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Uno piensa en los nadadores de la tradicional travesía del Puerto de Málaga, que se celebra en la antesala de la Feria, en pleno verano, ... y concluye que no son las aguas más apetecibles para darse un baño. ¿Pero qué hay de realidad o mito en esto? La Autoridad Portuaria lleva un control exhaustivo de los parámetros y acaba de sacar a concurso un importante contrato para garantizar la calidad de las aguas. Estas labores se complementan con un barco de mínimas emisiones para limpiar y tener siempre a punto la lámina de agua.
El objetivo esencial es el de reducir la contaminación del agua y los sedimentos de las dársenas, originada por vertidos difusos procedentes de la operativa portuaria, o de escorrentías en zonas de operaciones. La meta única es lograr un buen potencial ecológico, sin generar materiales dragados que requieran confinamiento. De hecho, dragados como los que están previstos para la construcción del futuro nueve 8 pueden ser, según el informe de impacto ambiental, vertidos en otra zona marítima.
La catalogación marina del puerto está determinada como masa de agua muy modificada y corresponde al tipo «aguas costeras mediterráneas de renovación alta (AMP-T06)».
La comunidad predominante en los fondos marinos del puerto es la comunidad de arenas fangosas en ambiente calmo, carente de vegetación y especies de interés, considerada de muy baja fragilidad ecológica. Por otro lado, en los diques y muelles del puerto se aprecian comunidades típicas de sustratos rocosos artificiales, asimismo con una fragilidad baja, debido al escaso desarrollo que presentan, habitual en ambientes tan modificados.
Dnota Medio Ambiente ha sido la adjudicataria del concurso, por casi 125.000 euros por cuanto años. Se ha impuesto a otras empresas especializadas que concurrían como Ecos, Estudios Ambientales y Oceanografía; Eurofins Iproma, Irtene, Kepler, Ingeniería y Ecogestión Labaqua, y Laboratorios Munuera.
En total, se vigilará una superficie acuática de más de 100 hectáreas, que se reparten del siguiente modo: dársenas interiores (Guadiaro y Heredia), 31,8 has; dársenas exteriores (Antepuerto), 60,5; dársena Club Mediterráneo, 1,39 hectáreas, y dársena San Andrés, 16.
Se han creado seis estaciones de muestreo en las zonas referidas, 2 puntos en las más grandes y 1 en las más pequeñas. La ubicación de las estaciones de muestreo definidas será afinada con la Autoridad Portuaria. Serán coincidentes la toma de muestras de calidad físico-química (agua y sedimento), calidad biológica y calidad química.
Se realizarán mediante perfiles verticales en continuo, mediante sonda multiparamétrica con la correspondiente calibración del equipo, para aquellos parámetros como (Temperatura, oxigeno, pH, salinidad, etc).
También habrá medidas puntuales y las muestras de nutrientes y solidos en suspensión se recogerán en, al menos, tres profundidades (superficie, media profundidad y fondo) mediante botella oceanográfica. Se controlará la concentración de clorofila en el fitoplancton; la turbidez; la saturación de oxígeno; la presencia de amonio, nitratos, fosfatos, nitritos, hidrocarburos...
Cada semestre, se controlarán el Nitrógeno Kjeldahl, el fósforo total o el índice de calidad orgánica del sedimento. Y anualmente, también se harán análisis detallados de decenas de parámetros en agua y fondos. Por poner una mínima parte como ejemplo: Alacloro, antraceno, benceno, tetracloruro de carbono, cloroalcanos, plaguicidas de tipo ciclodieno, fluoranteno, mercurio, simazina, benzopirenos, níquel, cromo, zinc...
El contrato, que es por cuatro años prorrogables, también prevé la intervención y evaluación de posibles episodios contaminantes, el clásico vertido.
Además, como se ha dicho, para una mejor calidad del agua, desde el pasado verano la empresa Ecolmare utiliza el modelo 'EcoPelicanTres', que disminuye un 90% las emisiones de CO2. Es más, Málaga y Barcelona son los únicos puertos españoles que disponen de esta embarcación sostenible.
Es un nuevo modelo de embarcación híbrida, cuya operativa se basa en la limpieza de la lámina de agua, que comenzó su actividad en el Puerto de Málaga el pasado mes de agosto.
Esta embarcación fabricada en España, de 12,45 metros de eslora, utiliza alumbrado led; dispone de placas solares para la carga de baterías y mayor capacidad de barrido, gracias a su gran apertura de la proa, de mayor amplitud que los Pelicanos anteriores. Además, cuenta con otras medidas de seguridad para la maniobra de sólidos y la operativa en general. Aparte de la generación de carga que realiza el motor híbrido cuando va en funcionamiento, también se ha instalado una toma de contacto en el muelle 5 para que continúe la carga durante el tiempo de amarre. De manera, que cuando llega la tripulación a primera hora, la embarcación esta totalmente cargada para la jornada laboral.
Las nuevas medidas implementadas en el barco, las cuales aumentan la capacidad de retirada de residuos y la posibilidad de lastrado para vertidos de hidrocarburos, disminuyen más del 90% la huella de carbono durante su actividad.
Desde la Autoridad Portuaria, se asegura que la calidad de las aguas es «excelente».
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