El Málaga, desbordado por un Oxford con más rodaje (3-0)

El Málaga afrontaba el duelo más exigente del verano hasta ahora, junto al del Almería (del que salió airoso, 2-1), pero esta vez actuando de visitante y con un matiz muy importante a estas alturas, el de que su rival comienza el campeonato liguero una semana antes, pues debuta el próximo sábado ante el Portsmouth en la Championship, la 'Segunda' más potente del mundo, con 24 equipos, un torneo regular durísimo, con 46 jornadas, y elevados presupuestos.

Con todo el Oxford, que ascendió hace un año y fue decimoséptimo la pasada campaña, es de los clubes más humildes, con una elevada cuota de jugadores británicos en sus filas, y venía de un 1-1 ante el Leganés el jueves. Pero seguramente su formación inicial, con un 4-2-3-1, apuntaba ya a la del debut, frente a un Málaga aún con bajas de peso, como las de Alfonso Herrero (duda cara al estreno del sábado 16 (19.30) ante el Eibar, y Luismi.

Pellicer volvió a situar a Lobete en la banda izquierda, con Dani Lorenzo jugando más cerca de Niño. Izan Merino, una vez más, se vio obligado a disfrutar de poco descanso, ante la ausencia de alternativas. La presión alta del Oxford generó dificultades en la salida del balón del Málaga, y fue en una pérdida en el área de Murillo, el jugador menos afortunado de la zaga, como se originó el tanto de Mills, en el minuto 32. El excanterano del Everton cabeceó solo al segundo palo en un centro inmediato desde la izquierda.

El Málaga la tuvo antes, en el minuto 19, en las botas de Lobete, en una acción larga de ataque. Niño descargó sobre Dotor en el medio, y el centrocampista buscó en profundidad al guipuzcoano. El portero salió y despejó, pero el balón lo recuperó Dani Sánchez y sirvió al atacante en el interior del área, pero entonces la defensa despejó el tiro del delantero a saque de esquina.

Pero el Oxford pareció más metido en el partido. Antes del gol dispuso de la oportunidad más clara, en un remate al poste de Goodhrham, uno de sus referentes, tras un pase en profundidad de Mills. El joven de 21 años estuvo ominpresente y casi logra el 2-0 en un remate por encima de la portería rondando el fuera de juego. Más cerca del intermedio llegó la respuesta de Adrián Niño que cabeceó picado y provocó el despeje a córner de Cumming.

El Málaga se pasó al 4-4-2 convencional en la segunda mitad con la entrada de Chupete junto a Niño. Sólo este, Carlos López, Galilea, Izan Merino y Larrubia siguieron en el campo. La idea era reaccionar cuanto antes en el marcador, pero llegaron los peores minutos del equipo, con un remate al palo de Goodrham, a centro de Phillips, otra ocasión de Brannaghan, y una gran parada de Carlos López por bajo, para enviar a córner, ante Mills.

Pellicer optó entonces por prescindir de un punta, Niño, e introdujo a Rafa, y poco después retrasó a la zaga a Izan Merino (que lo juega casi todo por necesidades del guión) tras la entrada de Juanpe, pero el equipo no terminaba de mostrar una reacción contundente en el campo y las ocasiones no eran realmente claras. Un par de remates desviados de Ochoa y otros intentos menos certeros aún de Larrubia y Niño. La más clara la tuvo Pastor, a balón parado a diez minutos del final. Cabeceó por bajo pero la sacó con las piernas Cumming.

Asumiendo riesgos en ataque, John Busby interpretó en una jugada de contragolpe un derribo de Puga a Sibley y Brannagan se encargó de ejecutarlo engañando totalmente a Carlos López. En pleno derrumbe llegó el tercero, del central Moore, que cazó un rechace en una acción embarullada ante una defensa blanda.