Odisea en Tenerife: 77 estudiantes del IES Rafael Pérez Estrada no pueden regresar a Málaga

Un viaje de estudios en Tenerife que se está prolongando más de la cuenta. Es lo que le está pasando a 77 estudiantes del IES Rafael Pérez Estrada, ubicado en Cruz de Humilladero, y a los cuatro profesores que acompañan el grupo. En el vasto océano de historias salpicadas por el gran apagón del lunes, esta se escribe el lunes, a las 20.30 horas, a las puertas del check-in del aeropuerto de Tenerife. Los alumnos, todos de 4 ESO, esperaban subir al avión de Vueling que les debía llevar de regreso a Málaga. «El vuelo aparecía ya en pantalla, pero nada se movía. Ahí empezamos a pensar que había problemas», recuerda Desire Muñoz, 35 años, y jefa de estudios del instituto.

Al poco tiempo, llegó la confirmación: el vuelo de regreso a Málaga se cancela. Una 'delegación' de 81 personas, formada por cuatro adultos y 77 menores, se encontraba en el aeropuerto de Tenerife. Llegan los primeros nervios. Al final, no es otra cosa que caos dentro del caos. «Si es difícil reubicar a una persona, imagina a 81», recuerda Muñoz. Con una dificultad añadida: hay menores que no se pueden separar de los profesores, que ejercen en estos momentos de tutores.

El primer reto logístico es buscar alojamiento para el grupo y también transporte. Muñoz se coordina con la agencia de viajes en Málaga, que cuenta con una conexión inestable pero que aguanta. «Nos encuentran un hotel y el correspondiente traslado en autobús», detalla. Por momentos, se barajaron todos los escenarios. Uno también era pasar la noche en el aeropuerto de Tenerife, que cierra a las 23.00 horas. Las autoridades sobre el terreno, resalta la jefa de estudios, le aseguraron, en todo caso, que no iban pasar la noche a la intemperie.

Con el hotel asegurado, comienza el siguiente reto. Buscar la vuelta. Según Muñoz, Vueling ofrece reubicar al grupo en sendos vuelos. Los dos salen el viernes. Uno a primera hora y otro a mediodía. «Es difícil con un grupo tan grande. Como mucho, se puede dividir en dos porque tiene que haber dos profesores, mínimo», explica Muñoz.

Un viaje de estudios que se estira. Tenerife. Un buen hotel. De entrada, suena a una situación a la que ningún estudiante le haría ascos. Muñoz confirma que, en estos momentos, que el estado de la expedición ya se puede calificar como «relajado». «Los niños se llevaron un mal rato, hubo algunos nervios. Hemos intentado en todo momento trasladarles calma y confianza», añade la jefa de estudios.

A pesar de haber vivido momentos de tensión, el grupo de profesores, que completan María Sánchez, Antonio Leal y Elena Cano, resaltan el espíritu de colaboración en las personas implicadas en este asunto. «Hemos notado que hay muchísima colaboración, mucha ayuda… Es verdad que todo el mundo quiere que se resuelva lo suyo muy rápido. Pero viendo el contexto, la comunicación ha sido buena», sentencia.

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