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¿En qué pensaron Víctor Sánchez del Amo y su delegado, Josemi, cuando se agotó el cupo de cambios con la entrada de Juan Carlos por Juanpi en el minuto 62? De golpe y porrazo la sustitución generaba tres problemas importantes al equipo malaguista: con el resultado muy difícil de levantar (2-0 e inferioridad numérica), introdujo a un jugador apercibido de sanción en víspera de un derbi ante el Cádiz en el que el Málaga tendrá seis o más bajas confirmadas entre los diecisiete profesionales.
En segundo lugar, se asumió sin que fuera imprescindible de nuevo el riesgo de alineación indebida. Con la expulsión de Adrián y al no rectificarse la situación con la entrada de Juan Carlos por Juanpi, dos futbolistas de la primera plantilla una lesión o expulsión de alguno de los siete con dorsal del '1' al '25' en el campo hubiera precipitado el fin del choque y la derrota por 3-0.
El tercer entuerto residía en agotar el cupo de cambios a media hora del final, sin dejar ya más margen de maniobra para nada y sin que salieran del césped Luis Muñoz, Keidi o Antoñín, alguno de los tres canteranos. El Málaga ya jugó al filo del alambre en Santander todo el segundo tiempo. Ayer lo hizo más de media hora (28 minutos de tiempo real y seis de añadido). Desde antes de ese tramo Luis Hernández y, después, Sadiku (minuto 71) y Diego González (85) vieron la amarilla y aumentaron el peligro para el Málaga, en el que además también Juan Carlos podía sentirse algo limitado a sabiendas de que una amarilla le haría ser baja ante el Cádiz.
Sin embargo, hay un matiz importante. Ante el Racing el Málaga actuó con siete profesionales y cuatro canteranos en el segundo tiempo por obligación, ya que se lesionaron en el primer tiempo Luis Hernández y Lombán y el equipo fue con sólo nueve fichas del primer equipo al choque. Ayer la situación de riesgo pudo haberse evitado al prescindir en algún momento de Luis –en el descanso, incluso se quitó a Lombán, pero no a Luis, que se retrasó a la zaga–, Keidi o Antoñín.
Afortunadamente para el Málaga el Huesca no quiso hacer leña del árbol caído y no quiso buscar con ímpetu la goleada. Ferreiro desperdició un penalti (paradón de Munir) y hubo algunas ocasiones más, pero sin que el cuadro local se exprimiera. Evidentemente, Víctor Sánchez del Amo ha de pensar en lo mejor a nivel deportivo para su equipo, y por ahí puede estar la explicación de sus cambios, pero asumió un riesgo grave durante muchos minutos.El Málaga ya ha jugado esta campaña cerca de 80 minutos en estas condiciones, cerca de hacer historia en el plano negativo.
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