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No sabemos si Paco de la Torre tararea para sus adentros la canción de Carlos Gardel de que veinte años no es nada. Sin embargo, ... veinticinco ya es otra cosa. Al menos es algo, no se sabe si mucho o poco, para algunos es bastante, y sin duda da para hacer balance. El alcalde de Málaga cumple hoy un cuarto de siglo como regidor de la ciudad. Con este periodo de tiempo ya se puede acuñar el término que alude a los políticos que han estado muchos años en el poder y que han dejado huella. En Málaga, ya se puede hablar del delatorrismo, que sin duda va a pasar a la historia del municipalismo local. El balance, sin estar cerrado por el momento, es positivo. No hay duda de eso. De la Torre cogió una ciudad que empezaba a tomar impulso con Celia Villalobos y la ha convertido en una capital referente en España. Es difícil encontrar a alguien de fuera de Málaga que hable mal de la ella, sino más bien todo lo contrario. Y los datos, que es lo realmente importante, respaldan esta idea. La ciudad ha ganado nada menos que 60.072 habitantes, un 11,3%, durante su mandato, según los datos del INE. Algo habrá hecho bien el alcalde cuando Málaga se ha convertido en un polo de atracción de ciudadanos de todas las partes del mundo que se han venido a vivir aquí. El delatorrismo temprano, que es el que se desarrolla en la primera década del nuevo milenio, comenzó a coger fuerza con la inauguración de la calle Larios en el año 2002, lo que supuso un cambio radical en la concepción del centro, cuya peatonalización se ha ido extendiendo por toda la almendra del casco histórico. Fue su primer gran hito. En este periodo se inaugura el CAC, el Palacio de Ferias y se remodeló el Parque. No está mal para esa década, que terminó con un chasco, ya que Málaga no fue elegida para ser la Capital Cultural Europa del año 2016. Sin embargo, este hecho desencadenó el efecto contrario, ya que en la época dorada del delatorismo (2011-2020), la ciudad tuvo una gran eclosión cultural, con las aperturas de los museos Carmen Thyssen, Ruso y Pompidou. Pocas capitales en el mundo pueden presumir de ese aluvión cultural en apenas diez años. A ello hay que unir la apertura del Campamento Benítez, que llevaba 22 años cerrado, la remodelación de la Alameda y del Polo Digital, que ponía la guinda a la llamada Málaga Tecnológica, que alberga a miles de trabajadores y que ha conseguido atraer a empresas como Google y a las principales compañías de telecomunicaciones. Pero en esta época dorada también hubo fracasos sonados, como fue el fallido museo de las gemas, que le ha costado además bastante dinero a la ciudad, y la pérdida de la elección de Málaga como sede de la Agencia Europea del Medicamento, uno de los asuntos que más ha dolido a nivel político al alcalde, que sin duda se sintió traicionado por la entonces presidenta de la Junta Susana Díaz y por la vicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, que no apostaron por colocar a Málaga en esa carrera europea. Este es uno de los talones de Aquiles del delatorrismo, pues ha perdido las principales batallas internacionales que ha librado. En la que podíamos llamar la época dorada, la capital también tomó un protagonismo inédito hasta ese momento como capital de la Costa del Sol al pulverizar año tras año los récords de llegada de turistas y la eclosión hotelera y de viviendas turísticas.
En la actual década, la que podíamos denominar el delatorrismo tardío o tardodelatorrismo, el regidor no ha conseguido hitos especialmente relevantes e incluso sumó otra derrota internacional al quedar Málaga segunda en la carrera por albergar una Expo internacional, cuando perdió con Belgrado. A ello hay que unir que en este periodo es cuando está encontrando más contestación vecinal en las calles, donde miles de personas se han manifestado culpando al regidor del problema del acceso a la vivienda, lo que puede considerarse un primer síntoma de decadencia del delatorrismo, pese a que este problema es de carácter nacional e internacional. No se sabe muy bien cómo ni cuándo acabará la etapa de De la Torre en la Alcaldía, pese a que ha manifestado que su intención no es acabar muriendo con las botas puestas en la Casona del Parque. Lo que sí se puede decir sin duda alguna es que Paco de la Torre ha sido el mejor alcalde de la historia de Málaga. Y muy pocos políticos logran que un periodo histórico se recuerde con su apellido...
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