Andaluces y vascos, ¿la ecuación del éxito en el Málaga?
La plantilla, con 16 'boquerones' y cinco futbolistas de Euskadi trata de repetir la exitosa mezcla del doble ascenso entre 1998 y 1999
Puede que el fútbol se dirima en el campo, que las pizarras se desvanezcan ante la energía o el espíritu de equipo, y que los ... vestuarios pintan mucho a la hora de cosechar éxitos. En el Málaga de las últimas décadas el ejemplo más claro de grupo unido y bien avenido fue el de los 'Peiro's boys', capaces de subir dos categorías de forma consecutiva, desde la extinta Segunda B hasta Primera División entre las campañas 1997-98 y 1998-99, algo muy difícil de conseguir.
Sin proponérselo de una forma directa, el Málaga actual responde a ese modelo, de una base de jugadores locales a los que se les suma la experiencia y el liderazgo de jugadores norteños, en este caso de Euskadi. Hablamos de una plantila con dieciséis andaluces, la mitad de ellos malagueños, y con cinco vascos, después de la llegada reciente de Dorrio, que se ha sumado a Jauregui (con el que ha coincidido las tres últimas campañas, entre Amorebieta, Ferrol y Málaga), incorporado este mismo verano, y los Lobete, Galilea y Gabilondo.
La plantilla del Málaga, por procedencias
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Andaluces (16): Ocho malagueños (Carlos López, Recio Dani Sánchez, Izan Merino, Ochoa, Dani Lorenzo, Joaquín y Larrubia), tres gaditanos (Luismi, Juanpe y Adrián Niño), dos sevillanos (Montero y Rafa), dos granadinos (Puga y Ramón) y un cordobés, Chupete.
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Vascos (5): Gabilondo, Galilea, Dorrio, Lobete y Jauregui.
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Otros (8): Alfonso Herrero (toledano), Murillo (Ciudad Real), Víctor García (valenciano), Dotor (madrileño), Álex Pastor y Haitam (barceloneses), Moussa (maliense) y Brasanac (serbio).
Las tres provincias vascas están representadas, en un detalle en cierta medida lógico con la presencia en la dirección deportiva de Loren Juarros, con una década de experiencia en esta misma labor en la Real Sociedad, y que ha hecho una apuesta por jugadores que pasaron por la cantera de Zubieta u otros clubes cercanos que conoce bien.
No es una mala ecuación a priori esta de andaluces más vascos. La frescura, energía y hambre de los canteranos locales (el Málaga es el equipo de Segunda con más jugadores forjados en la base, excepción hecha lógicamente del único filial, la Real Sociedad B) a los que guía el saber de los vascos, por más que Lobete y Gabilondo sean relativamente jóvenes, que no es el caso de Dorrio, Jauregui ni, sobre todo, de Galilea. En este, Alfonso Herrero, Luismi, Víctor López, y el recién llegado Brasanac reside la veteranía de la actual plantilla, aunque como muchos de ellos ahora no son titulares el brazalete de capitán lo lleva Herrero y el encargado de dialogar con el árbitro en los partidos (novedad introducida la pasada campaña en el trato con los colegiados) es Montero, que puede desenvolverse más tiempo cerca del trencilla que el encargado de mantenerse junto a la portería.
El Málaga del ascenso a Primera de la temporada 1998-99 (el penúltimo salto del club a la máxima categoría) contaba con Roteta (un vasco) y Larrainzar (asturiano) como líderes indiscutibles, junto al asturiano Rafa. Hacían buena combinación con el núcleo de jugadores jóvenes, los Bravo, Basti, Agostinho, Rufete, Edgar, Ruano, Sandro, Catanha, Guede, De los Santos, Zárate o Valcarce.
Se da el caso de que algunos de los capitanes de la plantilla de ahora no pueden estar en el campo con asiduidad. Alfonso Herrero, un fijo, y Ramón, lesionado de larga duración y sin fecha de vuelta, son los dos primeros en la jerarquía, como se evidenció en la visita de la plantilla hace semanas a la Divina Pastora, en la imposición de ramos de flores en el camarín del templo. Completan el cuarteto Galilea, que está teniendo muy pocos minutos, y Luismi, que tampoco va a poder reaparecer hasta final de año o comienzos de 2026. Es por ello que Pellicer da galones a Montero y puede que se los otorgue también a Brasanac en el futuro, con 33 años y más de 200 partidos en Primera.
Pero el núcleo de los que suelen jugar es de la tierra. Es llamativo el detalle de que el Málaga partiera ante el Granada en el derbi con nueve andaluces (todo el once menos los manchegos Herrero y Murillo); a saber, Puga, Montero, Dani Sánchez, Izan Merino, Juanpe, Larrubia, Rafa, Joaquín y Chupete. No hay ningún otro club profesional español que juegue con tantos futbolistas nacidos en la comunidad.
La del Málaga es, además, la segunda plantilla en la categorícon menos foráneos, sólo dos (el maliense Moussa y el serbio Brasanac), igualada con la del Eibar (Buta y Jair) y sólo superada por el Albacete, con uno (Jonathan Gómez). Ni la Real Sociedad B (con tres), otro equipo de cantera, tiene tan poca representación extranjera.
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