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Familias de varios colegios de la provincia están recogiendo firmas para exigir que se vuelva a la cocina 'in situ', después de comprobar la mala ... calidad y escasez de las raciones que se sirven a sus hijos con el sistema actual de línea fría adjudicado a una empresa de catering.
Entre otros colegios, se están recogiendo firmas en Los Jarales y Josefina Aldecoa (Torre de Benagalbón), Manuel Laza Palacio (Rincón de la Victoria), Valle Inclán (Málaga) y José Calderón (Campanillas). Las familias denuncian la mala calidad de la comida que se sirve a sus hijos en el comedor, así como raciones insuficientes para las necesidades de los menores.
Un grupo de madres y padres del colegio Laza Palacio han conseguido testear los menús en diferentes días de este mes de febrero, con autorización del colegio y de la empresa de catering. Tras esta comprobación, denuncian la «baja calidad y dudosa estructura de los menús», (ponen como ejemplo que en la misma comida se sirvió un primer plato de pasta y un segundo plato de arroz), «no hay diferenciación entre menú infantil y para alumnos de Primaria» (entre 3 y 11 años) o «deficiencias en los menús especiales», señala una de las madres.
También ponen de manifiesto la poca cantidad de lácteos presentes en los menús (un yogur cada tres o cuatro semanas), la escasez de fruta fresca y la baja utilización de productos ecológicos o de cercanía. Según denuncian, se han dado casos de niños que han tenido que ir a urgencias porque el pescado estaba sin limpiar y se les había clavado una espina en la boca.
Otros incumplimientos de la normativa se refieren a la fecha de elaboración de la comida, con hasta seis días hasta que es servida, o la ausencia de actividades educativas en hábitos alimenticios e higiene.
Por esto, las familias solicitan que se modifique la actual normativa de adjudicación del servicio de comedor, de forma que se establezca como criterio prioritario y general, la gestión directa por parte de la Administración del servicio de comedor, y la elaboración de las comidas 'in situ', en los mismos centros educativos. «Este sistema permitirá la elaboración de comidas más saludables, apetecibles, y adecuadas a las edades de los menores, el uso de productos ecológicos y de cercanía, favoreciendo de esta forma el comercio local, y una mayor estabilidad laboral, y participación de las familias en el servicio, a través de las AMPA, y consejos escolares», señalan en su escrito de recogida de firmas.
Con la presión de las familias y los cambios al frente de la Consejería de Educación, cada vez son más los colegios que vuelven a tener en funcionamiento sus cocinas, que empezaron a cerrarse para cambiar a la denominada línea fría: en una cocina central externalizada se prepara la comida y se conserva refrigerada durante varios días hasta que llega al colegio, donde solo tiene que calentarse. Su implantación, entre 2009 y 2010, fue muy polémica, pues desde un primer momento las familias rechazaron este tipo de menús.
La línea fría consiste en elaborar la comida en una cocina central, abatir la temperatura hasta termosellarla y refrigerarla y repartirla a los centros escolares (dos veces por semana) sin romper la cadena de frío. Posteriormente se regenera en los centros escolares elevando la temperatura hasta los 70º C para evitar la proliferación de bacterias y servirla a los alumnos.
De los 306 comedores escolares que hay en la provincia, sirven menús de catering 218, mientras que 88 (algunos aún en proceso de transformación) han recuperado la cocina tradicional.
Entre los que están en proceso de transformación se encuentran precisamente los comedores del Josefina Aldecoa y Los Jarales, con presupuestos de 15.618 y 19.936 euros, y del José Calderón. Según los padres, los trabajos de adecuación de las cocinas no son todavía posibles porque la APAE tiene en fase de tramitación la adquisición del equipamiento de las cocinas.
Sospechan los padres una «dilación premeditada» por parte de la Administración en la puesta en marcha de estas cocinas, a la espera de que termine el plazo de adjudicación del actual contrato a la empresa de catering, con dos años más de los cuatro de vigencia inicial.
Las familias se han organizado para llevar esta reivindicación adelante, con apoyo de las respectivas AMPA y de las direcciones de los centros, aseguran. En algunos casos han conseguido que se realicen inspecciones en los comedores. Así lo asegura una madre del José Calderón. En dos ocasiones, a lo largo del curso pasado, la APAE visitó el comedor. «Señalaron algunas deficiencias que tenían que subsanar. Les dieron un plazo, pero el tiempo pasa y no se ha solucionado nada», aseguraba esta madre.
Otro padre, en este caso del Josefina Aldecoa, asegura que la línea fría «no convence a nadie» y que han enviado escritos a la Junta y al Ayuntamiento. El jueves se reunirán con el alcalde de Rincón, a quien transmitirán sus quejas respecto a este servicio. Este padre, profesional de la restauración, reconoce que con cuatro euros (que es el coste del menú) «no se puede ofrecer una alimentación de calidad», y considera que la consejería debería cambiar el sistema de adjudicación para que la empresas no pujen a la baja y trasladen después a los menús la reducción del precio.
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