El empresario malagueño Mario López estudia un nuevo astillero en Marruecos

Ahora, el grupo que dirige el veterano empresario malagueño estudia desarrollar un nuevo astillero en Casablanca. En concreto, ha sido invitado por Puertos del Estado de Marruecos a liderar esta iniciativa, que forma parte del plan nacional del reino alauí para desarrollar sus infraestructuras navales en el horizonte de 2030. En concreto, se trata de mover la antigua base existente a la zona este, con un dique seco; un sistema de elevación con capacidad para 5.000 toneladas; tres muelles para reparaciones a flote y 21 hectáreas de capacidad de almacenamiento.

«Un aspecto que es importante es que el Gobierno de Marruecos nos ha invitado a participar, por la buena reputación de nuestra empresa», explica Juan Luis Castro, director de Infraestructuras, Desarrollo, Calidad y Medio Ambiente del grupo Cernaval. Según el directivo, el país vecino está apostando por la modernización de su infraestructura portuaria y especialmente en Casablanca, que es uno de los enclaves marítimos más importantes de su costa atlántica, con lo que «ha reconocido nuestro conocimiento técnico y el modelo de gestión que ha sido clave en nuestro éxito en España, y que combina experiencia, innovación y cooperación internacional».

Mario López instaló a mediados de los años 90 una segunda base de operaciones (tras la que había en el puerto de Málaga, ya desaparecida), que está ubicada estratégicamente en San Roque, junto al puerto de Algeciras. «El caso de Cernaval en San Roque representa un ejemplo de desarrollo industrial sostenido y consolidado durante tres décadas», asegura.

El astillero está especializado en reparación y mantenimiento de grandes buques, y ha crecido hasta convertirse en uno de los referentes del sector naval en España y Europa, siendo en la actualidad, el mayor centro de reparaciones navales privado de España, equipado con un dique seco de 400 metros de eslora y 50 de manga. Así como un dique flotante (230 por 29 metros y 30.000 toneladas de fuerza ascensional) y más de 1.000 metros de muelles para reparaciones a flote.

Preguntado sobre la precipitada salida del muelle 4 de Málaga, donde la empresa nació originalmente y donde ya sólo quedan parte de sus oficinas (en Cerrado de Calderón), Juan Luis Castro comenta: «La presión urbanística sobre el puerto, la falta de un plan industrial y la deriva elegida por la Autoridad Portuaria de priorizar la actividad turística y de ocio, a la tradicional industrial y comercial marítima, terminaron por cercar y asfixiar nuestra actividad». A lo que añade: «Esto nos obligó a tomar la difícil y triste decisión de trasladarla a nuestro astillero de San Roque, lo que dejó un vacío productivo que aún hoy no se ha resuelto».

En contraposición con el declive industrial en Málaga, el éxito de Cernaval en San Roque se explica por una política más favorable a la industria en la zona del Campo de Gibraltar, así como por una visión empresarial enfocada en la internacionalización y la diversificación de servicios. «A diferencia del modelo malagueño, donde la industria fue desplazada por el turismo y la construcción, San Roque ha logrado compatibilizar desarrollo portuario e industria pesada, mostrando que otro modelo económico es posible».

A tenor de los últimos movimientos en el ámbito del estrecho, todo apunta a que Casablanca también pretende aprovechar el actual escenario para impulsar y ocupar el espacio dejado por la industria naval en Málaga.