El Palacio de Valdeflores, una joya escondida en el Centro de Málaga que por fin recuperará su brillo
La Diputación contrata la rehabilitación de esta casa señorial levantada en el siglo XVIII en la calle Carretería, junto a la muralla medieval de la ciudad
Su fachada pasa relativamente desapercibida, aunque puede llamar la atención de algunos curiosos que se detengan a ver la antigua muralla medieval de Málaga que ... asoma a mitad de la calle Carretería y que está adosada a este edificio. También lo habrán visto quienes acudían al Servicio Provincial de la Mujer de la Diputación. Sin embargo, esta casa señorial de estilo barroco es un tesoro por descubrir para la inmensa mayoría de malagueños. De hecho, es uno de los edificios de mayor valor histórico y arquitectónico del Centro.
Se trata del Palacio de Valdeflores, levantado a mediados del siglo XVIII y que debe su nombre a Luis José Velázquez de Angulo y Cruzado (Málaga, 1722-1772), quien además de ser el segundo marqués de Valdeflores, fue un prolífico arqueólogo, historiador y escritor. Dejó su impronta en numerosas obras, pero en su tierra natal también lo hizo con este palacete que después de varios años de trámites, por fin va a ser restaurado y puesto en valor. En cuanto al destino del palacio, la intención es que siga siendo la sede del Servicio Provincial de la Mujer, pero también se abrirá más al público acogiendo otras actividades complementarias como exposiciones, conferencias o talleres.
La intervención en permitirá recuperar las pinturas murales de su fachada, los arcos interiores y poner en valor el fragmento de la antigua muralla
La Diputación, que adquirió en 1985 este edificio tan valioso como desconocido para darle uso administrativo, acaba de adjudicar los trabajos para devolverle su estado original y recuperar su esencia perdida como consecuencia de las diversas reparaciones y restauraciones ejecutadas a lo largo de sus más de dos siglos y medio de historia. Tras su construcción, este palacio fue explotado por el Marquesado como una posada con caballerizas. Posteriormente tuvo otro propietario, pero no hay registros. Sí los hay para corroborar su uso como residencia familiar cuando en 1895 fue adquirido por la condesa de Albarede, que le hizo varias reformas de calado.
Ahora se pretender dar marcha atrás a todas estas reformas a través del proyecto de rehabilitación redactado por Rafael Salas, del departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Diputación, y que será ejecutado por la firma Alberto Domínguez Blanco Restauración de Monumentos. La actuación más llamativa permitirá descubrir la fachada principal, donde ya se dejan ver parte de las pinturas murales situadas junto a las pilastras y alrededor de los balcones con motivos florales y arquitectura fingida de avanzado barroquismo. También serán eliminados los dos ventanales en forma de ojo de buey que fueron abiertos en la última reforma en 1988. En cuanto a la fachada que da a la calle Muro de las Catalinas, se dispondrá un nuevo zócalo de las mismas características que el de la principal, sustituyendo también todas las carpinterías exteriores por otras nuevas de idénticas características y dimensiones.
Ya en el interior, se van a restaurar los arcos de medio punto apoyados en seis columnas de mármol que se encuentran bastante deteriorados. En mucho mejor estado están las pinturas al óleo en uno de los techos de la primera planta firmadas por José Fernández de Alvarado (discípulo de Muñoz Degrain y Moreno Carbonero), al igual que ocurre con la cubierta del patio y la carpintería interior, con una de las pocas cristaleras con ventanas de guillotina que se conservan en el Centro Histórico. De forma paralela, el proyecto también contempla la puesta en valor de lo que se intuye que es parte de la muralla medieval de la ciudad y que quedó salvada –y oculta– durante la construcción con una crujía elevada un metro sobre el nivel del suelo.
Fin a una larga tramitación administrativa
Con la adjudicación del contrato, se pone fin a un largo periplo, ya que pese a contar con la licencia de obras desde 2019, el proyecto no recibió la luz verde definitiva hasta agosto de 2021, cuando la Delegación Territorial de la Consejería de Cultura dio su visto bueno al último de los proyectos elaborados por Rafael Salas.
Y es que el diseño de las obras tuvo que ser modificado para no afectar a los restos arqueológicos encontrados, como un colector del siglo XVIII y un tramo de la muralla islámica que quedó oculta cuando ese palacio fue levantado por el marqués de Valdeflores, quien además de por su título nobiliario también destacó por su labor como arqueólogo e historiador.
Miembro de la Real Academia de Historia, participó en las excavaciones del yacimiento de Cártama, escribió sobre los anales de la nación española hasta la llegada de los romanos, los orígenes de la poesía castellana o los alfabetos prerromanos y, por encargo del marqués de la Ensenada, recorrió el país durante tres años para recopilar la historia monumental de la Península.
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