Del Palmeral a La Marina: mucho trabajo que hacer
El suelo tiene restos de orina en alguna de sus partes y los jardines necesitan cuidados
El Palmeral de las Sorpresas, uno de los espacios más emblemáticos del Puerto en la ciudad, atraviesa un preocupante estado de deterioro que no pasa desapercibido para vecinos, turistas y paseantes. Lo que debería ser un entorno cuidado y agradable se ha convertido en un lugar marcado por la suciedad y el abandono.
Uno de los principales focos de queja es la presencia constante de orina de perro bajo los bancos, lo que genera malos olores y un entorno insalubre para quienes desean sentarse o disfrutar del paseo. La falta de limpieza y control en este aspecto ha sido señalada en múltiples ocasiones por los ciudadanos, que piden más vigilancia y campañas de concienciación para los dueños de mascotas.
A ello se suma el mal estado del paso de cebra que conecta el Palmeral con el Paseo de los Curas. Este cruce, utilizado diariamente por cientos de peatones, presenta desgaste, pintura desgastada y desniveles en el pavimento que dificultan el paso, especialmente para personas mayores o con movilidad reducida.
Además, los jardines y zonas verdes de los alrededores muestran una preocupante acumulación de basura y colillas. Papeleras desbordadas, restos de envases, botellas y suciedad general son parte del paisaje cotidiano, lo que choca con la imagen turística que la ciudad quiere proyectar en una de sus zonas más visitadas. El Palmeral de las Sorpresas, concebido como un símbolo de modernidad, corre el riesgo de perder su atractivo si no se toman medidas que devuelvan su prestancia.
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