Mano involuntaria

NO es un colegiado valiente el castellano-manchego Arcediano Monescillo. Ni que haya mostrado mucha independencia en la toma de decisiones. Si a eso le añadimos el 'cacao' que se tiene montado desde la dirección técnica del arbitraje profesional con los criterios que se han de aplicar en la voluntariedad de las manos de Matos y Ramón, la polémica estará servida. Es necesrio reuperar urgentemente en el fútbol la voluntariedad o invountariedad de estas acciones.

Lo positivo: Destacar facetas positivas de Arcediano en Vallecas es tarea complicada. Quizás, el esfuerzo con que se aplica para cumplir con las recomendaciones que les transmite desde el Comité Técnico. Ejemplo de esto, la indicación del penalti, que para señalarlo no necesitó del videoarbitraje. Sí que hizo uso de él de acuerdo con lo que tienen establecido, para su confirmación. La experiencia es otro aspecto positivo en su labor, en su décima temporaa en Segunda, lo que le permitió ser respetuoso con los profesionales y estar equilibrado en el uso de las tarjetas. Sólo amonestó al malaguista Benkhemassa, primero, y a Óscar Valentín, en el segundo periodo.

Lo negativo: La jugada que marca el devenir del partido fue sin duda el penalti indicado. La acción ni es clara ni es manifiesta, ni tampoco voluntaria, pero sí que existe la mano, aunque esta no se interfiere en la trayectoria del esférico, hecho que siempre se tuvo en cuenta para determinar la intención de la misma. Siempre fueron estas acciones las que determinaban en un colegiado si su visión del juego era la adecuada o no, pero ahora con tantas teorías en las mismas culpar a los árbitros en estas decisiones no sería lo adecuado.