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Imagen de una persona afectada por la enfermedad. SUR

Dos nuevos fármacos contra el alzhéimer abren un horizonte de esperanza para 10.000 malagueños

Sus nombres son lecanemab y donanemab, aún no han llegado a España y, aplicados en las fases iniciales del mal, prolongan la vida entre tres y cinco años

Lunes, 19 de mayo 2025, 00:25

La investigación médica ha alcanzado nuevos hitos en una de las enfermedades más complejas a las que se han enfrentado los científicos: el alzhéimer. Es uno de los males más crueles, porque no sólo borra la identidad de quien lo sufre, sino que su impacto en su círculo familiar y asistencial es muy acusado. Pero parece que los laboratorios de todo el mundo comienzan a iluminar, paulatinamente, el oscuro sendero que los enfermos estaban condenados a transitar. Dos nuevos fármacos que aún no se administran en España abren un horizonte de esperanza para 10.000 malagueños que sufren esta patología.

En cuanto a la cifra, cabe destacar que es una estimación de los expertos, porque se trata, sin duda, de una de las enfermedades más infradiagnosticadas que existen, dada la confusión, sobre todo en los inicios, con otros males como la demencia.

José María García-Alberca, director científico del Instituto Andaluz de Neurociencia (IANEC) y autor de la estimación numérica, señala: «Estos dos medicamentos son lecanemab y donanemab. Se trata de anticuerpos monoclonales que, administrados por vía intravenosa, llegan al cerebro y pretenden eliminar los depósitos anormales excesivos de la proteína beta-amiloide».

En la enfermedad de Alzheimer, la destrucción de neuronas es directamente proporcional al depósito en el cerebro de dos «proteínas anormales, la beta-amiloide y la tau». «El cerebro las fabrica de manera normal, pero la enfermedad lo hace de una manera muy abundante y además tienen una estructura anómala, están desnaturalizadas y eso va impregnando las neuronas y las va matando. Los depósitos iniciales de beta-amiloide y de proteína tau se producen en el cerebro al menos 20 o 25 años antes de que comiencen los más sutiles síntomas, con lo cual si una persona debuta con síntomas a los 73 años, probablemente en torno a los 50 ya comenzó el daño neuropatológico de la enfermedad».

Resonancias especiales

La investigación, explica García-Alberca, ha permitido que se pueda detectar la presencia de estos componentes en la fase silente de la patología con unas «resonancias especiales».

Estos nuevos medicamentos actúan sobre la acumulación de beta-amiloide en el cerebro, tras años de búsqueda de fármacos eficaces que presentaban importantes daños secundarios.

Ambos han sido aprobados en Estados Unidos y el lecanemab ha recibido el visto bueno de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), no así el donanemab. Si se retira la proteína, hay menos daño neuronal, lo que ayuda a que, gracias a ambos medicamentos, «el ritmo de progresión del deterioro cognitivo se ralentice hasta un 27% con el lecanemab y hasta casi un 40% con donanemab, con lo cual el avance hacia fases más avanzadas de la enfermedad va más lento». Ello significa que puede desplazarse «varios años hacia atrás la aparición de las fases más avanzadas de la patología. Hablamos de entre tres y cinco años de vida, aproximadamente», recalca el director científico del IANEC.

Así lo explicó también el responsable del Servicio de Neurología del Clínico Universitario Virgen de la Victoria, Carlos Cruz, en una reciente entrevista concedida a este periódico. «En cuanto a los avances, estamos en un punto relativamente dulce: esperamos tener aquí a finales de año o a comienzos del que viene dos fármacos. El primero será el lecanemab, que ya incide directamente en la patología molecular de la enfermedad, lo cual no pasaba hasta ahora, y es capaz de modificar la historia del paciente. Una historia en la que el paciente, entre tres y siete años, pasaba todas las fases hasta la completa demencia y la muerte. Ahora vamos a poder prolongarla durante varios años, tres o cinco años más con buena calidad de vida».

Ahora, por tanto, no se pueden dispensar en España. El efecto y la acción de los fármacos es similar. El lecanemab está indicado para personas con «deterioro cognitivo y demencia leves, cuando se pasa a la fase moderada debe retirarse». Solo puede aplicarse, por tanto, en los primeros tramos de la patología. Se administra por vía intravenosa, dos veces al mes en sesiones de entre treinta y cuarenta y cinco minutos, durante visitas hospitalarias. El donanemab presenta un uso y acción idénticas, pero se administra una vez al mes.

Una vez la EMA ha dado su visto bueno al lecanemab, ahora los 27 estados de la Unión Europea tienen que decidir cómo lo financian y de qué forma se usan en los respectivos sistemas nacionales de salud, incluida España. El coste es elevado: en torno a 30.000 euros anuales. Es decir, que aún quedan meses para se administren en el Servicio Andaluz de Salud (SAS). En cuanto al donanemab, aprobado ya en EEUU el verano pasado así como en el Reino Unido, la EMA lo rechazó a finales de marzo, pero lo mismo ocurrió, recuerda el doctor García-Alberca, con el lecanemab en un primer momento, aunque la presión de la comunidad científica internacional fue tan fuerte que se acabó dando luz verde. Por tanto, el recorrido administrativo de este medicamento será mucho más lento que el del lecanemab.

«Estas cosas suelen ir despacio, pero desde las asociaciones de familiares, desde instituciones científicas como la nuestra y otras, estimulamos en la medida de lo posible a las autoridades para que se lleven a cabo con la mayor prioridad», recalca el doctor García-Alberca.

VIII Conferencia Málaga Alzhéimer

El Instituto Andaluz de Neurociencia (IANEC) organiza los próximos días 22, 23 y 24 de mayo de 2025 la VIII Conferencia Málaga Alzhéimer, cuyo objetivo es «establecer un espacio de actualización y debate dedicado al conocimiento de la enfermedad y otras demencias».

Como explica el director científico del instituto, el doctor José María García-Alberca, «es una conferencia de actualización, de conocimiento» del alzhéimer. «Lo que pretendemos es, cada dos años, reunir a los clínicos e investigadores más importantes de nuestro país para intercambiar durante tres días todo lo que sabemos acerca de lo último del conocimiento científico: en cuanto a diagnóstico, prevención, biomarcadores, tratamiento, apoyo a los cuidadores, terapias farmacológicas y no farmacológicas. Es un encuentro al que asisten a escuchar a estos investigadores profesionales, neurólogos, geriatras, psiquiatras, médicos de familia, psicólogos o neuropsicólogos, entre otros».

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