Hay zonas de Málaga en las que resulta «complicado» reciclar

Hay zonas de Málaga en las que es muy difícil reciclar.Así lo explican varios vecinos de diferentes puntos de la ciudad. La última queja la daba ayer Pedro González, que explicaba que le «cuesta mucho» encontrar zonas de reciclaje en su barrio: «Tanto en la calle Mármoles, en la zona más baja, como en Peso de la Harina no hay apenas bidones para que podamos ejercer el reciclado como tanto se nos pide. Así es complicado ser sostenible».

Esta queja recuerda a la que ha hecho varias veces Pilar. «Hay una cosa que no entendemos los que vivimos aquí. Es cierto que la calle es estrecha, pero si caben contenedores de orgánico como se pueden ver en las fotos, ¿por qué no hay también los de colores para que podamos reciclar papel y vidrio?», se pregunta esta lectora de SUR, que afirma que tiene que «esforzarse» por reciclar, algo que el Ayuntamiento promueve con cierta periodicidad.

«No sé si el camión que los recoge es mucho más grande que los de orgánico y no cabe en la calle, aunque creo que no hay demasiada diferencia, si es que son camiones diferentes», se pregunta, y espera que las administraciones pertinentes tomen nota, ya que son muchos los vecinos que reniegan de bajar hasta las calles de abajo para poder reciclar.

La cuestión es que en Málaga muchos vecinos ven difícil una tarea que debería darse 'masticada' por las administraciones públicas.

Eterno problema en la avenida de la Estación de El Palo. Tiene que ver con la zona de estacionamiento de las motos, justo delante del Centro Internacional de Español. Ahí hay una gran zona para aparcar las motos, y desde hace tiempo –y cada vez se agrava más el problema– las raíces de los árboles rompen el asfalto y restan en su avance espacio para las motos, algunas de las cuales incluso han llegado a caerse ante la inestabilidad del firme. Hay partes del asfalto, sobre todo las más próximas a la acera, que están siendo quebradas por las raíces de los árboles que hay plantados en toda la calle. Es una zona que cuenta con una gran arboleda, y hay partes en las que visiblemente la flora crece a su antojo –al no controlarse su formación y crecimiento mediante podas periódicas–.

Sin cambios, y eso comienza a ser un problema que preocupa a los vecinos. Y esta no es una queja residencial al uso, es algo que va más allá. Entre la plaza de Mendizábal y García de Haro, que conectan Cristo de la Epidemia con la zona baja de El Ejido, ocurren un cúmulo de circunstancias desfavorables. Suciedad, okupas y anarquía total son los tres problemas principales de los que se quejan los residentes.

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