El Regional alerta de la gravedad de las fracturas en la cara por peleas en feria: «Se puede perder la visión de un ojo por un puñetazo»
Más de un 10% del centenar de cirugías maxilofaciales que se realizan anualmente en el centro se efectúan durante estos días debido a las reyertas
El alcohol, las drogas, el sol, las ganas de divertirse y la acumulación de personas en espacios pequeños son un cóctel que, durante la Feria ... de Málaga, acaba produciendo peleas. Muchas de ellas no tienen grandes consecuencias entre los contendientes, pero la jefa de Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Regional Universitario de Málaga, Yolanda Aguilar, advierte de la potencial gravedad de las fracturas en la cara y de otras secuelas igualmente gravosas para la persona. «Es que se puede perder la visión de un ojo por un puñetazo en la zona de la órbita», dice.
Desde el viernes de los fuegos hasta el segundo sábado de Feria, la mayor parte del trabajo de estos cirujanos está, explica la doctora Aguilar, motivado por «las fracturas por agresiones; en estas fechas se acentúa porque hay muchísima gente y aumentan el consumo de alcohol y las peleas. Tenemos múltiples agresiones», algo que no sólo ocurre en Feria, sino también durante los fines de semana.
«Hay muchas fracturas de mandíbula, del arco cigomático, que es otro hueso de la cara, incluso de la zona de la órbita como consecuencia de puñetazos. Y pueden ser más graves cuando son patadas, cuando la persona ha caído al suelo», subraya Yolanda Aguilar, quien recuerda que antes la mayor parte de estas secuelas se debían a motoristas que no llevaban casco, pero la concienciación ha desplazado esta causa y las fracturas en la cara por peleas son las que dan más trabajo a estos profesionales que hacen una cirugía de precisión. Suelen realizar algo más de cien operaciones al año, más de un 10% de estas durante los días de Feria.
La inflamación, clave
Dice la doctora que el alcohol o las drogas aumentan la agresividad, «lo que es un factor condicionante para que las agresiones y sus consecuencias sean más severas». Los agredidos suelen llegar a urgencias. «El problema de las fracturas faciales es que, a la hora de la corrección, hay que buscar la simetría facial y, cuando vienen muy inflamados, no se pueden intervenir en el mismo momento. Muchas veces hay que esperar a que todos los tejidos blandos recuperen su situación normal para conservar la simetría por la proyección del pómulo, la nariz, si hay una afectación del suelo de la órbita o simplemente un tema inflamatorio». En las fracturas de mandíbula hay que tener muy en cuenta la forma en la que encajan los dientes.
Cicatrices poco estéticas, problemas en la precisión de la mordida, la pérdida parcial o total de visión o una reconstrucción facial que no siempre queda igual que antes, entre las secuelas de las peleas
«Hay muchas veces que la inflamación o el puro dolor no deja que el paciente pueda morder y encajar los dientes de una manera normal. Entonces, hay que esperar cuatro o cinco días, a veces menos, para poder intervenir y que queden como estaban antes», recalca la doctora Aguilar, quien desgrana las secuelas más graves: la deformidad facial, que condiciona la pérdida de la función para la que está diseñado el esqueleto facial»; es fundamental que se conserve la movilidad ocular, «que no vea doble en ninguno de los planos ni nada y la manera de morder, pequeños milímetros de discrepancia en la posición de los dientes ya no te permiten comer o masticar de la manera adecuada. El esqueleto facial tiene que entrar en un puzle, exactamente igual a como estaba, porque si no ya no queda igual», reseña.
«Si hay un escalón en el hueso, el tejido se ve como hundido o excesivamente tumbado, entonces es una cirugía de mucha precisión», indica.
La doctora Aguilar pide campañas de prevención, «las consecuencias son graves. Las secuelas de los traumatismos requieren, en ocasiones, de varias cirugías y muchas veces no quedan exactamente igual». Recuerda que también hay fracturas abiertas, «que conllevan cicatrices que luego no quedan bien, por muy bien que sutures. Hay muchas fracturas que llevan heridas complejas y luego son difíciles de camuflar».
Un tratamiento ortodóncico posterior a la operación puede resolver algunos problemas en relación a la mordida, pero hay pérdidas de piezas dentales y, en ocasiones, explica, «tienen que reposicionarse con implantes. Son secuelas importantes para toda la vida».
En cuanto a la vista, ocurre lo mismo. «En la contusión del nervio óptico se puede dar una pérdida de visión, incluso el estallido del globo ocular, o la pérdida de visión por un daño del nervio óptico en una fractura que, a lo mejor no es muy aparatosa, pero que, teniendo la mala fortuna de darte donde no te tenía que dar, eso es irreversible», indica.
Avances en una cirugía de precisión
La reconstrucción facial es compleja y depende mucho de la naturaleza de la fractura. «Nosotros usamos habitualmente placas y tornillos. Ahora se puede planificar la cirugía previamente. Cuando hay grandes fracturas y perdemos un poco la referencia porque está todo roto, pues se hace una planificación virtual y muchas veces se diseñan las placas a medida para el paciente», explica la doctora Aguilar, quien añade que ello facilita mucho la intervención, en lugar de que se prolongue durante horas y horas. «Es ir con más o menos placas, poniéndolas según el espejo de la parte sana, si la tenemos, o con modelos de estándar para poder diseñar esas placas y que todo quede simétrico y funcional».
Se realiza, así, un escáner facial que se manda a los ingenieros y se indica desde el servicio cómo deben moldearse las placas y en qué lugar han de ir colocadas. «Ellos también nos indican con sus programas dónde hay un hueso más sólido, dónde fijarla. Entonces, diseñamos con los ingenieros a la par, a través de un contacto online, cómo van a quedar esa placas y luego se mandan a fábrica», precisa. El material es el titanio.
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