El grafiti salvaje de Ddarko entre las ruinas del 'boom'
Antonio Javier López
Domingo, 6 de marzo 2016, 11:37
Homoggedon, la canción de Elphomega, sería una buena banda sonora para esta historia: «Quisiera ver animales dueños del planeta sueltos de sus cables y sus ... electrodos / quisiera verlos a todos / desguazando portátiles como dátiles (...) y la sabana en las calles como un día fue / rascacielos sepultados por dunas gigantes...». Lo comenta el propio Ddarko, que lleva casi un año pintando animales salvajes entre las ruinas del boom inmobiliario desplegadas por la Costa del Sol.
«Las localizaciones son una parte fundamental del proyecto, suelo buscarlas por Internet, en foros o Google Maps. Luego voy con el coche buscando hasta encontrarme con este tipo de construcciones en desuso. Me parecen un marco inmejorable para desarrollar mi trabajo. Suelo tomar fotos del espacio y luego voy a pintarlos o a veces el sitio tiene tanto encanto que una vez llegas vas improvisando...», avanza el joven grafitero malagueño, que no se ha parado a concretar las cifras de su particular zoo urbano, aunque calcula que en los últimos meses ha realizado entre 40 y 50 murales.
«Me parecía que los sitios donde suelo pintar como son los derribos, lugares abandonados o edificaciones a medio construir contrastaban muy bien con el color y el pelaje de algunos animales y me daban la posibilidad de jugar con el espacio, ademas de darme mucha cancha para experimentar con ellos, con la textura de los ladrillos, los azulejos o las paredes encofradas», detalla el autor malagueño, que ha mostrado su trabajo en Fundación Giorgio Cini (Venecia), el CAC Málaga, el Festival IN (Lisboa), el ciclo Málaga, Arte Urbano en el Soho (MAUS) y el Centro Unicaja de Cultura en Antequera, entre otros espacios.
«La burbuja inmobiliaria, por desgracia ha dejado a su paso muchas construcciones grises y en desuso, lo que se han denominado cadáveres inmobiliarios. La naturaleza en muchos casos está recuperando el espacio y yo por mi parte intento darles algo de vida y color», apostilla Ddarko, que prefiere no dar demasiados detalles sobre la localización de las pintadas, realizadas al margen de los cauces oficiales.
Así han ido creciendo un pavo real en las puertas de un ascensor, una medusa en las paredes de lo que debía ser una cocina, un pez naranja en el salón... «El sitio suele marcar el animal, suelo ir con los bocetos, las fotos y los apuntes previos y empezar a jugar con el espacio. Para mí es lo más importante, pero a veces voy con la idea de hacer algo y luego voy buscando el sitio hasta que doy con él, esta ultima opción es más complicada, me ha pasado ir con las ideas muy claras de hacerme un animal y terminar haciendo otra cosa totalmente distinta por haberme encontrado otro sitio que me ha apetecido más», acota Ddarko.
Y añade: «Busco también a veces sacar al animal o a especies de su hábitat, aumentarlos de su tamaño natural o los enfrento entre ellos. En definitiva, el sitio tanto en este proyecto como en mis acciones más poéticas o intervenciones urbanas es parte fundamental en mi obra». Espacios como la desembocadura del río Guadalmedina, escenario preferente en la última edición del MAUS donde han pintado, entre otros Suso33, Okuda, Javier Calleja y Ben Eine.
Junto a la larga frase de este último sobre fondo negro («El que un día fue prominente ahora fabrica aires de cambio») aparece una serpiente pintada por Ddarko, que ha llevado esta serie de la calle al estudio, como sucede con su obra.
«Aparte de los murales sigue Ddarko e intervenciones, y de forma paralela, en mi estudio tengo una serie de piezas en diferentes soportes tanto reciclados como señales de trafico, botes oxidados, mapas antiguos o soportes más ortodoxos que pensaba exponer, pero por suerte se han vendido antes de tiempo, ya que tengo coleccionistas que han adquirido las piezas a través de Internet. Esto hace que el proyecto continúe y pueda seguir costeando el estudio y creando».
Una biografía artística que dentro de poco puede llevarle hasta Nueva York, si termina de cuajar un proyecto, al tiempo que prepara una acción en Fuengirola, su centro de operaciones. Y así, la firma de Ddarko emerge en la pujante escena urbana local: «El grafiti en Málaga está más vivo que nunca, nuestra ciudad siempre ha sido una de las pioneras en España, siempre recuerdo ver grafitis en las vías cuando iba en tren a Málaga de pequeño, de hecho muchos de esos nombres continúan hoy en activo y son fuente de inspiración, quizás no estaríamos hablando ahora mismo si no hubiera visto esos colores de pequeño».
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