Foto histórica de los helados de Casa Mira, con el sobrenombre Horchatería Valenciana. Sur

En burros cargados de turrón: Así comenzó la historia de Casa Mira en Málaga

La familia Mira empezó a vender productos en un portal de la calle Cisneros antes de abrir su primer local en calle Nueva

Juan Soto

Málaga

Miércoles, 3 de septiembre 2025, 00:21

En burros cargados de turrón. Así llegó la familia Mira a Málaga desde Jijona a finales del siglo XIX y de esta forma comenzó la ... historia de Casa Mira, una de las heladerías y turronerías más queridas de toda la ciudad y que acaba de cerrar uno de sus locales más emblemáticos del Centro.

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El primero en pisar tierras malagueñas fue Severino Mira, bisabuelo de la generación de heladeros y turroneros que actualmente dirigen el negocio (ya que la gestión la llevan de forma independiente). Severino llegó acompañado de su familia y con un enorme cargamento de turrones para venderlos en la ciudad. Se instaló inicialmente en un portal de la calle Cisneros, junto a la sombrerería Casa de Pedro Mira, y su éxito en este primer viaje fue arrollador.

Tras esta primera experiencia positiva, decidió volver, ya en carros, para quedarse con su familia en un humilde despacho de venta. En 1890 abrió un local en la calle Nueva y empezó a prosperar hasta el punto de quedarse de forma definitiva en la ciudad. En aquella primera época se llamaba El Valenciano.

Como el turrón era un producto que sólo generaba ingresos durante la temporada de invierno comenzó a elaborar helados gracias a las enseñanzas obtenidas en Jijona. Era una época en la que aún no tenían electricidad y para hacerlos utilizaba la nieve que traía en carretas desde la sierra de las Nieves. Su heladería, de hecho, fue la primera que existió en la ciudad y tuvo el sobrenombre de 'Horchatería Valenciana'.

En sus inicios, los empleados venían desde Jijona y vivían en las plantas superiores del edificio junto a una cocinera que les preparaba platos típicos levantinos. Los trabajadores cobraban su sueldo a diario y se les daba, asimismo, tabaco y vino de la antigua taberna de la calle Cinco Bolas.

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Parón durante la Guerra Civil

La familia Mira tuvo que abandonar Málaga durante la Guerra Civil. Es más, durante los meses que duró la contienda en la ciudad, la heladería se convirtió en sede de la CNT. Tras la guerra lograron recuperar el local y volvieron a abrir, ya con el nombre de Casa Mira. Eran años difíciles, de escasez de productos y materias primas. Por eso, para paliar en parte esa carencia, se compraba leche en polvo americana de contrabando y se recurría al azúcar de estraperlo y a cartillas de racionamiento que estaban trucadas.

El crecimiento de Casa Mira comenzó con la apertura del segundo local en calle Larios en el año 1943. Se situó inicialmente junto a la papelería Imperio, casi frente al actual hotel Larios. Años después, el negocio se trasladó a su actual emplazamiento.

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Posteriormente, y ya con los nietos del fundador al frente, cuarta generación de heladeros y turroneros, se abrieron los locales de Carranque en 1968, Compás de la Victoria en 1975 y Paseo de Sancha en 1989 (ya cerrada). En épocas más recientes también han abierto en Císter y en Andrés Pérez, que es la que acaba de cerrar sus puertas.

Pese a su fuerte vinculación con Málaga, Casa Mira también cuenta con un establecimiento en Madrid. Curiosamente, la ubicada en Carrera de San Jerónimo y fundada en 1855 por Luis Mira es la única que cuenta con la patente de la marca. Desde la propia empresa explicaban a SUR que Luis y Severino acordaron de palabra que la familia que se desplazó hasta Málaga pudiera comercializar los productos con la única condición de sólo vender en Málaga. Y así continúa siendo hasta hoy.

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