Quién nos lo iba a decir. Hace dos meses escasos no se daba un duro (léase euro) por el futuro del equipo, incluso del club, ... y hoy empezamos a hacer componendas para verse si da tiempo a alcanzar los 'play-off' para el ascenso. Es, claro está, la euforia desatada que, desde luego, habría que frenar. La realidad es que el Málga anda a cinco puntos de esa soñada situación pero también a cinco puntos de la zona de descenso. Pero el buen momento que viene mostrando el equipo nos lleva a mirar hacia arriba siempre y cuando el equipo no decaiga en su rendimiento y en la actitud de aguante y superación que se le ve sobre el terreno de juego. El domingo que viene tenemos en La Rosaleda al Zaragoza con su recién estrenada condición de líder. Para mí el equipo aragonés es el favorito junto al Cádiz para el ascenso directo a Primera División. Y pienso yo que si el Málaga fue capaz de ganar en casa del entonces líder, es capaz de ganar al aspirante a líder en La Rosaleda, que, seguro, estará a tope en otra tarde festiva; a las cuatro de la tarde, la hora clásica de los partidos cuando la luz de los focos no se había instalado todavía en los estadios del fútbol español. Los resultados en Cádiz y en Las Palmas han venido a demostrar que al Málaga le va el ruido y la algarabía de los carnavales y, por tanto, La Rosaleda tendrá que ser el domingo que viene un clamor en apoyo de los jugadores.
Cierto es que este renacimiento de las ilusiones malaguistas son posibles, en gran parte, por la intervención de la Justicia, que, al fin, ha puesto orden en el escarnio del que venía siendo objeto el club malagueño. Confiemos en que las decisiones y propósitos de la jueza pongan en su lugar al jeque Al-Thani y al club en manos de la ciudad, que dispondrá su futuro. Y con la esperanza de que fructifiquen esas acciones, a las autoridades corresponderá la adjudicación del club al mejor postor si es que, como se dice, los hay y de garantía. Mientras tanto, a llenar La Rosaleda el domingo que viene.
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