José Alberto, tenemos un problema... fuera
El entrenador del Málaga se enfrenta a una situación similar ya vivida por Pellicer la pasada Liga, cuando el equipo fallaba en casa y tuvo que cambiar el sistema
«Hemos estado irreconocibles», sentenció José Alberto tras la humillante goleada encajada en Ponferrada (4-0). Probablemente tal afirmación del entrenador del Málaga estaba encuadrada ... en una valoración global de las seis primeras jornadas y, sobre todo, condicionada por la notable actuación una semana antes frente al Girona en casa. No obstante, si el análisis se ciñe exclusivamente a los tres encuentros a domicilio disputados hasta la fecha, el equipo fue más de lo mismo e incurrió en una serie de pecados capitales que acentúan, si cabe, la 'cara B' del conjunto blanquiazul.
Un empate in extremis y dos derrotas claras suponen el fiel reflejo de un Málaga encogido fuera, sin esas ideas claras que exhibe en casa. De salida, parece evidente que José Alberto deberá apretar a sus jugadores en el aspecto psicológico –más si se tiene en cuenta que la próxima cita es en El Molinón contra el Sporting– porque suena casi a certeza (más que a sensación) que determinados futbolistas sólo rinden al cobijo de La Rosaleda. Este detalle es más patente en los extremos hasta ahora indiscutibles, Paulino y Kevin. En Ibiza, en Almería y en Ponferrada ofrecieron simples destellos y, lo que es peor, su aportación en el juego fue nula. Más anclados en la banda, más pendientes de la conducción o el regate, ni uno ni otro exhibieron el dinamismo con el que lucen en Martiricos.
En las tres salidas al equipo le costó manejar el partido al jugar con sólo dos centrocampistas
Pero, ¿hasta qué punto el mismo patrón de juego, el 4-4-2, puede valer en casa y fuera? Esa es otra cuestión que debe analizar escrupulosamente José Alberto esta semana junto a su cuerpo técnico. A priori, la respuesta se antoja sencilla a tenor de los cambios tácticos realizados por el propio entrenador con 2-0 en contra en Ibiza y en Ponferrada. En ambas situaciones optó por idéntica fórmula. En la isla se inclinó por un triple cambio en el minuto 62 que en realidad implicó la entrada de un tercer centrocampista (Genaro) junto a Luis Muñoz y Escassi; en El Toralín apostó en el descanso por la inclusión de Ramón y mantuvo en el campo a Jozabed y Escassi. Incluso en Almería, también con 2-0, recurrió en el minuto 67 a Jozabed para unirse a Genaro y Luis Muñoz (el sacrificado fue Paulino) y nueve más tarde Ramón reemplazó a Luis Muñoz.
Precedente contra el Tenerife
Vistos estos precedentes, la conclusión es obvia: el equipo ha sido más vulnerable en las salidas con dos centrocampistas. En todas ellas al equipo le costó manejar el partido y únicamente en Almería sí se vio en la primera parte un duelo de tú a tú. Además, conviene no olvidar el último partido de pretemporada, en este caso con la pareja Luis Muñoz-Jozabed, cuando el Málaga naufragó hasta el descanso frente al Tenerife.
El rendimiento de Paulino y Kevin nada tiene que ver con el que ofrecen en las actuaciones en La Rosaleda
La pasada temporada el entonces entrenador, Sergio Pellicer, ya vivió una situación similar, aunque en este caso la sucesión de resultados negativos se produjo en La Rosaleda y cuando el equipo tenía que asumir cierto protagonismo en el juego. El castellonense tuvo que dar un viraje en su planteamiento (también con dos centrocampistas) y la apuesta por otro sistema, el 4-1-4-1, no tardó en darle réditos como local (aún se recuerda la exhibición frente al Rayo Vallecano).
En la actualidad el Málaga es un equipo que no maneja los partidos a domicilio, pero a la falta de control en el juego se suman la escasa movilidad y la dificultad para robar la pelota. Algo así como el huevo y la gallina. Porque de un lado la presión no es suficientemente eficaz, lo que dificulta tener cierta posesión en condiciones normales (el porcentaje se ha maquillado porque el rival aguarda pacientemente en su parcela tras la ventaja adquirida), mientras que tener poco el balón también genera cierta desconfianza para moverlo con criterio. El culmen se vivió en la capital berciana, donde Dani Martín cedía en corto a un compañero en el área pequeña para iniciar la jugada... y a continuación se producía un envío en largo.
Desajustes, fallos de marca y falta de contundencia han sido la causa de los ocho goles encajados
Pero tal vez el aspecto que debe provocar más preocupación en el cuerpo técnico es el capítulo defensiva. Los desajustes, los graves fallos de marca y la falta de contundencia han sido la causa de los ocho goles encajados en las tres salidas. Ya en pretemporada, contra el Alcorcón, el Málaga basculó mal en los tres goles encajados, situación que se repitió sin ir más lejos en el primero recibido fuera en la Liga, en Ibiza. Es otro motivo más para que el malaguismo tenga claro el mensaje a su entrenador: José Alberto, tenemos un problema fuera.
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