La borrasca Jana sigue en Málaga: Aemet espera tormentas y avisos hasta el martes

La borrasca que está afectando a Málaga tiene un nombre: Jana. Y se ha bautizado (no todas lo reciben) porque se ha catalogado como «de alto impacto», esto es, que tiene potenciales consecuencias superiores a lo normal sobre la población. Así lo explica el director del Centro Meteorológico de Aemet, Jesús Riesco: «Jana es una baja profunda que va a traer un flujo húmedo intenso durante los próximos días y va a dejar precipitaciones y acumulados significativos».

Las lluvias intensas tendrán continuidad esta semana. Tanto es así que la Agencia Estatal ha activado avisos hasta el martes. Para esa jornada del martes la advertencia será por fenómenos costeros: se espera viento del oeste y suroeste de 50 a 60 km/h (fuerza 7) y olas de 2 a 3 metros.

«No van a ser de una intensidad muy grande, pero lo más característico de este tipo de situaciones es la persistencia, va a llover bastantes horas seguidas», advierte Jesús Riesco, quien describe gráficamente «el paso de una banda tras otra». El problema, como indica el meteorólogo, es que ya ha habido algunas inundaciones locales, en puntos del alto Guadalhorce y Ronda, por lo que habrá que estar pendientes a la crecida de los ríos.

Las lluvias seguirán a lo largo de casi toda la semana. Se prevén aguaceros, por lo que seguirá lloviendo sobre mojado. «Nos van a llegar más borrascas a la península, con lo cual van a continuar». Serán precipitaciones en general no muy intensas pero continuadas. En principio, el único día que dará un cierto respiro será el martes, por la transición entre una masa y la siguiente.

Así, los modelos que maneja Aemet ya advierten de la posibilidad de un tren de frentes que irá regando la provincia de forma suave aunque generalizada al menos hasta el viernes.

A la vista está que se está cumpliendo lo que años atrás preveían diversos estudios desarrollados por el Centro Meteorológico de Málaga, puesto que se constata que se está produciendo un cambio en el patrón tradicional de la distribución de las temporadas lluviosas en la provincia que hasta fechas recientes se consideraba «normal». De este modo, se está observando un desplazamiento de los episodios más abundantes desde el otoño (septiembre a noviembre) hacia la primavera (febrero-abril, y especialmente en marzo). Esta situación se está constatando año tras año.

Lo habitual hasta hace una década era que los «premios gordos» del año hidrológico fueran noviembre y diciembre, tradicionalmente los meses más húmedos, con una media de 100 l/m2 (medidos en el aeropuerto). Estos dos están bajando su pluviometría, y en cambio crece con fuerza en marzo, que ya es el tercer mes más húmedo del año (con una media de 65 l/m2), tras desbancar a enero y a febrero.