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Los extremos destrozaron al Málaga. La labor de Isi Palazón –futbolista reclutado la pasada campaña de la Ponferradina a raíz de la marcha al Espanyol del que era 'jugador franquicia', Embarba– y de Álvaro García fue absolutamente decisiva en la derrota. Los tres goles del partido partieron de acciones desde las bandas con fatal desenlace para las huestes de Sergio Pellicer (ver crónica).
El Málaga, que se había mostrado casi como un muro infranqueable para sus rivales en sus dos últimas citas (el 0-1 en Castellón y el 1-0 al Alcorcón) padeció mucho en el uno contra uno de sus laterales, Calero y Matos, ante los 'puñales' alineados por Iraola, los dos titulares habituales en esas demarcaciones. Ya superado el cuarto de hora de partido Isi intentó un sombrero en presencia de Matos, con un cruce apurado de Ramón, que fue sancionado con manos al golpearle el balón en una extremidad. Tras tres minutos de análisis de la acción en la sala VOR la pena máxima se confirmó y la aprovechó el propio Isi engañando a Dani Barrio en la ejecución.
Apenas tres minutos después el desborde vino desde el costado izquierdo. Calero no pudo perseguir al excadista, y su excelente centro, al que amenazaba con llegar Pozo a placer, se lo introdujo Juande en su propia portería, sin que pudiera hacer nada su compañero Dani Barrio. En muy poco tiempo el choque se le ponía ya muy complicado a un Málaga que sigue teniendo poco gol.
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El cuadro este sábado de verde y morado nunca supo frenar la capacidad de desequilibrio desde las alas del Rayo. Los cambios de Pellicer se centraron todos en remover el ataque.
El desenlace fue que el Rayo marcó tres goles más en otros tantos minutos, aunque los dos primeros fueron invalidados por claros fuera de juego. En el primero Isi recibió adelantado y anulaba el acierto posterior de Yacine Qasmi; en el segundo, Fran García, internacional sub-21, asistió a Pozo cuando estaba también por delante en la jugada,pero a la tercera fue la vencida, cuando el fuengiroleño aguantó la posición a centro de Isi, y luego controló y definió con calidad a bocajarro ante Barrio.
El Rayo acabó con el exmalaguista Antoñín y con Sergio Moreno dando refresco a los protagonistas de la noche. Y, como a perro flaco todo son pulgas, el recién llegado cedido desde el Granada cabeceó un centro del segundo de ellos para redondear el tanteo. 4-0 y de nuevo otro gol originado desde la banda. Desde el primer partido tras el confinamiento (1-3 ante el Huesca), hace trece, el Málaga no recibía más de dos goles en una cita liguera.
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