Los reyes son... los abuelos
Más de 300 mayores recibirán sus regalos de Navidad gracias a una iniciativa solidaria que conecta a los abuelos con sus padrinos anónimos
Dicen que no hay nada comparable a la cara de felicidad un niño cuando abre un regalo. Y sí lo hay: la de una persona ... mayor. Ya sea en lo material o en lo emocional, los ancianos han formado parte en demasiadas ocasiones del colectivo de los 'olvidados'. Hace unos días, la Fundación Harena lanzaba un SOS por falta de voluntarios para acompañar a los mayores que viven solos en la capital, y esta petición de auxilio es sólo la punta del iceberg de un problema que no termina de colocarse en la primera línea de la acción social e institucional.
En este escenario, las acciones solidarias se convierten en un salvavidas imprescindible para paliar esas situaciones de soledad, dependencia o falta de recursos económicos; más ahora con la cercanía de las fechas navideñas. La última lleva el nombre de 'Operación Abuelo' y los convierte precisamente a ellos en los protagonistas de esas cartas que reciben los Reyes Magos. En Málaga, esos tres reyes tienen nombre propio: el restaurador Chicho Marín, la doctora Esther Ristori y el diputado provincial Juande Villena, que han puesto en marcha esta iniciativa para que más de 300 abuelos de la provincia con falta de recursos económicos y compañía reciban sus regalos el día de Reyes.
'Operación Abuelo' es la tercera acción solidaria de este grupo de amigos que en plena pandemia se embarcaron de forma desinteresada en el reto de proporcionar potitos a niños en riesgo de exclusión social ('Operación potito') y que en las pasadas Navidades se estrenaron en el formato de las cartas de los más pequeños con la 'Operación Juguete'. El llamamiento, en ambas, superó todas las expectativas, ya que de los mil potitos previstos inicialmente, llegaron a los más de 20.000 y la segunda acción solidaria se tradujo en regalos de reyes para más de 1.500 niños.
«Ahora era el momento de hacer algo por la gente mayor», dice convencido Marín, que aspira a superar esa cota de los 300 abuelos atendidos. Para lograrlo, el restaurador y sus dos socios en el proyecto solidario cuentan con la colaboración de la Fábrica de Cemento Heidelberg Cement, el Club de Balonmano Ciudad de Málaga-Trops, la Fundación Málaga CF, la Asociación de Comerciantes y Empresarios de Benalmádena ACEB, la Joven Orquesta Provincial de Málaga (JOPMA), la Asociación Cultural El Palo y El Palo Solidario, a quienes se suman los padrinos anónimos que quieran colaborar adquiriendo algún regalo que los mayores hayan pedido previamente en sus cartas.
Estas misivas ya están siendo repartidas entre los mayores del Asilo de los Ángeles, el Banco de Alimentos La Unión de Ciudad Jardín, los servicios sociales del distrito Palma-Palmilla, los servicios sociales del Ayuntamiento de Coín y un grupo de personas mayores de Benalmádena. «A los padrinos se les hace llegar la carta de uno o de varios abuelos, y ellos son los encargados de comprar los regalos. Luego, nosotros los recogemos y los hacemos llegar a los lugares de referencia para que se repartan el día de Reyes», explica Marín sobre esta forma de dar (y de darse) tan sencilla como eficaz.
Los interesados en participar pueden ponerse en contacto con los impulsores de esta iniciativa (Marín, Ristori y Villena) a través de sus perfiles en redes sociales. «Sólo hacen falta ganas de ayudar y de llevar algo de ilusión a los mayores. Nosotros nos encargamos del resto», concluye Marín, que ya disfruta por adelantado de ese momento en que los mayores abran sus regalos. Para que luego digan de las caras de los niños.
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