El sector del aceite de Málaga, tras el acuerdo arancelario: «Podía haber sido susto o muerte y nos hemos quedado en susto»
Dcoop asume que su factura será de alrededor de 30 millones de euros de los 45 que estima la CEM que costarán al año los aranceles
«Podía haber sido susto o muerte y nos hemos quedado en susto. Afortunadamente, no estamos hablando ni de un 30% ni de un 50%. ... Podemos convivir con ello, repercutiéndolo en el consumidor. Nos costará más incrementar las ventas, pero esperamos que los consumidores americanos admitan precios un poco más altos. Ahora respiramos un poco, porque ya sabemos algo. Aunque queremos ver la letra pequeña, para saber si el arancel se aplica tanto al producto envasado como al producto a granel, porque si Estados Unidos sólo quería impulsar la industria estadounidense con estos aranceles...». Son las declaraciones de Antonio Luque, presidente de Dcoop, a este periódico, después de haberse conocido el enunciado del acuerdo arancelario firmado por Bruselas y Washington.
Luque sabe que el suyo es el sector más afectado: con cifras oficiales de 2024, de los 308 millones de euros en que se contabilizaron las exportaciones desde Málaga a Estados Unidos, 221,9 millones de euros correspondieron a aceite de oliva. Luque, además, eleva hasta los 275 millones de euros las exportaciones totales de Dcoop al país americano. Para este ejercicio, espera que el volumen de exportaciones a Estados Unidos sea similar al de 2024, aunque económicamente la facturación será algo inferior, debido a la caída de los precios de su materia prima. En todo caso, y las cifras hablan por sí solas, el aceite será el sector sobre el que pesarán el grueso de aranceles que sufrirán las empresas malagueñas.
La Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) ha calculado el montante total que supondrá para las empresas malagueñas utilizando las cifras de exportaciones que se acumulan este año 2025 hasta la fecha. Así, hasta el mes de mayo, la provincia de Málaga ha exportado bienes a Estados Unidos por un valor cercano a los 140 millones de euros (un 13% menos que en idéntico periodo del año pasado, si bien todavía ese destino representa el 10% del total de ventas al exterior en lo que llevamos de ejercicio, que rondan los 1.400 millones), cifra que permite anticipar a la patronal malagueña que en el conjunto del año se elevará hasta el entorno de los 300 millones, repitiendo, prácticamente los datos de 2024. Con esas previsiones, la CEM estima un coste arancelario de aproximadamente 45 millones de euros al año para las empresas de la provincia, impacto económico que la CEM califica de «significativo».
De todas maneras, desde la patronal provincial, conceden que el acuerdo aporta estabilidad y certeza a las empresas. Aunque también muestran cautela: aún no se conoce en detalle su letra, así como su impacto real en los sectores empresariales implicados, porque se habla de un arancel del 0% para algunos productos estratégicos.
470 millones de euros
es el impacto que se calcula que tendrán los aranceles en la comunidad andaluza
El presidente del la CEM (que también es de la patronal andaluza), Javier González de Lara, valoró este lunes que si bien se trata de cifras importantes, «quedándonos con la parte positiva del acuerdo, atenúa el riesgo de una guerra comercial prolongada y aporta certidumbre, aunque mantiene aranceles relevantes para sectores claves andaluces». Para la región la factura asciende al entorno de los 470 millones de euros.
A la vista del impacto de los aranceles, González de Lara pide a las administraciones andaluza y nacional que refuercen su apoyo a la diversificación de destinos y a la promoción internacional de los productos andaluces para mitigar los nuevos costes asociados a los aranceles americanos.
Impacto mínimo en carne y subtropicales
Hay otros subsectores agrarios sobre los que los aranceles pasarán de puntillas. O ni siquiera eso. Por ejemplo, desde Trops, que produce y comercializa fruta tropical, principalmente aguacate y mango, señalan que a ellos prácticamente no les afecta: «Nuestros clientes son sobre todo los países europeos. En la fruta, los clientes, cuanto más cerca mejor», aseguran fuentes de la compañía. Pero el director general del grupo, Víctor Luque, reconoce, en declaraciones a SUR, que para empresas como la suya, que trabaja para abrir mercados y dar valor a sus procuctos, «estas medidas suponen un freno a la competitividad y a las posibilidades de crecimiento en Estados Unidos». Además, concede que si bien las tarifas no tienen un impacto directo en sus cuentas porque no exporta a Estados Unidos, sí le preocupa un posible efecto indirecto: que países como México, afectados por esos aranceles, redirijan parte de su producción hacia Europa, lo que podría generar mayor presión sobre los precios en el mercado doméstico.
Cosa semejante declaran desde el sector cárnico. Ramón Soler Ciurana, director de operaciones de Faccsa-Prolongo y presidente de la división cárnica de la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (Anice), afirma que la factura del sector en Málaga será prácticamente nulo. Las áreas cárnicas que se prevé que sufran más impacto son los ibéricos, sobre todo el jamón, que se producen en otros territorios. A este respecto, desde la patronal Anice, su director general, Giuseppe Aloisio, explica que en el caso del conjunto de Andalucía, ha crecido la exportación de carne en dirección a Estados Unidos, pero ello ha convivido con el freno en las ventas de productos de alto valor añadido, debido a la incertidumbre. «Confiamos en que, con unas nuevas reglas claras, podamos volver a emprender el ritmo de crecimiento sostenido que manteníamos. De ser así, consolidaríamos las importantes posiciones que sobre todo las industrias de elaborados del cerdo ibérico de Andalucía han conseguido en el exigente mercado norteamericano», explica Aloisio, que desliza: «Será bienvenida todo tipo de campaña de productos agroalimentarios que desde Andalucía se puedan poner en marcha, siguiendo la estela del aceite de oliva, sin lugar a dudas el buque insignia de las exportaciones andaluzas».
Los aranceles no afectan ni a la carne ni a las frutas tropicales, dado que apenas exportan a Estados Unidos. Pero hay otros productos alimentarios que sí figuran entre los que más exportan a Estados Unidos desde la provincia: por ejemplo, aceites que no son de oliva (12,6 millones de euros), vino (4,4 millones de euros el año pasado), así como pescados secos o en salmuera (0,9 millones), vinagre (0,9 millones) o azafrán (0,8 millones).
Además, la nómina de las ventas de Málaga al país americano no se ciñe al sector alimentario. Los datos del ICEX muestran que el segundo producto más importante por detrás del aceite de oliva que se comercializa en el país al otro lado del Atlántico está conformado por instrumentos y aparatos automáticos para la regulación y el control (23,8 millones); y también son destacadas las ventas de paneles fotovoltaicos (5,7 millones); o de conjuntos electrónicos destinados a televisores y otros dispositivos audiovisuales (3,1 millones de euros). Esta enumeración de los productos de Málaga que se venden a Estados Unidos hace pensar en algunos nombres de empresas importantes instaladas en la provincia, como Airzone, especializada en climatización; así como Denso Ten (la antigua Fujitsu, que en declaraciones a este periódico ya reconocía que le afectaba la incertidumbre sobre los aranceles, puesto que sus clientes podían estar retrasando decisiones de inversión); o TDK.
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