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Cabalgata de Reyes de Málaga
Ilusión por adelantadoLos Reyes Magos recorrieron las calles de Málaga por primera vez en sesión diurna, después de la decisión de adelantar su saludo a los niños y a las familias de la capital costasoleña a esta mañana de domingo para evitar que la lluvia prevista para la tarde desluciera su recorrido por la ciudad y pudiera ocasionar resfriados entre los pequeños. Sus Majestades de Oriente pasaron la noche en la Alcazaba. Allí pudieron descansar para prepararse para la cabalgata que echaba a andar a las doce y media de la mañana. Una hora antes, desde el palacio, los tres Sabios salieron a pie acompañados de su cortejo, de pajes, guardia y demás. Lucía el sol. «Este año lo han tenido más difícil. Normalmente llegan de noche, guiados por una estrella, pero el sol también es una estrella», ha dicho quien ha anunciado la salida de los Magos de sus aposentos ante la multitud más madrugadora que esperaba para recibir el cortejo real entre sonoros aplausos.
Ahí se encontraban Álvaro, Mario y Martina, de tres, siete y nueve años: estaban muy nerviosos por ver a los Sabios de Oriente; de hecho, sus padres, Esperanza y Pepe, confesaban a este periódico que llevan tres o cuatro días durmiendo bastante mal y levantándose temprano por si ya habían llegado los regalos. Pero eso no será hasta mañana. Y ya saben cuál es el ritual de esta noche para recibir los presentes de los Magos: dejar comida y bebida para Sus Majestades y sus camellos, los zapatos bien limpios e irse pronto a dormir (amén de haber sido muy bueno durante el año). Sí lo ha sido la niña Remedios, de nueve años, así que recibirá su muñeca Rapunzel reparada; sus padres, Remedios y Sebastián, ratifican que la chiquilla ha sacado muy buenas notas y que tal es su afición a las cabalgatas que ayer salió en la de Teatinos disfrazada de marcianita de Toy Story. La niña Thalía, de cinco años, decía que no estaba nerviosa por ver a los Reyes, pero en cuanto hicieron acto de presencia, se puso a gritar y a saltar sobre los hombros de su papá; «está emocionada», decía Juan José, su padre. Ésa es otra de las imágenes de todas las cabalgatas: niños sobre los hombros de sus padres.
Emocionados, con luz en los ojos, todos, niños y mayores, han acompañado este domingo a los Reyes Magos que, desde la calle Alcazabilla, salían en dirección al Ayuntamiento, donde fueron recibidos por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, la delegada de Servicios Operativos, Playas y Fiestas, Teresa Porras, y otras autoridades municipales. La Banda Municipal de Málaga realizaba mientras tanto el acompañamiento musical.
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En la Casona del Parque, la alcaldesa infantil, Claudia Moreno Moya, de catorce años, leyó la carta a los Reyes Magos en nombre de todos los niños y niñas que viven en la ciudad. Claudia Moreno, en su misiva, recordó que ya lleva cuatro años participando en la cabalgata como patinadora junto al Club Maristas (es alumna del centro Maristas Málaga, Nuestra Señora de la Victoria): «Puede que os suene mi cara», les dijo a Sus Majestades, y añadió que este año, como se podía comprobar por su atuendo, volvería a participar en el desfile como en ocasiones anteriores. Acto seguido, hizo referencia a las luces de Navidad, una de las «cosas significativas de esta época» que para ella no sólo son las de la calle Larios o las que se ponen en los árboles, sino además «aquellos seres queridos que iluminan los hogares con su presencia en estas fechas», ni tampoco la Navidad es únicamente el espumillón, el árbol o el belén, el jamón, las gambas o el roscón, agregó, «sino también las personas a las que te da alegría ver mientras comes las uvas».
«En resumen, la Navidad es una época de compartir, de alegría e ilusión que todos los niños, niñas y adolescentes tendríamos que poder disfrutar rodeados de la gente que nos quiere», aseveró, por lo que les pidió a los Reyes que ayuden a que «la esperanza, la ilusión y sobre todo la sonrisa en la cara» puedan llegar a todos los niños, sobre todo a los que «por algún motivo están pasando un momento difícil», como por la dana, las guerras o porque estén en el hospital. Claudia Moreno también aprovechó la ocasión para darles la «enhorabuena» a los Magos por ser «los responsables» de que ésta sea «la noche más esperada por los peques y no tan peques de la casa». Y concluyó recordando a los niños cuál es el ritual a seguir esta noche: dejarles leche, roscón, agua para los camellos y acostarse temprano.
Sus Majestades estrenaron para la ocasión sendos trajes. Melchor lució una túnica de tafetán desflecado en suaves tonos celestes y sobre ésta llevaba un abrigo de yacar que combina el azul con el dorado. Su diseño se inspira en la capa española, pero contiene toques orientales. La vestimenta de Gaspar hacía un guiño a la cofradía del Descendimiento por sus dorados, negros y burdeos -el color de la virgen de esa agrupación religiosa-: su túnica es de lamé dorado, sobre la que porta tul burdeos, mientras que sus mangas, elaboradas a mano con la técnica del capitoné, evocan el jazmín de Málaga. Encima de ello lucía un chaleco capa con lurex dorado y negro. Por su parte, Baltasar iba ataviado con una túnica de terciopelo de color verde aceite sobre la que portaba un abrigo de brocado en verde y dorado y cuello de encaje rojo. Los tres diseños son de la firma Jesús Segado, modisto que inició su actividad hace más de veinte años y que ha desfilado en la Semana de la Moda de París.
Desde el Ayuntamiento, los Tres Magos, ya subidos en sus carrozas, en un desfile formado por trece en total (las tres de los Reyes y otras diez de acompañamiento), tomaron la Avenida de Cervantes en dirección a la Plaza General Torrijos, a partir de donde discurrieron por el Paseo del Parque, la Plaza de la Marina, la Alameda Principal, el Puente de Tetuán, la calle Nazareno del Paso, Hilera, Puente de la Esperanza, Prim, Atarazanas, Puerta del Mar, de nuevo Alameda Principal, La Marina, Cortina del Muelle y el Consistorio. Se trata del mismo recorrido de los últimos años de un desfile que cuenta ya con más de un siglo de existencia en la capital malagueña y que en esta ocasión cuenta con casi una veintena de espectáculos de acompañamiento. Al llegar a Molina Lario, sus Majestades desfilaron a pie hasta la catedral. En la escalinata principal, Melchor, Gaspar y Baltasar realizaron la ofrenda ante un nacimiento viviente mientras sonaban las voces de la Escolanía del Orfeón Universitario de Málaga.
Si bien parece que la cabalgata discurrió más rápida de lo habitual, no era hasta las dos de la tarde que las tres carrozas de los Magos atravesaban el Puente de Tetuán. Y eran pasadas ya las tres cuando los Reyes acababan de dar su homenaje al belén en la Catedral. Y éstos eran los últimos de toda la comitiva que abría el grupo de Moteros contra el cáncer, a continuación el grupo de patinaje artístico Club Deportivo Maristas Málaga y la banda de cornetas y tambores del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga.
A partir de ahí, la carroza Emoji; la del Detective Pikachu; la de Dragón Ball; la de Fundación Unicaja; y la del Málaga Club de Fútbol; a continuación, la 'Palacio', llena de ángeles, de la Fundación Victoria. Las tres siguientes, correspondientes a organizaciones religiosas: 'Belén', de la Hermandad de la Esperanza; 'Estrella', de la Cofradía de la Misericordia; y 'Pajes', de la Hermandad María Auxiliadora. Entre ellas actuaban pasacalles varios, así como la banda de música Cofradía del Rocío. A partir de ahí se situaban las carrozas de los reyes Melchor, Gaspar y Baltasar, cada uno con sus abanderados, guardias y porteadores correspondientes.
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Durante la cabalgata hubo referencias al próximo viaje de la Esperanza a Roma con motivo del Jubileo Mundial de las Cofradías. Y en sus redes sociales, la cofradía dio las gracias a los hermanos de la Auxiliadora que, a su paso por la basílica, sacaron una pancarta con la inscripción «Llenarás Roma de Esperanza». Pero también a propósito de la Esperanza tuvo lugar la pequeña polémica del día: la Banda de Cornetas y Tambores del Real Cuerpo de Bomberos de Málaga publicó un comunicado en su cuenta de X dirigido a la Archicofradía del Paso y la Esperanza para expresar su «más sincera queja» porque tenían planeado interpretar una pieza musical a su paso frente a su sede para rendirle homenaje, pero no les fue posible porque en ese momento había una charanga actuando «de manera sorpresiva y sin previo aviso que empezó a tocar por encima» de su actuación. El homenaje no fue posible, por lo que lamentaban en el comunicado: «El respeto mutuo y la coordinación entre las distintas agrupaciones debería prevalecer para evitar situaciones como la que hemos experimentado».
Entre los primeros testigos de la cabalgata propiamente dicha, Silvia Rubio, con valoraciones respecto a las sillas de pago: «Niños tenemos todos, tenía que ser público», afirmaba, pero también respaldaba que se hubiera cambiado el horario del desfile: «Antes de arriesgarse a que se cancelara por la lluvia, mejor que haya sido por la mañana. Aunque sí es cierto que se nota menos gente que el año pasado, y eso que hacía más frío que hoy». De hecho, el día amaneció soleado y mucha gente buscaba sombra. Unos pasos más allá, a pocos metros de la Casona, Pedro Cervantes decía que por las sillas que ocupan tres adultos y tres niños de cinco, seis y siete años han pagado a razón de 13 euros cada uno. «Por una parte, no me gusta, porque hartos impuestos se pagan ya, pero por otro lado, también es verdad que es un disfrute, sobre todo para los niños y éstos están en la mejor edad para pasárselo bien con la Cabalgata», valoraba. Mientras, sobre el cambio horario, opinaba que el desfile es mejor por la noche, por las luces y porque es lo tradicional.
Mientras tanto, los tenderos de los puestecillos mantenían valoraciones contrapuestas: por un lado, Antonio León, con un puesto de chuches, estimaba que el negocio que harán hoy será un 20% respecto al que se realizaría en circunstancias normales. Pero Ana Contreras, que regenta un puesto que vende saquitos térmicos, decía que al fin y al cabo por las mañanas suelen tener poco viandante por allí y hoy, lógicamente, había más.
Entre el público, también extranjeros, como Sandra Kennedy y su marido, de vacaciones tres días en Málaga: «Soy entusiasta de la Navidad, no conocía esta tradición de los Reyes Magos. El año que viene volveremos toda la familia».
Locales, nuevos vecinos y visitantes coincidían en su afán por recoger cuantos más caramelos, mejor. Había 17.000 kilos a repartir en total. Así que Marina, de Ucrania, y su pareja, tenían un paraguas del revés para ver si cazaban los dulces presentes -a los que también se sumaban polvorones, algún peluche, pelotas, así como algún que otro juguetillo-. De momento, con poco éxito, como tampoco lo hay en cosas de más envergadura que a ellos les afectan: la guerra de Ucrania. «A ver si se pudiera parar a Putin», decía Marina. Más allá, ya cerca del puente de Tetuán, estaba Vladys, de once años, también ucraniano, aunque su llegada aquí no está directamente ligada a la guerra, y con una bolsa llena de los dulces que había logrado pillar al vuelo: «Lo mejor de la cabalgata, además de ver a los Reyes, son los caramelos», reía. María y Regina González, hermanas, enseñaron a SUR el artilugio de cartón que habían repartido en el metro para recoger los caramelos. «No veo la cabalgata de Málaga desde que era pequeña», decía Regina. Respecto al pago por las sillas, discrepancia entre las hermanas. Una, a favor: «¿Es caro? Todo está caro. Te lo quitas de otra cosa». La otra, a medias: «Yo la pondría a cinco euros cada una».
A los niños les encanta la cabalgata, los Reyes, las atracciones, correr tras los caramelos y llamar la atención de quienes van sobre las carrozas para pedir más dulces. Y el desfile se les hizo un poco corto. Como a los hijos de Ana Martín, Victoria Guzmán y Rocío Martínez, que también resaltaron cómo la gente ha aclamado, más que de costumbre, al rey Baltasar. «Qué energía traía repartiendo caramelos», aseguraron. Entre los niños más felices, Luca Giara y Hugo Serna, los dos de siete años, y los dos con peluches pescados al vuelo. Tras esa alegría que se llevaron, los patinadores del Club Deportivo Maristas Málaga y las primeras y graciosas carrozas, sus favoritos. «El inicio de la cabalgata era espectacular», valoraron para SUR.
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