comparecencia se demoró hasta última hora de la tarde. El juez acordó la prisión que solicitaba la Fiscalía. Inicialmente, se le imputan presuntos delitos de homicidio por imprudencia, omisión del deber de socorro, conducción bajo los efectos del alcohol y falsedad documental, según informaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
No es la primera vez que Westley Capper pisa una comisaría. A final de 2014, él y su amigo Porter fueron arrestados como sospechosos de la desaparición de Agnese Klavina, ya que, según la investigación, fueron las últimas personas con las que fue vista la joven letona antes de su desaparición. Al parecer, una cámara de seguridad de Aqwa Mist, una de las discotecas de moda en Marbella, los grabó subiéndose al coche con la chica a las seis de la mañana. Ella parecía encontrarse en estado de embriaguez y, por sus gestos, a los investigadores les dio la impresión de que se montó en el vehículo contra su voluntad.
Tres días después de la desaparición, una cámara de seguridad del puerto de La Duquesa, en Estepona, detectó a un grupo de hombres arrastrando un bulto pesado y de grandes dimensiones hasta una barco propiedad de Capper que luego puso rumbo al puerto de Cartagena. Con esos datos, Capper y su compañero fueron detenidos e imputados, aunque el juzgado que entiende en la causa decretó posteriormente su libertad. Ambos han sido procesados por un presunto delito de detención ilegal. El juez pide a cada uno una fianza de 300.000 euros.
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