La hornada del San Félix pide paso

Ismael y Ramón, incluso, ya han podido debutar. Ambos han sido también internacionales sub-18, y el defensa, también sub-20 (acaba de ganar el COTIF en Alcudia). Junto a ellos de aquel San Félix Cristóbal y Chechu han emprendido caminos fuera (en el Sevilla y el Real Madrid, respectivamente) y Quintana, Castillo, Mike Alexander, César Llopis y Marcus aparecen ya en el filial, el Atlético Malagueño.

De los cuatro de la hornada presente en el estreno liguero el que más jugó fue Ismael, que no desentonó nada como lateral derecho respecto a las prestaciones de Cifu e Iván. «No me sorprende nada de lo que pueda ocurrirle mañana. Desde su humildad y capacidad de trabajo, por las ganas que tiene de ser futbolista, lo va a conseguir. Parece más maduro. Es un defensa valiente, anticipativo, rapidísimo en cinco o diez metros y que será algún día de la primera plantilla seguro«, afirma Manolo Sanlúcar, que le dirigió la pasada campaña en el Malagueño. Sólo le pone un pero: »Tiene que decidir mejor en los últimos veinte metros del campo«.

Ismael fue central derecho hasta su llegada al San Félix juvenil, porque va bien por alto y en la disputa, pese a su altura, pero fue entonces cuando empezó a alternar más como lateral. Quienes le han tratado de cerca destacan su competitividad en los entrenamientos, su capacidad para saber escuchar y poner en práctica en el campo lo que le dice cada entrenador. Esto le ha dado un plus respecto a otros jugadores supuestamente mejor dotados técnicamente.

También debutó con el primer equipo, aunque apenas unos minutos, Ramón Enríquez, la joya de Ogívar. «Puede jugar en La Rosaleda de la misma forma que en el campo del San Félix, porque asume la responsabilidad en el estadio que sea. Lleva jugando ese fútbol desde que era pequeñito», destacó de él en su momento Ale Acejo cuando le entrenó en el San Félix.

«Por cómo entiendo el juego era mi debilidad –se pronuncia Sanlúcar–. Se asemeja, salvando las distancias, a Iniesta, pero tenía muchos juveniles y no podía poner a más. Le pedía que se acercara más a la portería contraria, que terminara las jugadas». Quienes les han tenido destacan su temple, su buen golpeo a balón parado, su visión de juego, su facilidad para perfilarse hacia el balón, pero asumen que ha de mejorar en sacrificio defensivo (pese a tener un buen tren inferior), lo que de momento le hace ser un jugador válido junto a un 'pivote' más trabajador. Suele ser una constante de jugadores de talento que suben categorías en el Málaga, muy acostumbrados a actuar en equipos claramente dominantes.

Mientras, Gonzalo, pese a no ser el prototipo de portero moderno, por no tener una gran envergadura, destaca por ser un entrenador en el campo, al estar permanentemente comunicándose, lo que transmite mucha seguridad a sus compañeros, además de ser competitivo y con carácter (su gen argentino) y de jugar muy bien con la dos piernas, algo a lo que le da gran valor Víctor. «Es de un perfil como el de Casillas. Muy rápido, ágil, con un tren inferior potente y buen salto», afirma Sanlúcar, que cree, al igual que Acejo o Nacho, que le dirigieron en el San Félix, que va bien por alto pese a sus limitaciones naturales.

Finalmente, el más desconocido de todos puede ser Cristo, un lateral zurdo algecireño, aunque lleva años en Málaga. No estuvo en el filial la pasada campaña, pero quienes le conocen sólo ven en él virtudes. Tiene mucho recorrido, una pierna izquierda muy buena, que le permite sacar buenos centros, y defensivamente es muy rápido en el uno contra uno. En el juego aéreo y en su fuerza en la disputa es donde más puede mejorar, pero no se deja ganar la partida casi nunca en su flanco.