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Uno de los primeros encuentros con los mentores y mentorizados, antes de que llegara la pandemia. SUR
Málaga Acoge, mano a mano hacia la inclusión

Málaga Acoge, mano a mano hacia la inclusión

La asociación realiza con algunos voluntarios de Fundación La Caixa un acompañamiento a jóvenes migrantes extutelados

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Lunes, 22 de marzo 2021, 01:00

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José Luis López tenía claro, incluso, antes de su jubilación, que dedicar tiempo a los demás era ganar salud, felicidad y unos valores de ayuda y empatía que no se adquieren fácilmente. Su trabajo como economista durante 18 años en CaixaBank fue el motivo para comenzar una acción que cada vez cobraba más fuerza y que, además, iba fraguando amigos y experiencias por el camino.

Meses antes de la pandemia, algunos voluntarios de CaixaBank como López o Manuel Calvo (el delegado en la ciudad de este grupo solidario más que consolidado), se pusieron en contacto con Málaga Acoge para comenzar de la mano un prometedor programa de 'mentoring' (aprendizaje a través de la experiencia) con chicos migrantes extutelados. Muchos de estos jóvenes, que ya han sufrido diversas experiencias de abandono durante su crecimiento, llegaron a Málaga en algún momento de su vida siendo menores de edad, pasando por centros de acogida y, finalmente, entrando de cabeza a la vida adulta con sus figuras de referencia a miles de kilómetros.

En este camino, Málaga Acoge está cerca de ellos, para que su inclusión social y laboral sea rápida y eficaz. A través del programa de inserción laboral de Fundación La Caixa llamado 'Incorpora', abrieron sus horizontes para seguir avanzando en esa inclusión, tomando una vía de compromiso y que se basara en el aprendizaje en un entorno más normalizado, fuera de las entidades o espacios de formación. De este modo, el 'mentoring social', que ya ha cumplido tres años, proponía que un voluntario, mayor de 30 años y residente en Málaga, pasara un par de horas a la semana con uno de esos chicos extutelados, con el fin de favorecer su adaptación a su nueva vida adulta y todo lo que conlleva.

Genoveva Pérez Mazuecos, coordinadora del Área de Jóvenes de Málaga Acoge, explica a SUR que esta iniciativa es sólo una «herramienta» de tantas para ayudar «a un colectivo extremadamente vulnerable»: «Este 'mentoring' tiene como punto de partida esa exclusión a los jóvenes migrantes extutelados, que alcanzan su mayoría de edad. Esta herramienta es, en realidad, una relación triangular entre el técnico referente del joven, el mentor y el mentorizado», apunta esta profesional.

En una especie de 'curso escolar', que es lo que dura este acompañamiento, el proceso es largo, extenso y muy controlado para que esa nueva figura de referencia temporal para el chico sea lo más adecuada posible. Según cuentan José Luis López y Manuel Calvo, dos de los voluntarios que han vivido esta experiencia, el primer paso para comenzarla es una entrevista personal con los técnicos de Málaga Acoge, después formaciones específicas y un proceso de adecuación entre el voluntario y el joven. «Cada chico empieza este programa con un objetivo diferente, pero casi siempre están relacionados con su inserción social y laboral. Además de trabajar habilidades sociales y de comunicación con otra persona, conocer su entorno... Esta herramienta cumple dos objetivos: aumentar sus potencialidades y facilitar su participación formal», relata Genoveva Pérez con entusiasmo ante este nuevo comienzo.

Entre sus experiencias, José Luis López la recuerda con mucha felicidad y entusiasmo. En su caso, conoció a un chico de 19 años proveniente de Sierra Leona, aficionado al fútbol y con algunas barreras idiomáticas que le dificultaban su inclusión. Fueron algunas salidas entretenidas en las que López incluyó visitas culturales a algunos puntos de referencia de Málaga y al estadio de la Rosaleda, actividad que compartió también con Manuel Calvo y su mentorizado, un chico marroquí de 19 años. «Fue muy enriquecedor, me sentía muy útil dentro de una gran responsabilidad, porque lo es. Esta experiencia no es sólo salir con el chico para entretenerle. Nos escuchábamos y charlábamos, le intentaba dar confianza para que me contara lo que necesitara. Una de esas veces le llevé al barrio donde crecí, por Los Tilos, y le conté cómo era mi vida entonces. Le gustó mucho», relata López recordando esos días de encuentro, que solían ser los sábados.

En su caso, cuando llegó la pandemia cortaron el contacto físico, pero siguieron llamándose habitualmente para continuar con su 'mentoring', aunque ya no era lo mismo. Genoveva Pérez, técnica de referencia de muchos de estos chicos, apunta que la decisión para comenzar este proceso ha de ser meditada, porque es sólo una experiencia para favorecer al joven; una vez se termine el acompañamiento, desde Málaga Acoge recomiendan cortar el contacto: «Gracias a esto los chicos tienen otra visión de la realidad, esas relaciones que no se dan en su situación de exclusión. Es la primera vez que establecen ese vínculo y les ayuda a conocer el mundo de otra manera», relata, aunque tiene una caducidad.

De igual forma, cualquier voluntariado es una herramienta enriquecedora para ambas partes. No importa donde sea, tampoco el tiempo que dure, si la acción nace del corazón.

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