Todos los sectores pierden trabajadores en Málaga desde 2008 salvo los servicios

Esto que ha ocurrido en el último trimestre coincide con el balance de lo que la provincia ha vivido en los tres últimos lustros, desde el año 2008, periodo en el que la estructura productiva se ha inclinado todavía más en favor de los servicios y en detrimento de agricultura, construcción e industria. Aunque Natalia Sánchez, vicepresidenta ejecutiva de la Confederación de Empresarios de Málaga, previene: los servicios tienen una enorme granularidad, complejidad y variedad, ya que ahí entran no sólo la hostelería y todo lo que se mueve alrededor del turismo, sino también el comercio, el transporte, la logística, así como la consultoría y numerosas actividades de la vibrante tecnología.

Pero con el indicio más inmediato, el del último trimestre, ya era fácil llegar a la conclusión de que el peso del sector servicios en el empleo ha tenido que haber crecido de manera importante en la provincia. En el segundo trimestre de este 2025, ya explica el 84,5% de la ocupación –85 de cada 100 trabajadores de la provincia están empleados en el sector servicios–, frente al 82,7% del primer trimestre y en comparación con el 81,8% del segundo trimestre de 2024.

Al tiempo, la industria ha caído por debajo del 6%, mientras que la construcción apenas supone el 7,5% de los puestos de trabajo, frente al 10,3% que ponderaba doce meses atrás, y esto último porque en el último año este sector ha perdido más de 20.000 trabajadores.

Un inciso. En el comportamiento reciente del empleo por sectores se encuentra una de las claves en que María José Prados, secretaria de Empleo de Comisiones Obreras en Málaga, se basa para explicar la diferente evolución del paro que ha habido por género: en el segundo trimestre el número de desempleadas mujeres se ha reducido en 18.200, mientras que el de desempleados varones ha subido en 6.200. En los últimos meses han desaparecido ocupaciones en sectores masculinizados, como la industria y el 'ladrillo', mientras que se han creado en los servicios, más feminizados, y además, añade Prados, en una época, los prolegómenos del verano, en la que suelen hacerse más contratos temporales o a tiempo parcial, en los que las mujeres también están sobrerrepresentadas. Luisa Domínguez, su homóloga en UGT, incide en eso mismo, en que este examen de género de la reciente evolución del desempleo en la provincia es un signo más de su dependencia del sector turístico.

Sigamos con el análisis de la ponderación del sector servicios en el empleo. Si ese aumento de su peso y del número de empleados ha tenido lugar en tan pequeño periodo de tiempo, en un trimestre, ¿qué no habrá ocurrido en un horizonte temporal más amplio? Tomamos como referencia una fecha lo suficientemente lejana y, al tiempo, muy significativa en la historia económica de Málaga, de España y del mundo: 2008, el año en que estalló la crisis financiera con la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers como mito fundacional. La síntesis es la misma que para explicar lo ocurrido en el segundo trimestre de 2025, pero aplicada a los últimos diecisiete años: en Málaga se ha creado empleo, pero exclusivamente gracias al sector servicios.

El número total de ocupados que en 2008 era de 602.700 roza ya los 792.000, lo que supone un incremento de cerca de 190.000. En este mismo periodo, el crecimiento del sector servicios ha sido de cerca de 223.000 trabajadores, al pasar de los 446.400 hasta rozar los 670.000. Este vigor de los servicios lleva a compensar las pérdidas de empleo registradas en todo este periodo en la construcción (31.800), la agricultura (1.400) y la industria (700). La otra lectura que puede efectuarse es que sólo el sector servicios ha logrado recuperar su nivel de empleo de antes de la Gran Recesión. Algo que de todas maneras ocurre de manera idéntica en el conjunto de España: en 2025 hay 22,268 millones de ocupados, 1,6 millones más que en 2008, gracias a que los servicios han sumado tres millones de trabajadores, al tiempo que entre los otros tres sectores han perdido millón y medio (sobre todo la construcción, que explica por sí sola el millón).

De ese número se desprenden fácilmente otros. Si en el año 2008, en concreto en su segundo trimestre para evitar que la estacionalidad desvirtúe, los servicios pesaban un 74,1% en el empleo malagueño, ahora su ponderación está diez puntos porcentuales por encima. En el conjunto de España ha crecido también la ocupación en el sector servicios: en 2008 representaba un 67,7% en el total del empleo y en 2025, el 76,2% –nueve puntos menos que en Málaga en la actualidad–. Y es que Málaga es la tercera provincia en la que mayor proporción del factor trabajo utilizan los servicios, sólo por detrás de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, y por delante de Madrid (84,4%) y Baleares (82,1%).

Esta es una situación que preocupa a los sindicatos, sobre todo en el caso particular de Málaga. Luisa Domínguez, de UGT, por ejemplo, afirma que depender en un 85% de los servicios es demasiado. Y si bien concede que, como dice la representante de la patronal, el sector servicios es muy complejo y muy amplio, «al final, el empleo crece y el paro baja cuando es verano y hay turismo o en las campañas de navidades». Y añade: «Málaga ha apostado muy fuerte por el turismo y por ofrecer al turismo la mejor ciudad del mundo. Pero una economía no puede sustentarse en un porcentaje tan alto en el sector servicios, porque en la economía tiene el efecto de que la hace débil y vulnerable, y a los trabajadores les proporciona empleo estacional y condiciones laborales precarias».

A su vez, María José Prados agrega que los sueldos promedio del sector servicios son más bajos –con las excepciones de la banca, la consultoría o los seguros– que en la industria o la construcción, y ello lleva también al salario medio de la provincia a ser más bajo.

En este contexto, los sindicatos piden impulsar el sector industrial en Málaga con la ayuda de medidas que puedan adoptar las Administraciones Públicas para atraer inversiones, crear parques industriales, además de mejorar la movilidad en la provincia, así como la formación. «El peso de los servicios en Málaga es demasiado. Eso significa vulnerabilidad en el empleo. Algunos territorios de España ya están en pleno empleo y son los más industriales», afirma Prados. La reflexión desde la CEM es otra: «No se puede decir que en Málaga no haya diversificación. El turismo es un pilar, pero ha habido apuesta por la logística, el transporte, la consultoría o las nuevas tecnologías. Quizás hay que realizar una redefinición de los sectores tradicionales para a continuación hacer las estadísticas».