UN RESPIRO A LOS 76 SEGUNDOS
Paco Cañete bautizó a Pellicer como 'Torito' y de aquel apodo me acordé cuando vi salir al Málaga con tanto ímpetu. «Los jugadores se tienen ... que sentir cómodos y útiles», advirtió el exlateral en la víspera. Y nada mejor que encontrar una válvula de escape a los 76 segundos, el escaso periodo que necesitó el equipo para ponerse con ventaja y, por consiguiente, disfrutar de la capacidad de manejar el partido a su antojo. Después no hubo mucho más porque el equipo es lo que es y además está asolado por la desconfianza. Lo que toca con esta plantilla es asegurar los resultados -porque no está para pelear por tanteos altos o pretender exhibir juego bonito (el error los primeros dos meses)- y convencerse de que el 1-0 sabe a gloria.
Dijo Pellicer que incorporaría «unos matices personales». Sería ilógico hablar de mejoría o de empeoramiento con el nuevo técnico. Apenas han sido dos entrenamientos a sus órdenes. Sí vimos variantes tácticas tras el descanso (incluso con Juanpi al principio en la izquierda y Antoñín por dentro) y también dos movimientos en sendos córners que tuvieron pinta de acciones de estrategia que hasta ahora brillaban por su ausencia. Una de ellas acabó con disparo al larguero. Con todo, hubo también mucho heredado de la 'era Víctor'.
Pero, ¿al final hubo tanto cambio? En absoluto. Cifu volvió a dudar cuando llegó al área contraria, Juan Carlos sigue sin dar una a derechas, Juanpi desespera con su trote, Renato elige siempre la opción mala, Dani Pacheco juega en una zona en la que es totalmente ineficaz (ni un pase al hueco ni una llegada ni un tiro entre los palos), Sadiku no tiene una sola opción buena de remate...
Antoñín volvió a marcar, pero conviene no perder la perspectiva. Cada vez es más embarullado en sus acciones, más atolondrado por querer jugar a una velocidad más. Ayer no culminó una sola acción. Se le fueron los controles, abusó de determinados movimientos y al final hasta se asemejó a Renato. Le falta conocer el juego (mucho) y será importante si asimila los consejos porque tiene cualidades innatas. Claro que mientras meta goles en este equipo, todo se da por bueno. Por supuesto.
De canterano a canterano: Juande estuvo a buen nivel. Ni se notó que era su debut. Mostró su habitual contundencia y no se arrugó. Se compenetró muy bien con Luis Hernández, impecable en muchas acciones. Aun así, sería injusto obviar que el equipo se protegió de maravilla, bien replegado y manteniendo alejado al rival.
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