La DANA ya deja en los embalses de Málaga el agua que consumen en un año 600.000 personas

Es importante aclarar que estas comparaciones, para hacer más entendibles grandes cifras de volumen, se basan en consumo neto y urbano. ¿Esto qué significa? En la gestión de las aguas embalsadas concurre una regla en la que hay que tener en cuenta no sólo el agua entrante y embalsada. Hay que restar las evaporaciones (que llegan a superar los 25 hm3 en nuestra provincia en un año lluvioso); los riegos agrícolas (ahora restringidos a menos de 12 hm3 en global); los caudales ecológicos (pequeñas cantidades para mantener saludables los cauces); las maniobras de limpieza de fondo de las compuertas y tomas, y, en el caso de Málaga ciudad, las salmueras expulsadas tras tratar el agua en el Atabal. También hay que tener en cuenta que cada pantano tiene un nivel de presa muerta, por debajo del cual no se puede usar ya el agua para abastecer, aunque es un concepto a superar y para el que cada vez existen más herramientas de tratamiento, físico y químico.

En todo caso, los embalses han recibido un volumen de lluvias de unos 1.000 litros por metro cuadrado. De ellos, más de 700 han entrado en donde más falta hacía: en el Conde de Guadalhorce, Guadalhorce y Guadalteba y, en esta ocasión, también en Casasola (Almogía), fijado como recurso estratégico por el último Comité de Sequía. Habrá que esperar a ver el comportamiento de las escorrentías para acabar de hacer balance.

Hacia las seis de la tarde del viernes, el volumen global almacenado iba camino de superar los 135 hectómetros cúbicos, aún lejos de los 170 que dejaron Nelson y Gloria en el pasado mes de marzo, pero una cifra mucho más halagüeña que la de la semana pasada, 94. Es un 22% sobre el nivel de llenado.

Los embalses del Guadalhorce necesitan superar los 71,4 hm3 para salir del nivel de sequía grave, aún están lejos. Este viernes, el Guadalteba atesoraba 25,3; el Guadalhorce, 17, y el Conde, 23,57. Son 8, 7 y 10 hm3 de suma en menos de una semana respectivamente.

La citada presa de Casasola, diseñada para contener las avenidas del Campanillas, embalsaba 11,52. Esto es casi triplicar su nivel en apenas cinco días.

El comportamiento de La Concepción, entre Marbella e Istán, se ha animado en las últimas horas después de crecidas discretas en jornadas anteriores. Va camino de ganar 4 hectómetros y de alcanzar los 29. Está a punto de abandonar cualquier umbral de sequía, según lo que marca el Plan Especial.

La Viñuela, en la sedienta Axarquía, ha ganado 2,5 hectómetros cúbicos y se sitúa en 24,5, también muy lejos de abandonar el umbral de gravedad. Es agua para más de un año de uso urbano, en todo caso. Los riegos tendrán que seguir nutriéndose de agua regenerada sobre todo, al menos durante un tiempo.

Este viernes fue la primera jornada con el caudal de los ríos malagueños normalizado, fuera de niveles de alerta por desbordamientos y crecidas. Pero por ellos corre más agua de lo habitual, lo que también es una excelente noticia para esos grandes desconocidos que son los pozos y acuíferos, sobre los que faltan estudios y seguimientos más profusos, más allá de los que se han hecho en Málaga y Cártama para activar los pozos de Aljaima, Fahala y Bajo Guadalhorce.