El paro de los camioneros impacta «gravemente» en empresas malagueñas de todos los sectores
Firmas tecnológicas, agroalimentarias, de servicios, construcción y turísticas sufren los efectos de los piquetes y la suspensión de las rutas
La huelga del transporte iniciada el pasado lunes, convocada por una plataforma de autónomos, a priori minoritaria, en protesta por el alza de los carburantes, ... ha ido cogiendo fuerza conforme avanzaba la semana y tras cinco días de piquetes y paros por parte de los camioneros los efectos se dejan sentir ya con fuerza en prácticamente todo el tejido empresarial malagueño. No en vano, los camiones y las furgonetas son la auténtica 'sangre' de la economía malagueña, caracterizada por la movilidad y los servicios.
De hecho, el impacto de los paros en la provincia se está dejando ya notar «gravemente» en todos los sectores de la actividad empresarial, desde las firmas tecnológicas de la capital hasta las agroalimentarias de la Axarquía, el Valle del Guadalhorce y Antequera, las de servicios, construcción y turísticas, entre otras muchas.
«La preocupación es máxima». Así lo manifestó este viernes la secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Natalia Sánchez, quien alertó de que se están produciendo ya «efectos graves» en la distribución de alimentos para firmas de 'catering', entregas de pedidos de empresas de logística y mensajería, transporte de fármacos y productos de primera necesidad«.
Para Sánchez, los transportistas en huelga «tienen derecho al paro empresarial, pero no a interrumpir la actividad de otras empresas que sí quieren trabajar». «El Gobierno tiene que tomar medidas ya, sin esperar al 29 de marzo», apostilló en alusión a la fecha anunciada por el presidente, Pedro Sánchez, para comunicar las posibles rebajas fiscales en los combustibles y la electricidad en España.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Comercio de Málaga, Sergio Cuberos, reconoció que la situación «está siendo cada vez más complicada, aunque parece que hoy –por ayer– las Fuerzas de Seguridad están teniendo una mayor actuación para evitar que se produzcan incidentes y las empresas que quieren trabajar puedan hacerlo», agregó.
El empresario, propietario de la cadena malagueña de supermercados Maskom, explicó que están escaseando productos frescos como las frutas, las hortalizas, el pescado, los huevos y los lácteos. «La empresas de transporte que siguen trabajando se juegan la vida porque está habiendo una agresividad muy grande por parte de los huelguistas», se quejó el empresario. «Las empresas en Málaga, en general, somos rehenes del transporte por carretera porque no hay otras alternativas como el ferrocarril», agregó Cuberos.
Para el presidente de la Cámara de Comercio, la situación «no es una broma», por lo que instó al Gobierno a que tome medidas «cuanto antes». «Hay un 90% de gente que quiere trabajar y un 10% que no, pero tienen que respetar a los que sí quieren», apuntó Cuberos, quien lamentó que «no hay negociaciones en marcha para solucionar esta situación tan grave».
Campaña del aguacate Hass
Uno de los sectores que se está viendo más afectado es el de los subtropicales de la Axarquía, en plena campaña de recolección del aguacate. Aunque la incidencia de la huelga del transporte está siendo desigual, en general está provocando caídas de la actividad del 50% en la gran mayoría de las firmas, con casos que llegan al 80%.
Los piquetes están impidiendo que los camiones realicen sus rutas con normalidad y desde el lunes se han producido varios episodios de tensión entre los profesionales que secundan el paro indefinido y los que sí están trabajando.
La sociedad Trops, una de las principales firmas, con sede en Vélez-Málaga, «está totalmente paralizada», según su gerente, Enrique Colilles. «Es una catástrofe económica, es una huelga ilegal, en la que no se está respetando el derecho de los que quieren trabajar», se quejó el directivo de la firma, quien reiteró que la situación «está siendo una catástrofe económica».
«Trabajamos con diez empresas de transporte, de las que ocho nos dijeron que no hacían huelga y les han obligado a hacerla», aseguró Colilles, quien apuntó que tienen camiones parados en toda España y en el extranjero. «Tenemos la fruta en las cámaras, en plena campaña del aguacate Hass, deteriorándose», detalló.
El 80% de las ventas de Trops, que en 2021 facturó cerca de 150 millones de euros, se realizan al extranjero, sobre todo al norte de Europa. «Si no cumplimos con los clientes, van a buscar el producto en otros países y perderemos competitividad en los mercados», añadió Colilles. «Es un tema muy serio», apostilló.
Por su parte, Juan Antonio Reyes, propietario de la empresa Reyes Gutiérrez, en Vélez-Málaga, cifró su actividad en un 30% de la normal en estas fechas, mientras que Prudencio López, de Natural Tropic, apuntó que la incidencia «ha ido variando cada día».
La subida de los costes y las materias primas golpea al sector del ladrillo
El sector de la construcción es, junto al agroalimentario, uno de los que más a flote se había mantenido en Málaga durante los dos años de la pandemia, a diferencia del turismo, fuertemente golpeado por el frenazo de la movilidad. Sin embargo, el encarecimiento de los costes de producción y el alza de las materias primas están poniendo en una situación «muy delicada» las obras en Málaga. La puntilla ha sido esta semana la huelga del transporte.
Según la secretaria general de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), Violeta Aragón, más del 80% de los tajos están paralizados como consecuencia de la falta de materiales, como áridos, hormigón o cerámica. «Ha sido la gota que ha colmado el vaso», dijo respecto a los efectos de los paros del transporte convocados por una plataforma de autónomos en protesta por el alza de los combustibles y que han ido cogiendo fuerza conforme avanzaba la semana en Málaga.
Según los cálculos de la ACP, los precios de las obras «se han encarecido en un 20% de media» y los materiales alcanzan picos de entre el 30 y el 60%, sobre todo en el acero, el aluminio y el cobre, como consecuencia del conflicto bélico en Ucrania. «El problema es tremendo, porque si los contratos están ya firmados, hay que revisarlos, pedimos a la Junta que mueva ficha y saque ya un decreto que permita revisar los precios, y que sea una norma más operativa que la que ha aprobado el Gobierno central, que deja fuera a muchas obras», argumentó. Respecto a las promociones privadas, «depende de los acuerdos entre las partes, pero si los promotores tienen vendidas ya las viviendas, ¿quién lo asume?», se preguntó.
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