Lo nuevo de PuroSushi, el restaurante más clandestino de Marbella
Escondido en el hotel Puente Romano, abre ahora la posibilidad de pedir a la carta al incorporar una sala anexa donde no hay que ceñirse a un menú ni a un horario ·
Siempre ha tenido Andrés Médici cierta tendencia hacia lo clandestino. Primero en el local con el que desembarcaba en el centro de Marbella desde Vigo ... e incluso ahora, en pleno hotel Puente Romano. Allí, alejado de la famosa plaza, en la fase 2, se esconde su templo, Purosushi. Ese en el que el comensal se deja llevar por alguno de sus menús omakase, donde él va preparando los platos a su antojo según mercado y temporada.
Ahí la cocina es la que manda. Toda una experiencia que se vive en la barra, muy de tú a tú con la familia Médici. Algo que puede sonar suculento para algunos, pero no tanto para otros. Porque también los hay que prefieren tener el control de la comanda y escoger los platos que van a cenar. Sin tener que ceñirse a un menú cerrado ni a un turno de cena estricto.
Pensando en todo ese público más amigo de la mesa libre que de la barra omakase, Purosushi estrena su Lounge, un espacio de media docenas de mesas en el que «en vez de elegir nosotros, eliges tú», resume Andrés, avanzando que en esta nueva sala ofrecerá en torno a una decena de elaboraciones que irán rotando con el día. Desde sashimis y nigiris hasta caballa kobujime (curada y marinada en alga kombu).
«Prácticamente será el mismo sushi y los mismos platos, con algunos más, pero en una carta enfocada a quien prefiere vivir la experiencia por sí mismo. En la barra todo es más medido, más estricto en cierta forma, aquí queremos que haya libertad, que sea un ambiente relajado, tranquilo, y que sirva como una puerta a todo aquel que no se anima con el menú omakase o que incluso puede suponer un freno a la hora de venir a cenar, así además es fácil repetir más a menudo», puntualiza el cocinero argentino afincado en Marbella.
Lo dice con una sonrisa y mucho entusiasmo puesto en esta nueva versión de Purosushi más asequible para el bolsillo (los menús oscilan entre los 140 y los 230 euros, mientras que a la carta es el comensal quien decide lo que se quiere gastar). En esta línea, Andrés Médici hace también hincapié en una reestructuración de la bodega con la intención de servir precios más comedidos y la ampliación de referencias como en el caso de los sakes, con casi cien.
«Sólo queremos hacer más cómoda la visita y llegar a todo tipo de público, sin que nadie se sienta obligado a nada». Y lo hacen desde ese rincón casi clandestino de Puente Romano que Andrés traduce al japonés como MA: pausa, silencio entre sonidos.
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