Yolanda Gómez quiere promocionar los Melrose Place de la Trinidad y el Perchel
La viceportavoz de Vox visita el corralón de la calle Jaboneros, 14, que pone como ejemplo de vivienda popular malagueña, y pide que se incluyan en una ruta cultural y turística
Llegaban dos inglesas del sur, muy British ellas, perdidas a la calle Jaboneros, 14. «We are lost». Vecinas de Exeter, que querían ir de tiendecitas, ... nada de grandes almacenes. Era un momento de oro para hacerlas pasar y empezar lo que intenta la viceportavoz de Vox, Yolanda Gómez, a través del área de Turismo del Ayuntamiento de Málaga. Que los corralones, y este es auténtico, estén dentro de las rutas turísticas y culturales de la ciudad. Rose y Jenny podían haber entrado a ver cómo viven los autóctonos en estas nueve viviendas con un patio central de ensueño, bien currado de plantas y decoración, zona chill out incluida. Pero, los moradores necesitan algo de márketing.
«Una página web, alguien nos la podría hacer sin cobrarnos, que queremos enseñar cómo vivimos y que nos ayuden con la voluntad a mantener el patio así de bonito», que dice simpático José Rosado, uno de los vecinos anfitriones junto a José Díaz e Isabel Clemente. Llegar es como entrar a los Melrose Place de la Trinidad y el Perchel, un modo de vida comunitaria, en la que todo gira en torno a un patio, que es la columna vertebral de la edificación. En la serie original de los 90, en Melrose Place, había una piscina, pero aquí, como contrapartida, tienen una fuente la mar de alegre, bendecida por la imagen del Cautivo, y una zona lounge, con sus bancos hechos de césped artificial, que han salido de las manos de Rafael Cortés, que se asoma curioso desde la ventana de su cocina, en la que elabora unos spaguettis al pil pil. Parece un plato de lo más original, pero San Google tiene varias entradas explicando cómo se hacen. Difícil ser pioneros en el siglo XXI.

Pero, volviendo al momento en el que las turistas estaban perdidas, ese minuto de oro en el que podían haber levantado la veda para los extranjeros, y aunque no están duchos en el idioma de Shakespeare, enseñarles cómo viven, que para eso sólo hay que tener ojos, simplemente se acercaban para explicarles cómo llegar al Centro. En Málaga somos centristas, de eso no hay duda.
«Pero ha vida mucho más allá», como explica Yolanda Gómez, que llevará una iniciativa a la comisión de Economía para que el área de Turismo, que dirige Jacobo Florido, incluya los corralones de la Trinidad y el Perchel de forma permanente en la oferta turística de la ciudad, señalizándolos convenientemente, y creando material promocional en distintos idiomas.
«Queremos poner en valor los barrios históricos de Málaga, que tienen unos corralones que sólo se ofrecen en el mes de mayo, y esto es cultura viva todo el año, por eso queremos promocionarlos», subraya Gómez, indicando que de esta forma «se planifica el turismo, que el PP no lo está organizando, que está en cuatro calles del Centro, y así redirigimos los flujos de turismo hacia lugares donde se ve la Málaga real». Los vecinos asienten convencidos con la cabeza. «Se le llena la boca al alcalde Paco de la Torre con el malagueñismo y las tradiciones, pero a los barrios que más lo representan les dan la espalda», añade.

Gómez quiere que haya una oferta fija turística todo el año para que puedan mantener estos patios tan cuidados y regados, «ya que se gastan mucho dinero en que estén así». Este es el punto de partida, así como solicitar en el Parlamento Andaluz que sean Bien de Interés Cultural (BIC) y patrimonio etnológico de Andalucía, «de esta forma, una vez protegidos y catalogados, ya viene la ayuda, la promoción y todo lo demás», puntualiza.
Mientras, José Díaz muestra cómo reciclan las botellas para hacer los maceteros, y las pintan de colores vivos, y se ahorran un dinerito. O que con la voluntad recogida en las últimas visitas en mayo, unos 300 euros, van a rehacer de piedra una de las paredes, mientras llega Dolores Urbano, la presidenta de la comunidad, que es implacable con los euros, como dicen entre risas. «Ella es la tesorera», que señalan todos respetuosos en este corralón en el que el mundo parece pararse, bajan las pulsaciones y el estrés mientras Rafael Cortés termina el guisoteo en su cocina. En este lugar donde los vecinos son casi familia, como cuentan, con proyectos e ilusiones en común. Otra forma de vida.
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