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El bosque gana terreno en Málaga

El bosque gana terreno en Málaga

La masa forestal se ha duplicado en una década y crece a razón de 3.000 hectáreas anuales, gracias al control de los incendios y la bajada de la presión ganadera y agrícola

Ignacio Lillo

Domingo, 10 de mayo 2015, 00:35

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Por el camino que sube hacia Yunquera, corazón de la Sierra de las Nieves, hay una ladera donde se ven una viñas en una pequeña parcela empinada. El padre dejó la finca en herencia a dos hijos: uno siguió labrando, y se ven las terrazas de piedra y las cepas verdes. El otro, que tiene el terreno pegado al anterior, la ha abandonado, y se ve claramente como el matorral y los pinos jóvenes se abren camino y ocupan el espacio que antes era del Hombre. La imagen de las tierras de labor que van recuperando la condición de monte silvestre ilustra un hecho: el bosque está ganando terreno en el interior de Málaga.

El control de los incendios forestales por parte de Infoca, que están marcando mínimos históricos en cuanto a la extensión de hectáreas calcinadas; junto con la fuerte bajada de la presión ganadera, el descenso de la roturación de tierras de cultivo y las repoblaciones están logrando que la masa forestal de la provincia se haya duplicado en una década.

Y no sólo eso: según los cálculos que maneja Valentín Ortiz, jefe del servicio de Gestión del Medio Natural de la Delegación de Medio Ambiente de la Junta, la extensión del monte mediterráneo ha regresado a niveles de hace mil años, por lo que ya se ha recuperado todo lo que se perdió por fenómenos que trajeron consigo una gran destrucción del ecosistema, como la Revolución Industrial y el boom poblacional de siglos pasados.

El Inventario Forestal Nacional corrobora estas impresiones. El documento es como la Biblia para los estudiosos del medio natural. Se edita por décadas, y su tercera entrega corresponde a 2007. Ya entonces, fijaba que la extensión de monte arbolado en la provincia era de 213.829 hectáreas, prácticamente el doble de las que había en 1995. En los siete años que han transcurrido hasta ahora, aunque no hay una cifra oficial, la extensión vegetal salvaje ha seguido creciendo de forma exponencial, según relatan los técnicos y expertos que trabajan sobre el terreno.

«Es un fenómeno del que la gente no es consciente, y no es que queramos ser positivos ni tampoco trasladar que se puede bajar la guardia, pero la Naturaleza, con la ayuda de la prevención y la extinción de incendios, está ganando terreno», comenta Ortiz. Las fotos del antes y el después, que desde la Delegación de Medio Ambiente se van tomando como seguimiento de la situación, no dejan lugar a dudas. En este punto, el libro Paisaje forestal andaluz, ayer y hoy, del doctor ingeniero de Montes Miguel Álvarez Calvente, sigue siendo una referencia obligada, a pesar de que se editó hace más de una década. La obra contiene imágenes tomadas exactamente en el mismo lugar, en los años 60 y a principios de este siglo.

3.000 hectáreas más al año

Las mismas impresiones aportan los responsables del plan Infoca. Según constatan, la masa forestal ha subido muchísimo, hasta el punto de que esta es la provincia en la que más ha crecido la superficie arbolada en toda España, «y por eso tenemos tantos incendios», comentan estas fuentes.

Según sus cálculos, la masa forestal está creciendo a un ritmo de 3.000 hectáreas al año. De éstas, hay que restar las que perecen calcinadas (aunque luego sean repobladas). Puesto que el año pasado se quemaron 200 hectáreas, el saldo neto positivo fue nada menos que de 2.800.

El incendio declarado entre agosto y septiembre de 2012 el más grave de los últimos años sí que supuso un retroceso, con una superficie afectada de 8.225 hectáreas, de las que 7.175 fueron de monte arbolado, según las estimaciones del Infoca. Con todo, el buen hacer de estos profesionales permitió que el verano pasado (2014) se produjeran 20 casos, mientras que otros 70 se quedaron sólo en conatos (con menos de una hectárea). Esto es, casi el 80% se pudo controlar a tiempo.

Principales especies

El extenso informe del Ministerio de Agricultura, que se puede consultar en Internet, reconoce una superficie forestal en Málaga de 362.241 hectáreas, de las que casi el 60% está arbolada. Aún quedan 148.412 hectáreas baldías. La cifra más esperanzadora es la que se refiere a la biomasa arbórea, medida en metros cúbicos, que asciende a 6,6 millones, por los tres millones que había en 1995. Lo mismo ocurre con los pies mayores, con un total de 50,5 millones, y existe una cifra similar de especímenes jóvenes. En total, en torno a 102 millones de árboles silvestres.

Riesgos

El monte se come las zonas agrícolas abandonadas

  • El abandono de los terrenos agrícolas está dando lugar a nuevas extensiones de bosques limítrofes. Entre otros casos, los técnicos de Medio Ambiente señalan a algunos fácilmente visibles, como los encinares que han surgido en la cuenca del Guadalmedina, que sustituyen a los almendrales antiguos.

  • Del mismo modo, la Sierra de las Nieves va ganando extensión a pasos rápidos, gracias al fin del pastoreo intensivo y del aprovechamiento de leñas.

No es oro todo lo que reluce: según relatan los expertos de Medio Ambiente, esta situación conlleva problemas para la gestión de los incendios forestales, porque hay más cantidad de combustible, lo que hace que la extinción sea más difícil y los casos, más graves. Además, las poblaciones silvestres generan problemas cinegéticos, por daños de la fauna sobre los cultivos y accidentes de tráfico, entre otros.

«El mantenimiento es clave para la extinción, es necesario alcanzar un término medio», comenta Valentín Ortiz. Para ello, una de las principales herramientas es el pastoreo, con una producción económica indirecta, que va a los pueblos (restaurantes, carnicerías, etc.). A su juicio, ahora es necesario fomentar el conocimiento de las especies que hay que respetar en cada periodo y cuándo se puede hacer en cada zona. «Es una herramienta de gestión forestal espectacular».

Especies forestales dominantes

  • Pino carrasco 41.191 h.

  • Encina 34.955 h.

  • Pino pinaster 30.741 h.

  • Alcornoque 19.282 h.

  • Olivo 10.190 h.

  • Castaño 10.052 h.

  • Quejigo 7.948 h.

  • Eucalipto 5.498 h.

  • Enebro 5.056 h.

  • Pinsapo 2.963 h.

  • Matorral 32.551 h.

José López Quintanilla, jefe del Departamento de Actuaciones en el Medio Natural de la Delegación de Medio Ambiente, concreta que ahora, tras la reducción y reconversión de las subvenciones de la UE, en el campo van quedando sólo los pastores y ganaderos más profesionales, que tienen las cabezas necesarias para producir, con lo cual se ha llegado a un equilibrio. «Incluso ahora en muchos sitios se da el caso de que nos faltan pastores, porque el medio natural se ha regenerado de tal manera que hay acumulación de biomasa que hay que controlar, y es uno de los principales problemas de este siglo».

A pesar de los riesgos, los técnicos medioambientales coinciden en que el balance es «infinitamente positivo». «Hay una sensación de pesimismo, de que la Naturaleza está cada vez más machacada y peor, pero no es así», comentan, aunque aclaran que «esto no es jauja ni se puede bajar la guardia». La flora y la fauna se abren camino, hay esperanza, pero es necesario buscar el punto medio, de equilibrio, entre el ecosistema salvaje y la gestión, especialmente cuando se trata de hacer frente a los incendios forestales, que son los grandes enemigos. Para que el medio natural sigan su ciclo, en la mejor convivencia con el Hombre.

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