Cinco pizzerías y una pinsería que hay que visitar en Málaga

Diez años cumple este 2025 esta pizzería de Alhaurín de la Torre famosa por sus éxitos en diversos campeonatos de pizza. A lo largo de esta década, Carlos Jiménez ha conseguido que Alveograma no se haya estancado y haya ido evolucionando, incorporando novedades y adaptándose a los ingredientes y los gustos malagueños. ¿Su clave? Cuidar mucho el entorno, el servicio y su seña de identidad: esas pizzas artesanas al horno de piedra, entre las que sobresalen algunas como la 'Brooklyn' –doble de ternera, beicon, cebolla frita, pepinillos, salsa barbacoa, mayonesa y queso cheddar– o la 'Tejana' –salsa gaucha, mozarella, ternera, bacon, pimiento rojo, parmesano y orégano–. Tampoco faltan propuestas sin gluten (una de sus principales bazas) y dulces, como diferentes tipos de calzone (nutella, pistacho, lotus y kinder).

Hace apenas tres meses, Miriam Ruiz Mateos y Emilie Beneitez Lefebvre pusieron en marcha este negocio de 'take away' y 'delivery' con un objetivo: demostrar que la comida rica también puede ser saludable. Ambas intolerantes al gluten, buscaban una propuesta inclusiva a todos los paladares. Y en eso andan con ingredientes frescos y locales como base de unas pizzas que están ya en el top de muchos malagueños gracias a sus masas artesanales de fermentación lenta.

Entre ellas, además de las tradicionales con harina de trigo 00 (de media fuerza), se encuentran las que hacen con harina de garbanzo y las de base keto, elaboradas con pollo y huevo, pensando en llegar a todos los estilos de vida, «sin excluir a nadie». Imprescindibles son sus variedades de mortadela con pistacho, la trufada o la amatriciana. Tal es su éxito que ya anuncian una próxima ampliación del local que les permitirá tener también servicio en mesa y más platos en carta (incluidos postres).

Fundada por Bruno Gómez Domínguez y referente ya en la Costa del Sol, el pasado mes de noviembre abría en la capital malagueña el segundo restaurante-pizzería. La primera con parque de bolas y la segunda con ludoteca, ambas cuentan en su carta con un apartado especial para la pizza casera. Entre las clásicas destacan algunas como la blanca de mozzarella fiordilatte, pesto de pistacho, tomates secos y mortadela italiana; o la de tomate con albahaca, mozzarella fiordilatte, champiñón, maíz, pollo asado y huevo estrellado.

Además, tiene un espacio para las 'muy especiales'. Ahí están, por ejemplo, la calabresa, de tomate con albahaca, mozzarella fiordilatte, nduja (sobrasada picante italiana), scamorza affumicata, cebolla roja y tomates cherry amarillos; o la carbonara original, con base blanca de mozzarella fiordilatte, guanciale (chacina italiana del carrillo del cerdo), yema de huevo, queso pecorino romano D.O.P. y pimienta negra. Incluye apartados específicos sin gluten y sin lactosa y elaboraciones dulces: calzone de nutella y pizza de nutella. Adaptándose a la tendencia incluye en su carta muchas opciones sin gluten. Además, ofrece un menú diario de lunes a jueves por 16,90 euros y otro especial para grupos por 24,90 euros todos los días de la semana. También tiene la opción de que le sirvan a domicilio o recoger en el local con ofertas especiales.

Casi treinta años de vida avalan a uno de los clásicos de Fuengirola. Pizzas de masa madre, fermentación larga, amasadas a mano y horneadas al momento son algunos de sus platos fuertes, además de la harina utilizada, marca El Molino de Coín. Incluida en la guía de las mejores pizzerías del mundo '50 TOP Pizza' como una de las mejores pizzerías independientes de España, sirve a diario más de 200 pizzas de estilo napolitano-romano. Entre sus ingredientes, desde tomate Huevo de Toro y jamón ibérico hasta espinacas de la familia Hevilla, berenjenas asadas y chorizo picante. También tienen pizzas de base 'bianca' y con crema de calabaza.

Entre la variedad de platos de la cocina napolitana que ofrece el experimentado cocinero Francesco Mastantuoni en este rincón del señero barrio de La Victoria, evidentemente no podía pasar por alto la célebre pizza. En su caso, con un guiño al 'street food' a través de una propuesta con mucha tradición y extendida en Nápoles, pero no muy popular fuera de la ciudad: la pizza frita, una especie de calzone relleno. El secreto está en la masa madre natural. Como en sus focaccias. Junto a la pasta, también se pueden pedir sin gluten. Su carbonara o su lasaña napolitana (con ragù napoletano, albóndigas y queso ricotta en lugar de bechamel y carne picada) son algunos de sus platos más aclamados.

En plena hilera de chiringuitos de pescaíto frito se cuela este con aire bohemio y sello italiano, pero marca Tiki (popular por sus otros restaurantes de cocina japo y mexicana a apenas unos pasos de éste). Una propuesta que se desvía un poco de la típica pizzería. En este caso, como pinsería. No en vano, según cuenta el 'capitán' de la marca, José María Torres, esta versión de Tiki nació precisamente con intención de aportar algo diferente, reivindicando una variante de la pizza: la pinsa, considerada precisamente su antecesora.

Aparentemente apenas hay diferencia, salvo en la forma, habitualmente ovalada o rectangular. Su base se compone de harina de trigo, soja y arroz; requiere más agua y menos levadura y su tiempo de fermentación es mayor. Eso hace que el resultado sea más crujiente, ligero y digestivo. Lo pueden comprobar si van a Tiki y piden alguna de sus elaboraciones (también sin gluten), entre ellas, una con langostinos al pilpil. En el apartado dulce destaca la focaccia de nutella.