En casa y a puerta cerrada

Apuerta cerrada, sí, pero no en los estadios sino en casa. El fútbol no podía ser la excepción en un mundo parado, recluido y en ... lucha con un enemigo común. Y los futbolistas se concentran en familia, dedicados exlusivamente a jugar... con sus hijos. Y a tratar de mantener entre cuatro paredes una buena forma física o, los más afortunados, ejercitándose en el propio gimnasio de su casa. Concretando esta situación de medio mundo en el fútbol nuestro de cada día, los hay que hacen ya sus componendas para proclamarse campeón de la Liga 2019-20 por pillarle el parón como líder transitorio. La verdad es que, cuando el virus se nos vaya (ojala que desaparezca), serán muchos los problemas a resolver en el tema de las competiciones, situación que se nos antoja lejana a la vista de la curva ascendente de infectados, más futbolistas cada día. Panorama que, ahora, no debe importar cuando la gravedad y extensión del virus tiene a mucha gente al borde de la vida. Pero, claro, a falta de temas deportivos y de enfrentamientos no queda otra que debatir sobre las competiciones pendientes como Liga, Copa, Champions y Eurocopa mientras que a otros niveles hay vecindades que juegan al bingo de terraza a terraza y otros se pierden en el criticable mundo de las redes sociales. Ahí quedan las elecciones para la presidencia de la Federación Española de Fútbol con un presidente que hará lo imposible para no irse y con Casillas ilusionado con asaltar el poder futbolístico en Espsña. Pero, repito, el único objetivo debe ser el de salvaguardad un momento tan crucial como el que vivimos y, todos a una, contribuir a que vuelva la normalidad.