
Presente de los campos y futuro de los banquillos
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Seis jugadoras del primer equipo ejercen también como entrenadoras buscando romper barreras e inculcar los mejores valores en las futbolistas del mañanaEn 2023 saltó una noticia insólita. Por primera vez en la historia, una mujer sería entrenadora de un equipo masculino de Primera División en Europa. ... Su nombre es Marie-Louise Eta y se puso al frente del Union Berlín de la Bundesliga… Aunque como asistente, esta decisión ya supuso un inmenso paso adelante. Y dio otro más cuando, en enero de 2024, ejerció de principal al encontrarse el técnico del entrenador sancionado. También en 2024 y de nuevo en el país, otra mujer llegaba al banquillo de un primer equipo masculino, Sabrina Wittman, que hizo historia al ser la primera entrenadora principal de un club profesional alemán, el Ingolstadt 04, en la Bundesliga 3.
En España, también fue el pasado año cuando por primera vez, vimos a una mujer a cargo de un banquillo masculino, eso sí, de categoría juvenil: Samantha Tormo, al frente del Tenerife Fundación. Pero es que si nos fijamos en el fútbol femenino, en la actualidad, sólo una mujer dirige un banquillo de Primera División, Sara Monforte, en el Espanyol. Eso sí, nuestro país cuenta con otra referencia, al frente de la selección española femenina absoluta: Montse Tomé.
Hablamos de casos aislados en pleno 2025, momento en el que el fútbol femenino, al menos el de alto nivel, crece como la espuma a nivel de visibilidad y calidad. La realidad, por desgracia, es que sólo una minoría puede vivir a día de hoy de ser futbolista; basta con bajar una categoría para toparte con un mundo apenas profesionalizado y aún muchos impedimentos. Aunque son conscientes de que, tanto en el campo como en los banquillos, queda mucho por hacer, no tenemos que irnos muy lejos para comprobar que hay mujeres dispuestas a dar un paso al frente por impulsar ese cambio.
Nos adentramos en La Academia para conocer la otra faceta de seis jugadoras del primer equipo del Málaga femenino. Seis jóvenes que, además de entrenar y competir los fines de semana, llevan años formándose para ejercer como monitoras o entrenadoras. Algo que ya están haciendo. Ellas son: las malagueñas Farfán (24 años), Encarni (28 años), Arantxa (22 años), Silvia Mérida (26 años), Andrea Ríos (25 años) y la valenciana Andrea Herrero (28 años), futbolistas que saben lo que es competir en Primera y/o Segunda División y que han crecido con un balón.
Fue en la temporada 2019-20 cuando varias, motivadas por el entonces entrenador del equipo José Herrera, se preguntaron: '¿Por qué no?'. Entre ellas se fueron animando para comenzar su formación como entrenadoras, y a día de hoy, todas ejercen en diferentes equipos de la base, desde los 'baby' hasta el filial femenino.
«Nuestra vida siempre ha estado ligada al fútbol, nunca nos imaginamos una vida sin esto, así que el día de mañana a todas nos gustaría seguir ligadas de una u otra forma», comienza Arantxa, que sueña con ser entrenadora principal. Aunque la que tiene el objetivo más claro, sin duda, es Farfán: «Quiero ser la futura entrenadora del primer equipo del Málaga femenino», cuenta, contundente. Es curioso, porque cada una de ellas persigue una rama distinta. A Encarni le apasiona la preparación física, a Silvia, la dirección deportiva, a Herrero, la dirección y la preparación física también… Por su parte, Ríos, que además de entrenar a las porteras de tres equipos y guardar los palos del suyo, trabaja en la Federación Malagueña, donde le gustaría «ir ascendiendo».
Sin embargo, no todo es tan idílico cuando trabajan en un mundo de hombres. Muchas de ellas ya han vivido desde pequeñas situaciones incómodas por ser la única niña del equipo. «Hace años, cuando empezábamos, también nosotras hemos vivido cosas como estar en la grada y escuchar a padres diciendo 'que se vayan a jugar con las muñecas'», relata Farfán. A lo que añade Arantxa: «Hoy en día han mejorado mucho las cosas. Cuando nosotras empezábamos a jugar no había tantas categorías, teníamos que jugar con niños; hoy hay cabida para todas».
Eso, sobre el verde, pero por desgracia, algunas también han pasado ya malos tragos como entrenadoras. Como es el caso de Silvia (técnico ayudante del Infantil): «El año pasado, por ejemplo, me topé con personas que no me tomaron en serio. Mi equipo es íntegro de niñas, pero juegan en una liga masculina. Concretamente hace unas semanas, el entrenador rival empezó a decirme de todo... Acabaron expulsándolo. Se pasa mal cuando se escuchan esos comentarios. Si yo estoy aquí es para poner mi granito de arena e intentar cambiar las cosas, que las niñas no tengan que vivir lo que nosotras vivimos en su momento».
Más allá de esto, hay otra pregunta clave, para la cual no encuentran una respuesta unánime: ¿Por qué tan pocas mujeres se forman para ser entrenadoras? «A nivel deportivo sí que hay cada vez más jugadoras, pero en cuanto a formación todavía es escaso el número. Aun así pienso que está en auge. Es verdad que en el mundo del fútbol, el hombre siempre ha sido el gran protagonista. Nosotras tenemos que hacernos respetar y demostrar que también podemos tener los conocimientos», valora Ríos. A lo que su tocaya, aporta otra visión: «Creo que es equiparable a lo que vemos en el fútbol, es decir, también hay muchos más jugadores que jugadoras, así que creo que el ratio en cuanto a entrenadores es parecido». Eso sí, apunta Herrero, que a medida que crezca el número de mujeres en los banquillos, crecerá su exposición mediática: «Si pasa esto, más niñas pondrán verlo como una posibilidad a la que aspirar».
Por desgracia, no sólo la iniciativa de las mujeres o su formación es clave en este proceso, también es necesaria una transformación de la opinión popular. Algunas abren el debate. «¿Qué diría la gente si Pellicer, por ejemplo, fuese una mujer?», se pregunta Arantxa. «Creo que muchos hombres no nos tomarían en serio. Cuando empezamos, no veíamos casi a jugadoras, y ahora con las entrenadoras pasa igual, pero creo que eso va a ir creciendo y en un futuro, las niñas tendrán sus entrenadoras referentes y querrán crecer siendo eso», afirma Farfán. El cambio nos incumbe a todos y ellas quieren luchar por él: «Tenemos que transmitirle a las niñas que disfruten y luchen por lo que quieren. Intentamos inculcarles valores para que puedan llegar adonde quieran».
Farfán (Málaga, 24 años). Educación Primaria, UEFA C y monitora de fútbol-playa. Entrenadora del Benjamín femenino.
Encarni (Villanueva del Rosario, 28 años). Grado Superior de Deportes y Pedagogía. Monitora. Entrena con el Benjamín y es monitora de los 'baby'.
Arantxa (Málaga, 22 años). Auxiliar de Enfermería. Cursando el título UEFA C. Entrenadora del alevín femenino.
Silvia Mérida (Benalmádena, 26 años). Gestión administrativa y comenzó la oposición a Guardia Civil. Nivel I y monitora. Segunda entrenadora del Infantil.
Andrea Ríos (Málaga, 25 años). Grado superior de Comercio y cursando el título UEFA C. Entrenadora de porteras del Infantil, Cadete y filial femenino. También trabaja de administrativa en la Federación Malagueña de Fútbol.
Andrea Herrero (Valencia, 28 años). Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Empezó el máster de Profesorado. Entrenadora UEFA B. Segunda entrenadora del Cadete femenino.
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