El tribunal critica los efectos «perversos» de los macroprocesos
Cuestiona el actual modelo de instrucción judicial por su complejidad, y afirma que la solución está en un nuevo sistema procesal
Montse Martín
Jueves, 30 de julio 2015, 07:50
Cuestiona el actual modelo de instrucción judicial por su complejidad, y afirma que la solución está en un nuevo sistema procesal
El Tribunal Supremo en ... su sentencia aprovecha los recursos de algunos de los acusados que pedían que se les aplicaran atenuantes por dilaciones indebidas (retrasos en el proceso) para criticar las dificultades que ha generado la tramitación de esta causa, que califica como paradigma de los denominados macroprocesos. Los magistrados consideran que, a la larga, estos procesos provocan más efectos «perversos o contrarios a los que se pretenden evitar», cuestionando así el modelo de instrucción vigente. «Su solución solo podrá venir de la mano afirman de un nuevo modelo procesal que favorezca, sin detrimento de la coherencia, la investigación y decisión definitiva de los procedimientos». Añaden que «el problema de los macroprocesos está en modelos de investigación o instrucción y decisión del caso, sin perjuicio de que con las herramientas procesales actuales también es posible alcanzar cotas de mayor eficacia procesal».
No obstante, pese a poner en cuestión el modelo, el Supremo viene a alabar la instrucción y el juicio del caso Malaya (comenzó a instruirse en 2005 y la sentencia fue dictada en 2013) porque, globalmente, su duración ha sido «razonable», e incluso «inferior a la de otros procedimientos de menor complejidad».
Reconoce en ese sentido la labor de la Audiencia de Málaga, ya que el número de procesados (95) y acusaciones (4) entrañaba una «dificultad añadida» en cuanto a la organización y desarrollo del juicio en relación al número de testigos y el manejo de decenas de miles de documentos. Añade además que, también han sido muy numerosas las cuestiones sobre los hechos concretos y las de índole jurídica que el tribunal malagueño tuvo que resolver, siguiendo «un mínimo canon de motivación» su sentencia.
Por todo ello, el Tribunal Supremo contesta a los acusados que pedían que se les atenuaran las penas por de dilaciones indebidas que «no es excesivo» el tiempo en dictar una sentencia que finalmente tuvo 5.800 folios (en un año y tres meses), y menos si se compara con otras de dictadas en procesos de complejidad.
Organización del juicio
Cuando el caso Malaya estaba aún en fase de instrucción muy pocos apostaban por que el macrojuicio pudiera celebrarse dadas las dimensiones y el elevadísimo número de acusados. José Godino, el magistrado ponente y presidente del tribunal que iba a juzgar el caso, huyó de la rigidez de la ley e ideó sistemas organizativos que encajaran legalmente para poder manejar el juicio, con resúmenes y deliberaciones parciales al final de cada bloque de delitos y acusados. El sistema funcionó. El juicio comenzó el 27 de septiembre de 2010 y quedó visto para sentencia tras 199 sesiones el 31 de julio de 2012. La sentencia fue hecha pública el 4 de octubre de 2013.
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