Gerente de IGY Málaga Marina
Alejandra Cruces: «Si seguimos así, la marina de megayates de Málaga se quedará pequeña en unos años»El puerto deportivo del muelle uno, que tuvo su primer lleno en marzo, prevé alcanzarlo de nuevo el próximo mayo
Alejandra Cruces es desde septiembre del año pasado la gerente de IGY Málaga Marina, el puerto de megayates de la capital. Tras sólo dos años ... de singladura, la instalación ya tuvo que colgar el cartel de lleno por primera vez en marzo, y la previsión es que lo hará de nuevo en mayo. La directiva malagueña aúna formación en ingeniería, marketing y diseño, además de casi una década de experiencia en el mundo marítimo, primero en una consignataria y ahora en la rada para grandes embarcaciones de lujo.
–Tiene un despacho con unas vistas privilegiadas al puerto y al Centro. ¿Cómo se ve la vida desde aquí?
–Es distinto a todo, aunque ya venía de una consignataria, esto es diferente. Aquí convivimos con las tripulaciones, les ayudamos en lo que necesitan, intentamos que estén a gusto aquí... Cada barco es como un pequeño pueblo, al final tenemos contacto con los encargados de cada departamento y con los capitanes. Les enseñamos la ciudad, lo que no se encuentra en internet...
–Como anfitriones de Málaga.
–Sí, por supuesto, de los capitanes y de las tripulaciones, no de los armadores. Sobre todo con los barcos que están más tiempo aquí. Es como si fuéramos compañeros de trabajo, acabas teniendo cierto vínculo, y los llevamos a que conozcan sitios típicos, a comer pescaíto, a El Palo, a probar un campero, porque les gusta conocer lo que hacemos los malagueños, sentirse parte de Málaga.
–Es mujer y joven, en un mundo como es el del mar que es eminentemente masculino. ¿Cómo lo lleva?
–Bien, la verdad es que poco a poco somos más mujeres las que vamos recorriendo el camino. Es cierto que es un mundo de hombres, pero tienden a pensar: 'Si está aquí, siendo mujer y joven, es porque se lo ha currado y sabe lo que está haciendo'. Alguna vez me lo preguntan pero realmente no siento que sea duro, al revés, siento una aceptación total, en general no siento ninguna discriminación.
–¿Le gusta navegar?
–Yo no navego, me encantan los barcos pero me mareo, no nací para el agua (risas).
–¿Y le han ofrecido alguna vez subir a bordo de uno de estos yates?
–Muy rara vez subimos, para subir al yate te tienen que invitar, generalmente no pasamos del muelle. Sí es cierto que cuando tienes más confianza con los ingenieros o con el capitán y te invitan a conocer el barco, a mí lo que me gusta es la ingeniería, la sala de máquinas, el resto me da igual.
«Cuando me invitan a conocer el barco, a mí lo que me gusta es la ingeniería, la sala de máquinas»
–¿No quiere ver los camarotes ni los salones lujosos?
–Nada, se ríen mucho conmigo. Me preguntan por qué me interesa tanto la sala de máquinas (risas). Por supuesto, los yates son preciosos, espectaculares, como hoteles de lujo.
–¿Pero habrá tenido oportunidad de ver auténticas maravillas?
–Sí, es cierto, y ellos te enseñan el barco con mucho orgullo.
–Lo cierto es que cada vez vienen más y hubo un lleno total en la marina por primera vez en marzo. ¿Cómo lo valora?
–Pues muy positivamente, pero también con mucha precaución. Estamos empezando y llevamos años luchando por construir el destino, que es lo más complicado. Aunque Málaga es una ciudad que cada vez es más conocida, en el mundo de los megayates la mayoría de los capitanes no la conocen y es algo que me sorprende mucho. Al final, un capitán es de México, otro es de Sudáfrica, con lo cual están acostumbrados a hacer sus recorridos, sobre todo cuando hacen el cruce (del Atlántico) y van directamente a Gibraltar porque no han tenido nunca una razón para parar en Málaga. Al principio, cuando íbamos a vender que había abierto una marina de megayates, había que darles como referencia Puerto Banús y Marbella (risas). Pero poco a poco, el boca a boca es lo que les hace dar el paso de probar. Porque lo que sí es verdad es que cuando vienen salen todos enamorados de Málaga. Están acostumbrados a islas paradisiacas, y te puedes preguntar qué ven en Málaga: pues que están cansados de ver siempre lo mismo y lo que quieren es estar en sitios reales, con el Centro a cinco minutos, y en el mismo muelle tienen restaurantes, tiendas, etc. Aquí lo tienen todo: hace buen tiempo, les encanta la gente y cada vez hay más empresas especializadas.
«Cada vez vienen más barcos cuyos propietarios quieren embarcar aquí para conocer la zona»
–Mucha gente se pregunta para qué vienen: avituallamiento, combustible, reparaciones...
–No vienen a por combustible, porque Gibraltar está al lado y es mucho más barato. Durante estos días de cruce (del Mediterráneo al Caribe) vienen a que las tripulaciones (suele haber una media de 30 a 60 personas) descansen unos días antes de empezar la temporada de verano, y lo contrario a la vuelta en otoño. Ese ha sido el inicio, pero también están alargando las estancias para hacer reparaciones y mantenimiento, con escalas más técnicas. Y otros que están empezando ahora la temporada y vienen para que los armadores embarquen aquí y de paso conocen la zona. También nos usan como puerto de avituallamiento.
–¿Genera empleo?
–Completamente, tenemos empresas técnicas que se están especializando para abarcar todos los servicios que requieren. Porque ya no sólo vienen para pasar unos días y disfrutar de la ciudad, sino que cada vez se alargan más las estancias para hacer aquí mantenimientos.
–¿Aumenta la llegada de pasajeros, no sólo tripulaciones?
–Pues al principio venían muy pocos, y es verdad que están viniendo cada vez más. En los yates que vienen de paso, que hacen el cruce, normalmente la primera parada solía ser en Barcelona o en las Baleares, y allí embarcaban los propietarios. Ahora, los capitanes vienen, conocen Málaga y proponen a los armadores que vengan y la conozcan. Así que cada vez vienen más barcos ya no sólo a que los propietarios embarquen aquí, sino que se quedan una semana y conocen la zona.
«Cada vez vienen más barcos cuyos propietarios vienen a embarcar aquí y a conocer la zona»
–Entonces, ¿Málaga gusta cada vez más para el turismo de lujo?
–Sí, completamente. Estamos luchando por ello, tanto por tener el lujo para los propietarios como para las tripulaciones, que están en un rango intermedio, y también les gusta tener una vida normal, como si estuvieran en su ciudad. Pero sí, está viniendo rodado y es cierto que a los propietarios cada vez les gusta más y más empresas del sector del lujo se están acercando, así que se va cerrando el círculo... Tardará pero vamos por el buen camino.
–¿Se conseguirá lo que se pretendía, que este sea un puerto de invernada de grandes yates?
–Lo vamos a conseguir pero poco a poco, por el recorrido que vamos teniendo. ¿En cuánto tiempo? No podría decirle. Pero sí que hay muchos más barcos interesados en venir el invierno que viene, y cada año recibimos más solicitudes que el anterior, y nos dicen que si se quedan en el Mediterráneo vendrán aquí, porque la tripulación es lo que pide.
–Por fin se ha conseguido terminar la nueva acometida eléctrica. ¿Qué supone?
–Los que nos va a permitir es tener una línea independiente del resto del puerto para que las embarcaciones puedan apagar los generadores y conectarse a la ciudad, y así no contaminan. Tienen un consumo tan grande de energía que la nueva acometida permite dar servicio a todos los barcos sin interferir en las líneas del resto del puerto ni de la zona.
«Gracias a la conexión eléctrica los barcos apagan los generadores y así no contaminan»
–¿Cómo se presenta el mes de mayo?
–Muy bien, de hecho en mayo vamos a volver a estar llenos, al menos durante dos semanas. Van a llegar más barcos grandes, que vamos a poner de costado, con lo cual se bloquean plazas menores, que son en punta. Son embarcaciones que están aprovechando para venir con estancias largas y hacer trabajos de mantenimiento. En ese periodo, si nos solicitan más reservas tendremos que tirar de otras zonas del puerto. El Adosado al Dique de Levante (ADL, al otro lado de la Casa de Botes) se concesiona para usos puntuales.
–¿Esperaban llegar a este punto tan pronto?
–Lo hemos luchado al máximo, en todos los sentidos: en ferias de yates, en foros, visitando marinas en el Caribe, para promocionarla entre los capitanes, agencias y brokers, para poner a Málaga en el mapa... Y se ha puesto. Pero esto también tiene su estacionalidad, en verano es temporada baja.
–¿Málaga está ya en el circuito global de los megayates?
–Está en el circuito de los que ya conocen Málaga, todo el que la conoce intenta parar aquí.
«Muchos están aprovechando para hacer estancias más largas y trabajos de mantenimiento»
–Pero todavía hay muchos que no la conocen.
–Exacto, tenemos que seguir promocionando y trabajando para que esté en el mapa de cuantos más, mejor. Es un sector en el que todos se conocen, estos círculos no son muy grandes. De hecho, un barco que llega a finales de abril y se queda casi todo mayo, y que no había venido antes, lo hace porque el capitán era antes el ingeniero jefe en otro barco. Cada vez se construyen más yates grandes, y hay mucha rotación de personal. El que viene, se va hablando de Málaga.
–¿Llegará a quedarse pequeña la marina de Málaga?
Sí. No será mañana ni el año que viene, pero estamos en mayo, llevamos dos años abiertos y ya tenemos lleno. Y será mejor en el momento en el que seamos un destino de invierno. Pero de pronto puede abrir otra marina, nunca se sabe. No sé cuánto tardará pero a la gente le está gustando mucho Málaga. Si seguimos tal y como vamos, en unos cuantos años confío en que estará llena y se nos quedará pequeña.
–¿Y habría forma de ampliarla?
–Llegado el momento ya se verá qué se puede hacer.
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