La histórica heladería Lauri, a la venta
El local de calle Bolivia, uno de los últimos referentes de la heladería clásica, busca nuevo propietario por 950.000 euros
Uno de los emblemas de Pedregalejo, la mítica heladería Lauri, busca nuevo propietario. El local situado en calle Bolivia está a la venta por 950. ... 000 euros. La intención de la familia, que no ha querido confirmar esta información, es cerrar un acuerdo a finales de este verano, de modo que esta temporada podría ser la última en la que los clientes disfrutarán de sus famosísimos helados. Fuentes cercanas sostienen que ya hubo un intento de venta el pasado invierno y que, entre las condiciones puestas por los dueños, se encontraría mantener a la plantilla actual. SUR ha contactado con la propietaria, que ha preferido no hacer declaraciones. Sin embargo, este diario ha confirmado que la heladería se ha puesto en manos de al menos dos inmobiliarias para cerrar la venta.
El local, que hace esquina y tiene casi veinte metros lineales de fachada, dispone de escaparate, barra, almacén y terraza. En una ubicación privilegiada, a dos minutos de la playa, la heladería mantiene sus históricos sabores: turrón, tutti frutti, crema tostada, chocolate, mantecado, crema de limón y fresa. También ofrecen leche merengada, horchata, granizadas y batidos. Pero poco más. Frente a la tendencia de las nuevas heladerías de incorporar decenas de sabores y productos, Lauri sigue fiel a los sabores clásicos que la han convertido en un referente en la zona este de Málaga, con escasas cesiones a nuevas modas como el Kinder y el pistacho.
Helados Lauri llegó a Málaga en 1952 de manos de Eliseo Lauri y Juana Brotons, un matrimonio procedente del municipio alicantino de Ibi, y desde entonces forma parte del paisaje de Pedregalejo. Rápidamente, este negocio familiar, seguido después por Consuelo, Gema y Juan, hijos de Eliseo y Juana, comenzó a abastecer a los chiringuitos de la zona con sus sabores clásicos y conquistó a cientos de clientes con recetas basadas en el mimo y el respeto al producto; el helado de fresa, por ejemplo, sólo se fabrica en temporada y siguen cortando a mano (en los trozos más grandes del mercado) la fruta confitada de su icónico tutti frutti. Se trata de un verdadero ejemplo de resistencia de la heladería tradicional, aquella donde prima el proceso de elaboración y el producto más allá de la innovación de sabores o las modas estivales.
Pedregalejo ofrece hoy una estampa muy distinta a la que tenía hace 73 años. Cuando Lauri subió por primera vez su persiana lo hacía en un barrio de pescadores, viviendas humildes y bicicletas. Atrás quedan las 600 pesetas que don Eliseo y doña Juana pagaban por el alquiler de su primer local. Ahora todo ha cambiado. La familia ha querido aclarar que el local de Juan Sebastián Elcano, el primero que abrió, seguirá ofreciendo los míticos helados de Lauri, y que lo único que se ha puesto a la venta es su establecimiento en calle Bolivia, que ya tiene los días de verano contados.
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