Un callejero con nombre de mujer
El mapa del municipio se caracteriza por la singular nómina de féminas que lo pueblan
ALBERTO GÓMEZ
Domingo, 1 de junio 2014, 18:14
Hace ya más de medio siglo que Brigitte Bardot paseaba descalza por calle San Miguel y comparaba las aguas de la playa de El Bajondillo ... con las de su frecuentado Saint-Tropez. Torremolinos se erigía entonces como un oasis hedonista en plena dictadura, a medio camino entre el decorado de cartón piedra trazado por las estrellas de Hollywood y el festín de hormigón que los intereses inmobiliarios acababan de descorchar. Aquella visita de Bardot, hoy equivalente a una impagable campaña publicitaria, se resiste a naufragar en la desmemoria colectiva en buena parte gracias a la calle que lleva su nombre, situada a escasos metros del paseo marítimo de Playamar.
Allí, entre La Carihuela y Los Álamos, Brigitte Bardot conecta con Princesa Soraya y desemboca en Marifé de Triana, a unos pasos de Ava Gardner. No se trata de un retorcido juego de biografías, sino del callejero de Torremolinos, poblado de vías, plazas y avenidas con nombres de mujeres célebres. La ecléctica nómina de homenajeadas, desde Teresa de Calculta hasta Marujita Díaz, responde a la idiosincrasia del municipio; pocos lugares de España pueden salvar la distancia que media entre Victoria Kent y Rocío Jurado y hacerlo además con la naturalidad propia de una localidad que, pese a los vaivenes históricos, siempre ha mantenido intacta su vocación integradora.
Dos de las principales arterias de Torremolinos, las avenidas Carlota Alessandri e Isabel Manoja, rescatan el legado de ambas mujeres, determinantes en los procesos en que tomaron parte. Manoja coordinó la Junta Pro-Autonomía del municipio, mientras que Alessandri, de origen italiano, transformó su cortijo en un acogedor parador con siete habitaciones a comienzos de la década de 1930 y se convirtió así en la primera empresaria turística de la zona.
Personajes por descubrir
Entre los nombres de las mujeres más populares que trufan el mapa de la localidad se esconden otros aún desconocidos para muchos. Es el caso de Antonia Miret, primera maestra del municipio y responsable de enseñar a leer y escribir a varias generaciones, o de la propia Manoja, decisiva en el proceso de segregación de la capital y fallecida cuatro meses antes de que este se produjera. En situaciones así la nomenclatura de avenidas y calles trasciende lo anecdótico para convertirse en un acto de justicia.
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